Capítulo 81

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Ambos estábamos mirando a la doctora en completo silencio, sin decir nada y ella hablaba y hablaba, nos daba un millón de consejos para cuidar mi primer embarazo y de... Gemelos o gemelas. Cuando salimos de allí, aun no hablábamos, solo caminábamos tomados de las manos.

-Gemelos... - Susurro Edward, voltee a verlo.

-Si... Gemelos – Dije en un susurro. Soltamos a reír.

-El deseo claro está – Dijo entre risas, ascendí, creo que estaba en shock.

La noticia quedaría entre Edward y yo por el momento, teníamos una pasarela que realizar y ganar, cuando llegamos, literalmente me arrastraron para arreglarme y sobre todo, las noticias corren y vuelan, todo mundo felicitaba a Alice y a mí por la gran nueva y nos consentían mucho.

-Quiero que hagan algo romántico con su cabello – Dijo Alice señalándome y acariciando mi cabello – Tengan mucho cuidado por favor y yo... Quiero unas patatas fritas urgentes – Dijo sentándose a mi lado y mientras que la chica que le arreglaba el cabello reía. Esme se nos unió un poco más tarde y nos anunció que todo iba perfecto, tranquilizando a una Alice que se atragantaba con papas fritas.

-Que tienes unos ojos bellísimos, no necitas mucho – Dijo Laurent mirando mi reflejo en el espejo, sonreí – Y ahora con tu embarazo más hermosos se ven – Solté a reír, me encontraba totalmente emocionada, tanto que hasta no me percate cuando terminaron de maquillarme y mi peinado ya estaba muy avanzado, después de un par de minutos más Laurent termino, había conseguido hacer un peinado sencillo pero digno de la ocasión – Y que milagro que el galán no esté aquí – Dijo volteando de un lado a otro, entonces di la razón, Edward siempre estaba aquí, no importaba cuantas veces lo echara Alice o el equipo.

-¿Ya terminaste? – Pregunte extrañada, él ascendió, me puse de pie – Iré a vestirme – Dije en un murmullo, algo andaba mal, muy mal. Subí a mi habitación y entre en la habitación - ¿Edward? – Llame extrañada, me quede en shock, inmóvil, congelada y enterrada en mi sitio, sentí como toda calidez escapo de mi cuerpo tan rápido que ni oportunidad tuve de estremecerme – Edward... - Susurre tan bajo – Kate... - La voz se apagó al decir su nombre, ambos estaban en la cama desnudos, sus ojos se posaron en mí y salí de aquella habitación tan rápido como mis pies me lo permitían, Alice y Jasper aparecieron en mi campo de vista, reían, pero en cuanto me vieron dejaron de reír,

-Bella... ¿Qué pasa? – Pregunto Alice tan asustada que palideció, la tome de los hombros.

-Sácame de aquí – Pedí suplicante, ella parecía no entender nada, miro a Jasper - ¡Sácame de aquí! – Grite solté a llorar allí mismo y caí de rodillas.

-Bella, ¿¡Qué pasa!? – Pregunto desesperada, solté un gemido de dolor, no podía decir aquella frase, mire a Jasper.

-Por favor – Suplique, Jasper me puso de pie y me abrazo.

-Cálmate... - Susurro con tanta tranquilidad y serenidad – Tranquila, ¿Qué es lo que paso?, ¿Dónde está Edward? – Volví a soltarme a llorar.

-¡Estaba en la cama con Kate! – Grite que mis palabras resonaron por todo el pasillo - ¡Te lo suplico Jasper sácame de aquí! – Ambos me miraban tan extrañados e impactados.

-¿Qué estás diciendo? – Dijo Alice mirándome turbada.

-Yo los vi – Dije ahogada en mis propias lágrimas, Alice comenzó a andar a zancadas largas hacia la habitación - ¡Por favor! – Patalee, Jasper me tomo del brazo.

-Vámonos – Dijo en un susurro apenas audible, Jasper me guio fuera de las habitaciones, el móvil de Jasper sonó en cuanto llegamos al estacionamiento, contesto sin decir más – Alice – Dijo tan sereno que no pude evitar verlo – Tranquila cariño, por favor – Pidió suplicante – Estamos en el estacionamiento... - Hubo un largo silencio – Esta bien. Tranquila. Te amo – Susurro y colgó, abrió la puerta de la parte trasera del coche y entre, coloque mi cabeza entre mis manos y continúe llorando, mis manos temblaban, mi cuerpo entero temblaba, me sentía horrible, mi corazón dolía demasiado, la puerta volvió a abrirse para dejar entrar a una Alice que en cuanto me vio me trabo en un abrazo y comenzó a llorar junto conmigo.

-Ya Bella – Susurro aguantando el nudo que había en su garganta – Vámonos – Susurro a Jasper, él encendió el auto y partimos, el celular de Alice comenzó a sonar, ella respondió – ¡Puedes irte a la mierda! – Grito Alice seguido de lanzar el teléfono en algún lugar del coche – Ya hermana, ya – Susurro besando mi cabeza, y es que no podía parar de llorar, no podía, tenía tan fragmentado el corazón, dolía como el demonio. 

Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora