Capítulo 10

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Salí corriendo de casa, de nuevo llegaría tarde, Alice no me lo perdonaría, era el tipo de chica del cual te puedes ganar su rencor en un abrir y cerrar de ojos.

Me vestí con lo primero que más o menos formal encontré en mi armario, un vestido color marfil ceñido al cuerpo, un pequeño cinto delgado me rodeaba la cintura y no hay nada que pudiera hacer con mi cabello. Me encontré frente a la dirección que Alice me había proporcionado, nada más y nada menos que el lugar más elegante y clásico de la ciudad, me sentí de inmediato fuera de lugar, rodee los ojos e ingrese al lugar, era un lugar no apto para descoordinados, eso estaba muchísimo más que claro, cristalería adornaba el lugar, un hermoso candelabro decoraba el interior, era como las películas, una luz tenue y romántica, hermosos manteles cubrían las mesas, música relajante escuchándose en segundo plano, la tarde cubriendo la hermosa obra arquitectónica que era este lugar, suspire.

-¿Puedo ayudarla? – Gire para ver a la persona que me hablaba, era un hombre más alto que yo, vestía un esmoquin negro impecable, su cabeza estaba siendo cubierta por cabello blanco delatando su mayoría de edad.

-Amm... - Dije mientras rebuscaba las palabras correctas, el hombre sonrió amable.

-¿Espera a alguien? – Ascendí un poco inquieta.

-A la señorita Cullen – El hombre sonrió más ampliamente.

-Ya veo – Dijo mientras reunía sus manos en un enlace – Sígame – Dijo invitándome a caminar, lo seguí por entre las mesas, esquivando de romper o molestar a alguien, giramos en una columna y continuamos por un pasillo aún más tenue la iluminación – Pasé por favor – Pidió señalando un montón de cortinas doradas, cremas, devolví una mirada incrédula, insistió con sus manos. Me quede parda mirando las cortinas, el hombre partió, mire a todos lados.

"¿Qué planeas Alice Cullen? – Sonreí y negué con la cabeza, como si no lo supiera, Alice era maquiavélica, eso lo sabíamos todo el mundo, me adentré sin pensarlo más veces.

-Bella – Dijo Alice poniéndose de pie, me dio un beso sonoro en la mejilla – ¿Podría traernos vino? – El caballero ascendió silenciosamente y salió disparado atravesando las cortinas – Siéntate – Pidió señalándome los sofás color marfil, le hice caso omiso.

-¿Qué necesitas? – Pregunte con aspereza, ella me miro agresivamente.

-Quiero que me digas, ¿Qué demonios paso con ustedes dos? – Me enderece de golpe – Quiero que me expliques, no lo entiendo – Dijo haciendo gestos con las manos, suspire.

-No hay nada que explicar – Dije poniéndome de pie – Y si... - Me interrumpió.

-Siéntate Bella – Dijo en tono cortante, se puso de pie – Solo explícame – Pidió con amabilidad, me resigne y me deje caer en el sofá.

-Alice... - Mire a mi alrededor – ¿No es obvio? – Pregunte mirándola a los ojos, ella frunció levemente el ceño – Alice escucha, yo no podría venir a un lugar como este, al menos que trabaje dos meses enteros... Me titule apenas hace unos meses - Suspire intentando relajar aquel nudo que se formaba en mi garganta – Tu hermano y yo somos muy diferentes... Demasiado – Ella soltó a reír.

-¿Qué tontería me dices? – Pregunto en un grito – Me estás diciendo, ¿Que es por... Por qué él tiene dinero y tú no? – La mire con hostilidad – Esa es una estupidez – Soltó aun riendo – Bella.

-Alice, no quiero que me mire como una interesada... Ni él ni nadie – Alice abrió los ojos tanto que parecía que se le saldrían de la cuenca, el hombre entro dejando la botella de vino y dos cartas.

-¿Qué clase de personas nos consideras? – Trague saliva – Tenemos corazón Bella, jamás medimos a las personas por lo que tienen sino por lo que son... - La interrumpí.

-¿Qué crees que diría tu madre si supiera que estoy perdida por tu hermano?, ¿Qué diría tu padre? – Alice negó con la cabeza.

-Bella no conoces a mis padres... Ellos confían en... - La volví a interrumpir.

-Confían en que escogerán buenas personas de vida... No sanguijuelas como yo – Ella tomo la copa y la lleno.

-Eres una mujer independiente Bella, tienes excelentes ideas en la moda, eres eficiente... - La interrumpí.

-No Alice... - Ella suspiro resignada.

-Él te ama... Nunca lo había visto tan feliz y he estado con él toda mi vida, Bella creo que tienes un problema con tu manera de pensar, el dinero... ¡Da! es dinero, pero no todos gozan de tener un espíritu como el tuyo... Lo importante no es esto – Dijo señalando su cartera – Sino esto – Apunto su corazón y su cabeza – Y eres una reverenda estúpida si dejas que esa tontería rompa lo que siente mi hermano por ti.

Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora