Capítulo 39

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Aun continuábamos dando vueltas como leones enjaulados, había pasado una hora desde que Edward se había ido y yo estaba cada vez más loca.

-¿Señorita Swan? – Pregunto una enfermera, la mire confundida - ¿Es usted la Señorita Swan? – Ascendí cansada, Charlie se acercó.

-¿Pasa algo? – Pregunto, la enfermera negó con la cabeza.

-Solo que el joven que es donante la necesita, me pidió que la llamara – Mire a Charlie, el solo ascendió y continúo caminando.

-¿Estas... - Me interrumpió.

-No hace falta que estemos los dos dando vueltas, ve – Charlie me sonrió, ascendí.

-Por aquí – Me guio la enfermera, la seguí, me sentía estúpida con este vestido, me cortaba mi manera de moverme, me urgía ropa normal, miré al doctor Cullen hablando por teléfono, junto a eso mirando un expediente, su mirada se posó en mí y me sonrió, de nuevo aquella sonrisa conciliadora – Por aquí – Repitió de nuevo abriendo la puerta de una habitación y allí estaba sentado con los ojos cerrados y el catéter en su brazo, entre, una sonrisa se formó en sus labios sin abrir los ojos.

-¿Estas bien? – Pregunté acercándome y acariciando su mano, el solo ascendió – No sé cómo agradecértelo – Dije con un nudo ajustado en mi garganta, el frunció el ceño y me miro.

-No hay nada que agradecer mi vida – Sonreí, el limpio aquellas lagrimas que se me habían escapado – Solo quiero que tu madre este bien y por consecuencia tú y tu padre – Le plante un beso en la frente.

-Gracias – El sonrió.

-Por cierto, Alice y mi madre vienen en camino, Alice también es donante universal y mi madre quiere venir a apoyarte – Sonreí aliviada, tener a Esme aquí resultaría reconfortante y Alice me obligaría a sonreír – Solo quería que lo supieras para... - Suspiro – No estés desprevenida, me sonrió.

-¿Estas bien? – Pregunte con preocupación, el ascendió.

-Estoy bien solo... Que esto me marea un poco – Ascendí – Es algo normal, ¿Puedo pedirte algo? – Ascendí de nuevo – Regálame un beso – Sonreí con ternura, me incline hacia él y le plante un casto beso en los labios.

-Te amo Edward Cullen – El sonrió.

-Te amo más Isabella Swan – Arrugue la nariz – ¡Oh! Bella Swan – Sonreí conforme, volví a presionar mis labios contra los de él, de pronto alguien detrás de mí se aclaró la garganta, me quité de forma instantánea, era su padre.

- ¿Interrumpo? – Pregunto mirando a su hijo.

-Si – Dijo Edward, lo mire sorprendida, el solo se limitó a reír, el doctor Cullen me miro.

- Tengo problemas que necesito hablar con tu padre, pero no sé cómo abordarlos, lo veo demasiado desesperado y temo que puedo derrumbarse – Me dijo rápidamente, mire a Edward este tomo mi mano tranquilizándome, volví mi mirada a su padre.

-¿Pasa.... Pasa algo con... - Me interrumpió.

-Tranquila – Pidió con amabilidad – Tu madre está estable, son decisiones difíciles Bella... Escucha... - Me pidió, Edward apretó mi mano recordándome su apoyo, ascendí – Tu madre necesita una intervención quirúrgica urgente, el problema es que no hay cirujano y tampoco hay anestesista, no se encuentra disponible a pesar de que hemos intentado contactarlo – Suspiro enfadado – Le propuse al director del hospital traer aquí a mi personal, pero me rechazo rotundamente la propuesta – Volvió a suspirar – Entonces pensé que podríamos trasladar a tu madre a mi hospital – Me quede atascada en dos palabras "Traslado, madre"

-¿Eso no es arriesgado? – Pregunto Edward, apretando mi mano para devolverme a la realidad.

-Es más arriesgado quedarme aquí mirando sin hacer nada – Parecía haber perdido la compostura – Necesito saber cómo abordar esto con tu padre – Lo mire atentamente.

-Yo... Yo puedo decírselo – Mire a Edward – Creo que es lo mejor – Ascendí con nervios y apreté la mano de Edward con fuerza y en respuesta recibí el mismo apretón – Pero... ¿Puedo ver a mi mamá? – El señor Cullen ascendió, mire a Edward y él se limitó a animarme, salimos sin decir más.

-Solo unos minutos – Pidió con amabilidad, me limite a ascender y a entrar, mi corazón fue a dar al inframundo en cuanto mis ojos se posaron en aquella criatura que parecía ser un despojo un humano, su cabeza estaba rodeada por una venda, aparatos estaban conectados a ella, estos hacían miles de sonidos diferentes, me concentre en su rostro, estaba lleno de hematomas, rasguños, su mano se encontraba vendada.

-Ma...Mamá – Coloque mis manos en mi boca para ahogar un grito, sentía como el mundo se venía abajo, afloje el nudo que se había formado en mi garganta – Todo va a estar bien – Dije sonriendo, mi vista era borrosa por las lágrimas que se escapaban una tras otra – Lo prometo – Le plante un beso en la frente – Pero tienes que luchar, ¿Entendido? – Comencé a desesperarme al ver su rostro tan pacifico, Rene era todo menos una persona pacifica, sin ella la casa seria meramente fría y estática, era ella quien sacaba temas de conversación en la mesa, era ella a quien se le ocurrían las ideas descabelladas, sin ella nos hundiríamos en la depresión – Mami – Le llame así de la misma manera como la llamaba cuando tenía 7 años, me acurruque en su pecho – No nos dejes – Pedí aguantando entrar en pánico – Te quiero, te queremos... - Sonreí con nostalgia.

Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora