-Quiero que sea una sorpresa – Dijo Edward parándose frente a la puerta donde él, Esme y mi madre habían estado metidos días, entrecerré mis ojos.
-¿Pero qué están haciendo? – Pregunte intentando abrirla, pero él se interpuso y comenzó a negar con la cabeza repetidas veces.
-Tendrán que esperarse – Dijo inclinándose hacia mí y robándome un beso - ¿Cómo te sientes? – Pregunto, solté un suspiro.
-Bien – Dije en un susurro, él coloco su mano en mi espalda y camino junto a mí – Estoy cansada – Dije bostezando – Estoy muy cansada – Repetí – Y se mueven demasiado – Dije colocando mi mano encima de mi gran vientre, un mes había pasado de la boda, nuestras niñas crecían constantemente y estaban enormes, me era complicado mantenerme en pie o respirando, entramos en nuestra habitación – Siento mucho tenerte aquí... – Dije mientras me sentaba en uno de los sillones individuales, él se colocó en cuclillas frente a mí y comenzó a acariciar mi vientre con delicadeza – Debes de tener muchas cosas que hacer y yo... - Negó con la cabeza.
-Mi único deber es cuidarlas – Dijo mientras se arrodillaba y se recargaba contra mi vientre con mucho cuidado, comencé a acariciar su cabello con delicadeza – Ya quiero conocerlas
-Y yo también – Dije emocionada.
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-¿A dónde fue Edward? – Pregunto mi madre mientras me pasaba la taza de té.
-Le han llamado de urgencia desde su oficina – Dije revolviendo la miel que estaba en el fondo de la taza, solté un suspiro y fuertes movimientos se sintieron dentro de mí, era como si se estuviesen estirando, sus pies o sus manos se clavaban contra mi vientre en búsqueda de espacio – Tranquilas... - Susurre riendo.
-¿Estas bien? – Pregunto mi madre, preocupada, asentí y sonreí.
-Estoy... Perfecta – Dije acariciando aquel lugar donde estaba la pequeña empujando – Ya... - Dije dejando la taza de té en la mesita y poniéndome de pie – Es tarde ya... - Dije caminando lentamente – Esme debería haber llegado ya... - Susurre incomoda.
-Tienes razón... - Dijo tomando el teléfono de casa, de pronto comenzaron a tocar la puerta.
-Debe ser ella... - Dije caminando hacia ella.
-Toma asiento voy yo... - Dijo Rene mientras dejaba el teléfono en su lugar. Comencé a recorrer con mis dedos mi vientre, era un gran vientre.
-Aquí – Dije apuntando una parte de mi vientre – Hay dos pequeñitas hermosas, a las cuales ya quiero conocer – Recibí varios movimiento en respuesta - ¿Les gusta la voz de mamá? – Solté a reír.
-Hola – Dijo Esme sonriéndome - ¿Cómo está la futura mamá? – Pregunto dejando una caja blanca en la mesa y acercándose a mí, beso mi mejilla, sonreí.
-Hola, estamos bien – Dije removiéndome en el sofá incomoda, pero sonriendo, mire la caja con sospecha - ¿Qué es eso? – Pregunte curiosa, Esme volteo a ver la caja y se encogió de hombros.
-Un chico de paquetería estaba por tocar la puerta y lo recibí yo. Es para ti – Dijo creándome sospecha – Ah... Pero yo les traje esto – Dijo mostrando una bolsa de regalo con el nombre de una pastelería, creo que mi cara fue tan emocional, porque ambas rieron.
-¿Qué será esta caja? – Pregunto Rene girándola, era de gran tamaño, la curiosidad también me invadía, me encogí de hombros - ¿Quieres que la abra? – Pregunto, negué con la cabeza.
-Yo la abro – Dije poniéndome de pie – Mejor, porque no traes platos, para esos ricos pastelillos – Dije aplaudiendo.
-Muy bien, ¿Quieres té Esme? – Pregunto Rene mientras se dirigía a la cocina, la caja tenía mucha cinta, pero fácil de quitar, la caja no tenía remitente, tampoco alguna señal de que tenía dentro, quite el último trozo de cinta.
Las tapas se abrieron y yo me quede estática, solté un grito fuerte y tire la caja al piso, solté a llorar desesperada.
-¿¡Que!? – Pregunto Esme corriendo hacia mí, sus ojos se dirigieron a la caja – Santo... Dios....
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La caja tenía dos muñecas bebes sin ojos y decapitadas, había pintura roja por todos lados y un cuchillo manchado.
-No veas... No veas... No veas – Me decía Rene una y otra y otra y otra vez escondiendo mi rostro en su cuello, no podía parar de llorar, estaba hecha un ovillo en la esquina del sofá con mis piernas encogidas y mi alma desecha, sentía mi pulso en mis orejas, mi corazón golpeaba tan fuerte que en cualquier momento se saldría de su cauce.
Alguien entraba a casa, era apenas un sonido audible al menos para mis oídos.
-¿Qué paso? – Era Edward, solté a llorar de nuevo, sentí sus brazos rodearme fuertemente, yo me aferre a él fuertemente, no podía parar de llorar, no podía parar – Calma, calma... - Dijo mientras acariciaba mi cabello – Mírame... - Pidió tomando mi rostro con sus manos – Tranquila... Bella – Me quede en silencio y lo mire.
-Kate... Kate... Kate – Dije en un susurro lleno de pánico, Edward me miro y volvió la vista a la caja, me abrazo fuerte.
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Mírame y dime que no
FanfictionPROLOGO ¿Como no enamorarme de sus ojos? ¿Como no sentirme prisionero de su cautivadora belleza? Solo quería poder enamorarla, quería mirar ese rostro el resto de mi vida, estaba claro que ella le tenía a la gran diferencia que ella hacia entre nos...