Capítulo 12

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La famosa pasarela de la colección "Otoño-Invierno" tenía a todo mundo con los cabellos de punta, corríamos de un lado para otro, planificando, practicando, elaborando y supervisando, en mi caso era ayudar a todos con lo que fuera, era el eslabón que no encajaba en la empresa, terminaba de sobra y Esme me pidió que los ayudara a todos. Me sentía inútil a un lado de la mancuerna que hacían Jasper y Alice, poco utilizable con Emette el coordinador de los eventos, Alice me había hecho sentir más útil, me obligaba a confeccionar junto con ella, dar opiniones y cambiar lo que ella me mencionara no gustarle. Era sentirme asfixiada a su lado, me sentía extremadamente fuera de lugar.

-Vamos cuñada has un esfuerzo – Me pidió ella con ánimos, la mire de manera fulminante, ella coloco sus manos a manera de paz y sonrió, así me mencionaba cuando estábamos solas, con aquella palabra que me encogía el corazón y hacia que la sangre me recorriera el cuerpo en segundos.

-Alice – Regañe mientras dejaba alfileres en su escritorio – Ya hemos hablado de eso, tienes... - Me interrumpió.

-Eres mi cuñada hasta que me demuestres lo contrario – Se encogió de hombros y comenzó a colocar diferentes colores y estilos de tela en el maniquí, rodee los ojos, le extendí un trozo de tela color perla, ella lo coloco encima de aquellas telas que colgaban sin ningún sentido para mí, pero para ella esos trozos de tela eran su pasión – Estoy pensando – Dijo sacándome de mi enredo mental – No soy muy buena haciendo publicidad, de ello se encarga Edward – Dijo colocando alfileres, dándole una forma exquisita aquel vestido – Quiero saber si Edward puede incluir estos colores – Dijo señalando el vestido y después se desvió a su escritorio – Y algo como esto – Dijo mostrándome un pequeño frasco, tenía brillo al punto de deslumbrar – Es otoño pero eso no impide que brillemos – Dijo emocionada y aplaudiendo – Tome el frasco.

-¿Qué quieres que haga?, ¿Se los doy a Jessica? – Ella negó con la cabeza y camino alrededor del maniquí, mirándolo con atención.

-Llévaselos tu – Dijo ausente, pero muy en el fondo conocía sus negras intenciones, negué con la cabeza, ella me miro – Vamos... Es trabajo – Su tono pícaro me daba a entender que era todo menos trabajo.

-Ok – Dije tomando unos pequeños trozos de tela – Te odio, ¿Sabes? – Ella me miro y me guiño un ojo.

-Me amas, lo sé – Me lanzo un beso, salí con paso lento hacia su oficina, tenía que reconocerlo verlo me tensaba entera, más que nada por aquel beso que no recibí, temía que lo que Alice me había dicho se estuviera convirtiendo en mi realidad.


Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora