Tomé el primer taxi que se cruzó en mi camino, le extendí la nota que Alice me había dado y marcho en esa dirección, mi mente solo había un objetivo.
"-Entregar e irme" – Nada mas – "Entre más rápido mejor"
No quería enfrentármele, no quería, porque si me enfrentara terminaría perdiendo y no es que no me gustara el hecho de perder, si no, que perder en esta ocasión solo desataría conflictos y de eso estaba cansada.
Cuando recién conocí a Edward quede enamorada de inmediato, fue inevitable y por más que lo evite siempre caí, supongo que el igual, ¿Por qué?, Fácil, hubo ese click que me lo confirmo, esa atracción y química, solo una sonrisa suya me basto para desmoronarme ante él, y claro el me aseguro que solo le basto mirarme a los ojos para sucumbirse ante mí. Fue intensa nuestra relación, llena de pasión, de entendimiento natural, de atracción mutua y sobre todo de amor, ese amor que te tranquiliza el alma, que te hace disfrutar hasta de las más pequeñas tonterías, de hacer mierda del tiempo imaginando toda tu vida a su lado en tan solo dos minutos, de amar el color rosa, porque así es como vez la vida cuando te enamoras de color rosa y sobre todo, para ti estando a su lado todo es posible.
-¿Se encuentra bien? – Pregunto el hombre que conducía el taxi, me miraba por el retrovisor, sonreí y ascendí.
Cuando me entere de su apellido fue un impacto enorme, lo recordaba como si fuera ayer:
-¿Quiere el empleo? – Pregunto una chica rubia y bien vestida mirando mis papeles, dirigió su mirada hacia mí y sonrió irónica.
-Por supuesto – Dije profesional y altanera, no es que pudiera crecer mucho en la casa de modas de los Cullen, pero trabajar allí resultaba la llave para abrir una multitud de puertas, y allí estaba yo intentando lo imposible.
-Ok – Dijo cerrando la carpeta con rudeza – Haz trabajado antes como asistente personal de un pequeño despacho de abogados lo que significa que tienes al menos un conocimiento mínimo de las funciones que se realizan – Ascendí, ella se puso de pie – Eso es algo – Sonrió – He tenido puras niñas que no tienen idea de nada. Vamos con la Señora Cullen, ella te realizara una... Entrevista – Me quede helada, jamás había escuchado de una postulación para un empleo tan rápida, camine detrás de ella, recorriendo aquel bonito y elegante lugar, se miraba a sencilla vista la limpieza y dedicación que todo mundo le colocaba a este lugar, las paredes eran de color blanco y las decoraban hermosas pegatinas, cuadros de diferentes tamaños y formas pintados con diferentes técnicas y temáticas, estaban juntos creando un hermoso estilo moderno y ostentoso, flores en cualquier esquina o superficie plana donde se pudieran poner, era un sitio hermoso, el sueño de cualquiera.
-Es aquí – Me dijo la chica sacándome de mis pensamientos, mire la puerta, allí detrás estaba mi oportunidad de crecer, ella entro sin avisar y me invito a pasar, me aproxime con paso nervioso e intente fingir decisión, mala idea... Yo no sé fingir – Esme, aquí hay otra candidata – Me mirada se posó en aquella mujer, destilaba belleza por donde quiera, no tenía más de cuarenta o al menos eso aparentaba su rostro, su cabello castaño, suelto y perfectamente arreglado le caía hasta los hombros, se formó una limpia sonrisa en sus labios.
-¡Que joven eres! – Dijo levantándose de su asiento y extendiéndome su mano – Soy Esme Cullen, un placer – Dijo estrechando mi mano y dándome un sorpresivo beso en la mejilla.
-Soy Bel... Isabella Swan – Dije recuperando mi aliento, su perfecto rostro fue turbado por un leve ceño fruncido.
- ¿Segura? – Sonrió - ¿Cómo te gusta que te llamen? – Negué y sonreí.
-Solo Bella – Pedí rasguñado discretamente mi oreja para despertar.
-Bueno Bella – Dijo tomando la carpeta que la rubia le extendía – Gracias Cintia, ¿Quieres tomar algo? – Pregunto señalándome un asiento cercano al suyo y caminando hasta su lugar inicial, negué – Gracias entonces – Dijo invitando a Cintia a salir.
-Suerte – Menciono con amabilidad, Esme miraba la carpeta con atención, me sentí pequeña en ese momento, era una mujer verdaderamente imponente y no precisamente en ese sentido, era bella, parecía muy audaz e inteligente.
-¿Sabes? – Dijo mientras cerraba la carpeta – La experiencia no siempre es necesaria – Dijo mirándome y entrelazando sus dedos, colocando los codos encima de la mesa de cristal – Podemos tener veinte años trabajando en el mismo lugar y haciendo las mismas cosas y aun así no tener idea de nada – Me miro, buen punto, aclare mi garganta – Estudias Administración.
-Si así es – Dije cruzando mis pies tensamente, ella ascendió y me miro.
-Bien Bella, ¿Vives sola? – Pregunto con una sonrisa.
-Mis padres – Dije taciturna.
-¿Por qué quiere trabajar? – Se recargo en el respaldo acolchado de su silla, suspire.
-Bueno – Dije mordiendo mi labio inferior – Quiero pagar mis estudios – Solté sin más – No quiero ser una molestia – Ella frunció el ceño – Lo he sido por 24 años – Sonreí tímida.
-Independizarte – Dijo con una sonrisa – ¿Por qué piensas que aquí conseguirías tu objetivo? – Sonreí de nuevo y miré mis dedos.
-No lo creo – Dije sincera, ella ascendió, sonrió y volvió a colocar los codos en la mesa.
-¿Qué haces aquí? – Pregunto al ver mi silencio.
-Quiero aprender – Sonreí, yo era todo menos una mentirosa, era la verdad, no pretendía crecer, pretendía saber y aunque no ganara nada, lo aprendido no se quita jamás – Ella sonrió satisfecha – Esta es una empresa interesante, es una nueva temática para mí, como vera... - Ella rio.
-No Bella... No veo nada más y nada menos que una chica desafiante y sincera – Se puso de pie, la mire un poco asustada – Me encanta tu carácter – Me quede descolocada, ¿Dónde me había perdido? - Veraz Bella, el puesto no es para mi secretaria, ya tengo una y muy eficiente – Dijo mirando por el gran ventanal – Busco... Mmmm – Parecía buscar la palabra – Un miembro más de mi familia, no digo que no hayan llegado aquí chicas exquisitas para el trabajo, verdaderamente idóneas... Pero todas intentaban sorprenderme – Volví a su asiento – Y llegas tu... Sincera, sin tapujos... Casual – Dijo sonriéndome ampliamente – Eso quiero alguien desenfadado, jovial, a mi hija le encantara conocerte – Aun seguía descolocada, ella lo noto porque rio – Soy una muy buena analista, las preguntas que te hice solo tienen dos respuestas la mentira y la verdad, me dijiste la verdad y con humildad, eso quiero para mí y mis hijos, para mi familia... - Sonreí – Mira Bella como tal no tengo un examen si no una intuición de mi parte sé que no me equivoco, ¡Bienvenida! – Dijo extendiéndome su mano, la tomé dudosa, sonreí, Cintia entro por la puerta riendo.
-Te has quedado – Dijo con una sonrisa sincera – Que buena – Dijo aun riendo, me quede congelada.
-¿Sucede algo? – Pregunto Esme sin borrar su sonrisa.
-Edward está aquí, quiere verla – Dijo mientras miraba hacia afuera, ¿Edward?, eso me recordó a él.
-Hazlo pasar – Dijo mientras colocaba su mano en mi hombro – Es mi hijo tienes que conocerlo al final de cuentas tendrás muchos tratos con el – Ella camino hacia la puerta y yo me puse de pie.
Lo vi entrar fue como un balde de agua fría, abrazo a Esme con dulzura y luego nuestras miradas se unieron, el pareció extrañado, pero sonrió al verme, yo me encontraba descolocada en magnitud, ¿Era el hijo de mi nueva jefa?, ¿Era Edward Cullen?
-Hijo ella es Bella Swan.... Bella él es mi hijo – Dijo tomando del brazo a su hijo, me quede atónita, por supuesto que lo era, trague saliva. Mire a Edward.
-Un placer Señor Cullen – Dije extendiendo mi mano, el frunció el ceño.
-Ella trabajara con nosotros es mi asistente así que llévense bien – Dijo mientras sonreía – Cintia por favor llévala a recursos, ¿Esta bien? – Cintia ascendió, seguí a Cintia.
-Señora Cullen – Miré a Edward reteniendo mi impulso de llorar – Señor – Dije atragantándome y partí del lugar.
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Mírame y dime que no
FanfictionPROLOGO ¿Como no enamorarme de sus ojos? ¿Como no sentirme prisionero de su cautivadora belleza? Solo quería poder enamorarla, quería mirar ese rostro el resto de mi vida, estaba claro que ella le tenía a la gran diferencia que ella hacia entre nos...