-Estoy bien – Dije intentando zafar mi brazo de las manos de la enfermera, la cual quería tomar mi presión arterial.
-Por favor Señora – Pidió colocándome el aparato en mi brazo, me rendí, me quede quieta – Está un poco baja – Dijo mirándome con reproche – Debería reposar un poco – Ascendí – Le informare al doctor Cullen – Dijo dirigiéndose a la puerta, esta se abrió repentinamente – Doctor – Era Carlisle.
-¿Cómo está? – Pregunto mirándola, ella ascendió.
-Tiene un poco baja la presión arterial, solo necesita descansar – Carlisle me miro, me encogí de hombros.
-Por favor pon a disposición una silla de ruedas – Estuve a punto de diferir, pero Carlisle levanto un dedo en mi dirección – Y por favor retiren los monitores de la habitación de mi hijo – Ella ascendió y salió.
-Sill... - Me interrumpió.
-Quiere verte, pero estoy debatiéndome en dejarte ir o no – Dijo sentándose frente a mí, me sentí desesperada – Eres madre primeriza y de gemelos... - Me recordó tranquilamente – Quiero que estés tranquila, has tenido un embarazo muy nervioso – Ascendí – Mantente tranquila – La puerta de abrió dejando ver a la misma enfermera con una silla de ruedas – Toma asiento por favor – Pidió extendiendo su mano, la tome, me guio directamente a la silla, me senté sin rechistar – Yo la llevare, por favor encárgate del paciente del 33B – La enfermera ascendió, comenzó a llevarme hacia la habitación donde Edward estaba, conforme nos íbamos acercando un peso caía en mi – Esta muy curioso por ti – Coloque mis manos en mi regazo y me limite a verlas firmemente, de pronto ya estábamos frente a su puerta, me ayudo a entrar – Si necesitan algo – Edward rio, su risa, hacía mucho tiempo que no la escuchaba, era como una bella melodía para mis oídos, no pude evitar sentirme melancólica.
-Está bien – Susurro con voz ronca – Todo estará bien – Mordí mi labio inferior.
-Los dejo entonces – Escuche sus pasos dirigirse a la puerta, acto seguido la puerta cerrarse, hubo un largo silencio.
-Isabella... - Susurro haciendo que lo mirara – Ese nombre se me viene a la cabeza, te pertenece a ti según me dijo mi padre... - Lo mire directo a los ojos, ascendí – Que bonito nombre... Isabella – Sonreí.
-Bella... Me gusta mucho más Bella – Él sonrió,
-Ok Bella... ¿Te sucedió algo? – Pregunto – Hace un par de horas estabas bien, quiero decir no estabas en silla de ruedas – Negué con la cabeza.
-Tu padre insistió, pero yo me siento muy bien – Coloque mis manos en mi vientre, él no sabía que estaba embarazada, al menos no lo recordaba.
-Te recuerdo... Te recuerdo en mi habitación – Susurro mirando hacia enfrente, intentaba recordarlo – En mi departamento – Sentí mis mejillas arderse, él rio – Es un recuerdo acertado entonces – Seguía siendo el mismo Edward – Tienes un bonito lunar en tu hombro derecho – Reí, ascendí – Lamento no poder recordarte más, aunque lo estoy intentando – Me extendió su mano, coloque mi mano en mis labios, él volvió a insistir, coloque mi mano en la suya – Tenme un poco de paciencia y pronto podre recordarte ampliamente – Sonreí - ¿Tienes algo que contarme? – Pregunto sin soltar mi mano.
-¿Tienes algo que preguntarme? – Contra ataque, él rio.
-No... En este momento mi cabeza es un lio – Dijo colocando una mano en un costado de su cabeza – Vienen muchos recuerdos a mi como un golpe y es abrumador – Sonreí.
-Entonces... - Me interrumpió.
-Solo cuéntame algo – Susurro – Quiero recordarte desesperadamente – Apreté mis manos contra mi regazo, ¿Seria el momento apropiado para decirle sobre mi embarazo?
-Odias el sushi – Dije bromeando, él rio.
-¿Así? – Pregunto confundido.
-Hace unos meses por un antojo mío comimos sushi y te sentiste muy mal – Rio – Prometiste odiarlo – Volvió a reír.
-¿Por qué? – Pregunto riendo.
-Bueno... Yo... - Me miro – Yo... - Me miro, "Solo díselo Bella" – Bueno... Yo... - Me sonrió con ternura.
-Dímelo – Pidió acariciando mis nudillos delicadamente – Lo que sea dímelo.
-Estoy sentada en esta silla de ruedas porque todos están preocupados por mi estado de salud, he tenido muchas emociones fuertes y... Y todo ha pasado muy rápido desde esa noche del bendito sushi y desde que... Desde que nos enteramos que vamos a ser papas – Sus ojos se abrieron como platos y dejo de acariciar mi mano, hubo un largo silencio y su mirada se clavó en mi vientre.
-Estás... Estás embarazada... - Dijo en un susurro, ascendí y descubrí mi vientre, apenas era una pequeña barriga, cerro sus ojos y sonrió ampliamente - ¿De veras? – Pregunto con emoción, ascendí, rio - ¿De verdad?, ¿No me estás jugando una broma? – Negué con la cabeza, de pronto se sentó en la orilla de la cama, sus ojos brillaban animado - ¿Puedo? – Pregunto señalando con su mano libre mi vientre, lo mire sorprendida, era la primera vez que Edward tocaría mi vientre de meses, ascendí, el coloco su mano en mi vientre y sonrió ampliamente – Así que seremos papas – Susurro con una sonrisa amplia, de pronto cerro los ojos, se puso pálido de inmediato, me puse de pie.
-¿Estas bien? – Pregunte colocando mis manos en sus hombros, ascendió.
-Toma asiento, tranquila, solo me duele la cabeza – Susurro.
-Llamaré a Carlisle – Él negó con la cabeza, abrió sus ojos y volvió a sonreír.
-Estoy bien, solo déjame acariciar a nuestro hijo – Susurro animado, sonreí.
-Hijos... - Corregí, él soltó a reír.
-El deseo – Dijo entre risas, solté a reír – Tuve muchos sueños sobre ti – Dijo aun con su mano en mi vientre y mirándome a los ojos – No sé si son reales, pero me confirmo tu sonrojo cuando te dije que te recordaba en mi habitación... - Volví a sonrojarme – Ahora resulta que no son sueños, si no meras realidades, me hace feliz saberlo, ¿Estuviste muy preocupada por mí? – Pregunto mirándome a los ojos, cerré mis ojos y coloque mi mano encima de su mano, aquella que estaba contra mi vientre.
-Solo deseaba verte despierto... Estaba desesperada por ti – Sonrió.
-Todo está bien ahora, solo preocúpate por que tu estés bien, mejor dime, ¿Por qué no puedo recordar algo sobre tu embarazo?, ¿Tan mal estoy? – Pregunto acariciando mi vientre y provocando un cosquilleo, me quede en silencio por un momento.
-No... No es eso... Solo hemos ido una sola vez al médico juntos – Frunció el ceño ligeramente.
-¿Por qué? – Pregunto, aquello... Aquello vino a mi mente de nuevo, aquel maldito recuerdo, pero eso no importaba, no en este momento, solo importaba él.
-Te lo explicare luego, te lo prometo, ahora descansa – No se miraba bien, estaba pálido y parecía muy cansado.
-No estoy cansado – Aun su mano se encontraba en mi vientre, sonreí.
-Yo sí estoy un poco cansada – Confesé avergonzada, sonrió.
-A sus órdenes señora – Toco un botón de la pared, este parpadeo rojo un par de veces, nos miramos un segundo en silencio - ¿Sabes?, estoy muy feliz de que estés aquí, es algo inexplicable, solo no quiero que te vayas nunca más – Me sonrió.
-No me iré, lo prometo – De pronto con su dedo índice negó.
-Tienes que descansar, me contaron por allí que no te has movido para nada de aquí... - Coloco dos de sus dedos en mi frente y dio un pequeño empujoncito, me sonrió – Ve y descansa, yo si no me podre ir a ningún lado, además quiero que me cuentes sobre nuestros hijos – Sonreí con ternura, no pude evitar sentir en mi pecho una calidez - ¿Lo prometes? – Susurro, ascendí.
-Lo prometo – Devolví con el mismo tono de voz.
ESTÁS LEYENDO
Mírame y dime que no
FanficPROLOGO ¿Como no enamorarme de sus ojos? ¿Como no sentirme prisionero de su cautivadora belleza? Solo quería poder enamorarla, quería mirar ese rostro el resto de mi vida, estaba claro que ella le tenía a la gran diferencia que ella hacia entre nos...