Capítulo 98

628 34 2
                                    


-Estoy bien – Dije intentando zafar mi brazo de las manos de la enfermera, la cual quería tomar mi presión arterial.

-Por favor Señora – Pidió colocándome el aparato en mi brazo, me rendí, me quede quieta – Está un poco baja – Dijo mirándome con reproche – Debería reposar un poco – Ascendí – Le informare al doctor Cullen – Dijo dirigiéndose a la puerta, esta se abrió repentinamente – Doctor – Era Carlisle.

-¿Cómo está? – Pregunto mirándola, ella ascendió.

-Tiene un poco baja la presión arterial, solo necesita descansar – Carlisle me miro, me encogí de hombros.

-Por favor pon a disposición una silla de ruedas – Estuve a punto de diferir, pero Carlisle levanto un dedo en mi dirección – Y por favor retiren los monitores de la habitación de mi hijo – Ella ascendió y salió.

-Sill... - Me interrumpió.

-Quiere verte, pero estoy debatiéndome en dejarte ir o no – Dijo sentándose frente a mí, me sentí desesperada – Eres madre primeriza y de gemelos... - Me recordó tranquilamente – Quiero que estés tranquila, has tenido un embarazo muy nervioso – Ascendí – Mantente tranquila – La puerta de abrió dejando ver a la misma enfermera con una silla de ruedas – Toma asiento por favor – Pidió extendiendo su mano, la tome, me guio directamente a la silla, me senté sin rechistar – Yo la llevare, por favor encárgate del paciente del 33B – La enfermera ascendió, comenzó a llevarme hacia la habitación donde Edward estaba, conforme nos íbamos acercando un peso caía en mi – Esta muy curioso por ti – Coloque mis manos en mi regazo y me limite a verlas firmemente, de pronto ya estábamos frente a su puerta, me ayudo a entrar – Si necesitan algo – Edward rio, su risa, hacía mucho tiempo que no la escuchaba, era como una bella melodía para mis oídos, no pude evitar sentirme melancólica.

-Está bien – Susurro con voz ronca – Todo estará bien – Mordí mi labio inferior.

-Los dejo entonces – Escuche sus pasos dirigirse a la puerta, acto seguido la puerta cerrarse, hubo un largo silencio.

-Isabella... - Susurro haciendo que lo mirara – Ese nombre se me viene a la cabeza, te pertenece a ti según me dijo mi padre... - Lo mire directo a los ojos, ascendí – Que bonito nombre... Isabella – Sonreí.

-Bella... Me gusta mucho más Bella – Él sonrió,

-Ok Bella... ¿Te sucedió algo? – Pregunto – Hace un par de horas estabas bien, quiero decir no estabas en silla de ruedas – Negué con la cabeza.

-Tu padre insistió, pero yo me siento muy bien – Coloque mis manos en mi vientre, él no sabía que estaba embarazada, al menos no lo recordaba.

-Te recuerdo... Te recuerdo en mi habitación – Susurro mirando hacia enfrente, intentaba recordarlo – En mi departamento – Sentí mis mejillas arderse, él rio – Es un recuerdo acertado entonces – Seguía siendo el mismo Edward – Tienes un bonito lunar en tu hombro derecho – Reí, ascendí – Lamento no poder recordarte más, aunque lo estoy intentando – Me extendió su mano, coloque mi mano en mis labios, él volvió a insistir, coloque mi mano en la suya – Tenme un poco de paciencia y pronto podre recordarte ampliamente – Sonreí - ¿Tienes algo que contarme? – Pregunto sin soltar mi mano.

-¿Tienes algo que preguntarme? – Contra ataque, él rio.

-No... En este momento mi cabeza es un lio – Dijo colocando una mano en un costado de su cabeza – Vienen muchos recuerdos a mi como un golpe y es abrumador – Sonreí.

-Entonces... - Me interrumpió.

-Solo cuéntame algo – Susurro – Quiero recordarte desesperadamente – Apreté mis manos contra mi regazo, ¿Seria el momento apropiado para decirle sobre mi embarazo?

-Odias el sushi – Dije bromeando, él rio.

-¿Así? – Pregunto confundido.

-Hace unos meses por un antojo mío comimos sushi y te sentiste muy mal – Rio – Prometiste odiarlo – Volvió a reír.

-¿Por qué? – Pregunto riendo.

-Bueno... Yo... - Me miro – Yo... - Me miro, "Solo díselo Bella" – Bueno... Yo... - Me sonrió con ternura.

-Dímelo – Pidió acariciando mis nudillos delicadamente – Lo que sea dímelo.

-Estoy sentada en esta silla de ruedas porque todos están preocupados por mi estado de salud, he tenido muchas emociones fuertes y... Y todo ha pasado muy rápido desde esa noche del bendito sushi y desde que... Desde que nos enteramos que vamos a ser papas – Sus ojos se abrieron como platos y dejo de acariciar mi mano, hubo un largo silencio y su mirada se clavó en mi vientre.

-Estás... Estás embarazada... - Dijo en un susurro, ascendí y descubrí mi vientre, apenas era una pequeña barriga, cerro sus ojos y sonrió ampliamente - ¿De veras? – Pregunto con emoción, ascendí, rio - ¿De verdad?, ¿No me estás jugando una broma? – Negué con la cabeza, de pronto se sentó en la orilla de la cama, sus ojos brillaban animado - ¿Puedo? – Pregunto señalando con su mano libre mi vientre, lo mire sorprendida, era la primera vez que Edward tocaría mi vientre de meses, ascendí, el coloco su mano en mi vientre y sonrió ampliamente – Así que seremos papas – Susurro con una sonrisa amplia, de pronto cerro los ojos, se puso pálido de inmediato, me puse de pie.

-¿Estas bien? – Pregunte colocando mis manos en sus hombros, ascendió.

-Toma asiento, tranquila, solo me duele la cabeza – Susurro.

-Llamaré a Carlisle – Él negó con la cabeza, abrió sus ojos y volvió a sonreír.

-Estoy bien, solo déjame acariciar a nuestro hijo – Susurro animado, sonreí.

-Hijos... - Corregí, él soltó a reír.

-El deseo – Dijo entre risas, solté a reír – Tuve muchos sueños sobre ti – Dijo aun con su mano en mi vientre y mirándome a los ojos – No sé si son reales, pero me confirmo tu sonrojo cuando te dije que te recordaba en mi habitación... - Volví a sonrojarme – Ahora resulta que no son sueños, si no meras realidades, me hace feliz saberlo, ¿Estuviste muy preocupada por mí? – Pregunto mirándome a los ojos, cerré mis ojos y coloque mi mano encima de su mano, aquella que estaba contra mi vientre.

-Solo deseaba verte despierto... Estaba desesperada por ti – Sonrió.

-Todo está bien ahora, solo preocúpate por que tu estés bien, mejor dime, ¿Por qué no puedo recordar algo sobre tu embarazo?, ¿Tan mal estoy? – Pregunto acariciando mi vientre y provocando un cosquilleo, me quede en silencio por un momento.

-No... No es eso... Solo hemos ido una sola vez al médico juntos – Frunció el ceño ligeramente.

-¿Por qué? – Pregunto, aquello... Aquello vino a mi mente de nuevo, aquel maldito recuerdo, pero eso no importaba, no en este momento, solo importaba él.

-Te lo explicare luego, te lo prometo, ahora descansa – No se miraba bien, estaba pálido y parecía muy cansado.

-No estoy cansado – Aun su mano se encontraba en mi vientre, sonreí.

-Yo sí estoy un poco cansada – Confesé avergonzada, sonrió.

-A sus órdenes señora – Toco un botón de la pared, este parpadeo rojo un par de veces, nos miramos un segundo en silencio - ¿Sabes?, estoy muy feliz de que estés aquí, es algo inexplicable, solo no quiero que te vayas nunca más – Me sonrió.

-No me iré, lo prometo – De pronto con su dedo índice negó.

-Tienes que descansar, me contaron por allí que no te has movido para nada de aquí... - Coloco dos de sus dedos en mi frente y dio un pequeño empujoncito, me sonrió – Ve y descansa, yo si no me podre ir a ningún lado, además quiero que me cuentes sobre nuestros hijos – Sonreí con ternura, no pude evitar sentir en mi pecho una calidez - ¿Lo prometes? – Susurro, ascendí.

-Lo prometo – Devolví con el mismo tono de voz.

Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora