Capítulo 71

599 35 0
                                    


Ya habían pasado un par de días de que Edward se enteró del embarazo de Alice y creo que aún estaba atorado en el nombre de su hermana cada vez que la recordaba, reía y su rostro se transformaba tiernamente.

Edward no se había parado frente a sus padres solo por el motivo de que no se guardaría fácilmente el secreto de Alice que pronto se notaría, y ya se notaba, Esme le había hecho la observación de que sus senos estaban un poco grandes, las tonterías que tuve que hacer para cambiar el tema. Edward y yo nos habíamos puesto a las órdenes de la pequeña Alice embarazada y comelona, ya habíamos encontrado el momento para soltar la bomba, primero sería a Jasper, quien había estado distante con ella, pero lo que la jovencita no sabía era que Jasper le pediría que se casara con ella y esto con ayuda de Edward, y mía cuando me entere.

Edward y yo estábamos maniobrando para que ambas cosas sucedieran a la misma vez, y pronto tendríamos que ir a presentar la pasarela de otoño e invierno, que sería un viaje largo.

-Entonces necesitas las llaves de mi departamento... - Pregunto Alice mirándome con cautela y perspicacia, trague saliva incomoda y sonreí.

-Bueno... ¿Quieres que hagamos la sorpresa o no? – Pregunte extendiendo mi mano, ella entrecerró los ojos.

-Sí, pero habíamos quedado que sería fuera del departamento, en el salón de arriba – Dijo aun mirándome suspicaz, tenía que inventar algo bueno, solté un suspiro.

-Alice por favor, ¿Qué tienes en tu departamento que es tan... privado? – Pregunto colocando las manos en su escritorio e inclinándome hacia ella, frunció el ceño y me extendió las llaves.

-No hay nada... Solo que no entiendo por qué necesitan algo de mi departamento – Me sentí aliviada – Solo no muevas la caja dorada que está en mi closet y no los matare – Solté a reír, comencé a caminar de espaldas hacia fuera.

-Ok – Dije mientras salía corriendo hacia la oficina que compartía con Edward, me dispuse a entrar.

-¿Enserio vas a casarte? – Escuche una voz proveniente de la oficina, no hubo respuesta - ¿Por qué? – Era Kate, que hablaba con Edward.

-Porque la amo – Se escuchó su voz distraída.

-Pensé que nunca te casarías... - Reí silenciosamente y con mucha ironía.

-¿Por qué no? – Pregunto Edward con el mismo tono distraído – Isabella es una mujer muy hermosa y con muy buenos sentimientos... Es especial para todos aquí – Aquellas palabras me hicieron sentir bien.

-Para mí no – Dijo Kate en un tono cortante – Es más hasta me cae mal – Edward rio.

-Que novedad – Dijo Edward en tono arrogante.

-Tú y yo – Edward la interrumpió.

-Nunca hubo ni habrá un tú y yo, eres mi prima Kate – Quería entrar allí y preguntar un sinfín de cosas, pero corría el riesgo que ninguno de los dos me dijera nada, así que me quede frente a la puerta.

-No soy tu prima, te recuer... - Edward la interrumpió.

-Creciste a mi lado, como mi prima, mi segunda hermana – La voz de Edward se escuchaba una octava más arriba de lo normal.

-Siempre te he visto como hombre y sé que... - Abrí mis ojos tanto que sentí que mis ojos se salían de las cuencas.

-Nunca te vería como una mujer, jamás – Se escuchó como algo rotundo – Te quiero como una hermana, siempre te querré de esa manera.

-¡Pero yo no! – Grito Kate con fuerza.

-No hagas esto Kate, vamos aléjate – Un impulso me recorrió el cuerpo y entre empujando la puerta con fuerza, una sonrisa se formó en mis labios, una sonrisa que estaba verdaderamente forzada.

-¡Hola! – Dije con mucha efusividad, mire a Edward y a Kate, él estaba recargado en la pared y Kate en el escritorio - ¿Nos vamos? – Pregunte mirando a Edward, él solo ascendió.

-Nos vemos – Dijo Kate, cruzamos miradas, ella estaba molesta, me lo decía su cara y sus facciones, era evidentemente que no quería verme. Choco su hombro contra el mío y solté a reír.

-Nos vemos – Respondí con diversión, ella salió dando un portazo, mi sonrisa se borró automáticamente.

-Escuchaste – Dijo mirándome, ascendí.

-Ahora entiendo el sobrenombre "El trio de perras" – Dije intentando no gritar el nombre.

-Vamos – Dijo tomando nuestras cosas y extendiéndome mi bolso, me ayudo a ponerme mi abrigo, me miro y coloco sus manos en mi rostro, deteniéndome para que no volteara - ¿Estas enojada? – Pregunto intentando buscar mi mirada.

-Si – Dije en tono definitivo - ¿Por qué no me dijiste que ella esta perdidamente enamorada de ti?, pensé que me decías todo, ahora entiendo que no es así – Dije soltándome de su agarre – Es tarde – Dije yendo rápidamente al ascensor, él venía detrás de mí, lo escuche suspirar.

-Bella – Llamo con tranquilidad, voltee a verlo.

-Silencio – Dije en un susurro, guardo silencio.

Estaba furiosa, más que furiosa.

Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora