Capítulo 1

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-Bella – Llamo de nuevo la Señora Cullen por el auricular del teléfono, suspire silenciosamente.
-¿Si? – Dije mientras tecleaba en la computadora e intentaba poner la mayor atención a ambas acciones.
-Necesito que le pidas a Jessica los bocetos de la nueva colección de Otoño – Invierno, Alice no puede traerlos y de traerlos Jessica prefiero que los traigas tu... - Ascendí.
-Enseguida Señora Cu... - Me interrumpió.
-ESME – Dijo mientras reía.
-Esme – Repetí con una sonrisa, colgué el auricular y me dispuse a correr a la oficina de Alice.
Aquí eraba yo en mi empleo con los Cullen, en su famosa casa de modas, aun no comprendía como es que había ingresado a trabajar aquí, yo no era precisamente una buena imagen para la empresa, tenía seis meses trabajando aquí, me había convertido rápidamente en la asistente de Esme una de las fundadoras y aparte amiga de Alice otra fundadora e hija, eran muy amables, cariñosos y demasiado curiosos o quizá solo eso eran las chicas. Conocía a otro miembro de la familia Edward el hijo mayor era un par de años más maduro que yo, lo conocí desde hace más tiempo que a su madre y su hermana. Una Larga historia me repetía a mí misma para concentrarme en mi trabajo.
-Hey Bella... ¿Qué tal un café? – Pregunto Micke, mientras yo recogía de las propias manos de Jessica los bocetos, me aproxime a hablar.
-Que tal un despido exprés – Se escuchó detrás de mí, Jessica miro de reojo y se mordió el labio imperceptiblemente.
"-Mierda" – Pensé, solo una persona causaba ese efecto, solo un chico en todo el mundo haría que todas entraran en estado hormonal instantáneo.
-Edward – Dijo Jessica confirmando mi sospecha, gire mi cabeza para verlo, allí estaba parado perfectamente, aun no comprendo cómo un hombre puede ser tan perfecto, tan natural al serlo, suspire intentando pasar desapercibida.
-¿Qué opinas Newton? – Pregunto mirando a Micke - Jessica... Señorita Swan – Ascendí a forma de saludo.
-Hablamos más tarde Jess... - Miré a Micke, pero él estaba entretenido enfrentándose a Edward – Señor Cullen – Dije pasando a su lado, embriagándome de su cálido olor, de su calor aquel calor que me abrazaba antes de enterarme quien era.
Lo conocí gracias a Jessica quien me lo presento solo como Edward, yo quede estupefacta al conocerlo, ¿Quién no?, era sencillamente un ángel, no solo en apariencia si no su persona, siempre tan gentil, amable, encantador.
-La acompaño – Dijo caminando detrás de mí, sacándome de mi ensoñación mental, camine lo más rápido que mis pies adornados con las armas de tortura (Tacones), me lo permitían – Bella – Llamo Edward casi amenazadoramente – Bella – Volvió a llamar, se aproximó hacia mi tomándome del codo, suspire.
-Nos dijimos adiós... ¿No lo recuerda? – Pregunte mirando al frente y soltándome de su agarre.
-No... Fuiste tú la que dijo adiós... Bella por dios tu y yo... - Me pare en seco.
-Señor Cullen... No hay un Tu y yo... Usted es el hijo de mi jefa, yo su empleada... Comportémonos como tal – Pedí andando mi marcha de nuevo, me detuvo, pude ver varios rostros fijarse en nosotros – No me hagas esto – Pedí intentando no mirarle a los ojos – No de nuevo – Suplique, poco a poco su agarre se aflojo, mi comunicado sonó, lo respondí – Perdone Ya me reporto – Dije caminando con prisa.
-No me rendiré lo sabes – Dijo mientras pasaba a mi lado.
Estaba claro que no se rendiría, eso jamás lo identifico, no sabía cómo tomar sus palabras, ¿Alegrarme o asustarme?  

Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora