Me había mudado de nueva a casa de mis padres, necesitarían ayuda y para ello estaba yo aquí, Edward estaba en casa la mayoría del tiempo y resulto un buen contrincante con las cartas para Charlie, pasaban horas y horas solo en una partida, también un buen acompañante para ver partidos por televisión, y cuando Charlie no estaba, resultaba ser para mi madre un buen parlanchín, la pequeña caja de las maravillas. Lo más triste el que después se tenía que ir, y aunque Rene insistía, Edward no parecía estar de acuerdo, siempre se despedía.
-Te extraño – Dije mientras me acurrucaba en su pecho.
-Y yo a ti – Dijo besando mi cabeza.
-¿Por qué no te quedas? – La semana que había estado sin dormir entre sus brazos se me había hecho más que eterna, me había acostumbrado estar a su lado cada mañana y compartir más que el tiempo.
-No creo que sea oportuno, mi vida, tengo que irme – Me quede extrañada.
-¿Pasa algo? – Él negó con la cabeza y beso mi frente.
-No... No pasa nada – Suspiro – Solo tengo algo de trabajo – Parecía estar sumido en sus pensamientos – Discúlpame – Pidió mirándome, negué con la cabeza.
-Lo entiendo – Sonreí.
-Nos vemos mañana – Parecía distraído, beso mi frente y se fue, lo vi partir en su coche, toque mis labios en señal de faltante, nunca había visto a Edward tan distraído y distante, frio recorrió mi cuerpo y no era por ser noviembre.
No pare de dar vueltas en mi cama toda la noche, aquel beso faltante me estaba dando en que pensar, necesitaba hablar con alguien y quien mejor que Alice, mire el reloj en mi mesita de noche eran las dos de la madrugada.
-Lo siento cuñada – Di un salto de mi cama y tome mi móvil de mi escritorio y marque su número, cinco llamadas y Alice aun no respondía, vaya que Alice dormía muchísimo – Vamos Alice – Dije marcando una última vez y entonces respondió - ¿Alice? – Un gemido se escuchó del otro lado de la línea – Lo siento yo... - Un suspiro se escuchó por parte de Alice.
-¿Qué pasa? – Murmuro - ¿Rene está bien? – Alice se escuchaba más consciente y preocupada.
-Si está bien... Yo solo necesito hablar contigo – Un silencio profundo se escuchó.
-¿Qué tan grave es? – Pregunto completamente despierta.
-Edward y yo – Murmure.
-En 10 estoy allí – Escuché como corto la línea, sonreí mirando el teléfono, Alice era única en su especie.
Bajé en puntillas al salón para no hacer ruido y me senté en el sofá mirando hacia la calle esperando a Alice, el silencio inundaba el salón, lo único que se podía escuchar era el reloj empotrado en la cocina, cerré mis ojos y comencé a contar el Tic, Toc, Tic, Toc... Del reloj, pero en mi mente venia Edward y su comportamiento, ¿Qué estaba pasando?, ¿Dónde me había perdido?, ¿Algo había cambiado entre nosotros?, ¿Qué cambio?, ¿Acaso la distancia?, quizá ya había arrepentimiento de su parte. Mi mente comenzaba a jugarme verdaderamente chueco.
-Alice llega ya – Suplique.
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Mírame y dime que no
FanfictionPROLOGO ¿Como no enamorarme de sus ojos? ¿Como no sentirme prisionero de su cautivadora belleza? Solo quería poder enamorarla, quería mirar ese rostro el resto de mi vida, estaba claro que ella le tenía a la gran diferencia que ella hacia entre nos...