Capítulo 90

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-Así que le llamaste – Dijo Alice mirándome con picardía.

-No debí contártelo – Dije encajando el tenedor en el pastel de fresas que Alice había traído, ella soltó a reír.

-¿Por qué? – Pregunto levantándose del sofá individual y sentándose a mi lado – Lo extrañas – Dijo con evidencia, ascendí.

-Y demasiado – Dije colocándome una mano en mi pecho y bajándola a mi vientre rápidamente – No debería – Dije encajando el tenedor repetidas veces en el pastel.

-¿Por qué no... - La interrumpí solo con mirarla, ella levanto sus manos a manera de paz – Estoy embarazada – Se defendió, solté un suspiro.

-¿Crees que no lo pensé? – Dije mirando hacia la televisión – Lo pensé mucho, pero no podría con eso... No se... No quiero verle, tan solo de pensar que.... Me da asco – Dije dejando el pastel en la mesa del centro, Alice soltó un suspiro y ascendió, me recargue en su hombro, ella recargo su cabeza contra la mía.

-No tienes idea de lo difícil que ha sido para todos – Susurro con cansancio – Mi madre está deprimida, papá hace lo imposible por levantarnos la moral a todos... Kate – Solté un suspiro, más bien un gruñido – Mi madre la hecho de casa, llamo a tía Carmen, pero sinceramente Kate desapareció, solo sabemos de ella cuando quiere molestar... - Hubo un largo silencio – Aunque yo sigo creyendo que aquí hay algo sucio – Susurro, voltee a verla, de pronto la puerta del departamento se abrió, ambas volteamos a ver, entraban animados Seth y Leah, llevaban bolsas con comida, nos miraron.

-¿Interrumpimos? – Pregunto Leah frenando a su hermano, ambas negamos.

-Trajimos comida, Señorita Cullen, ¿Se queda a comer? – Pregunto Seth, reí, creo que Alice intimidaba al pequeño Seth.

-¿Puedo quedarme? – Dijo Alice girándose en el sofá, quedando con las rodillas en el asiento, Seth ascendió animado.

-Creo que le gustas a Seth – Dije en un murmullo, Alice me miro y me dio un golpecito en la frente, comimos sin ningún minuto de silencio, las bromas y las técnicas de dibujo predominaban en la charla, al acabar todos recogimos la mesa, los chicos se despidieron y de nuevo Alice y yo quedamos solas - ¿Qué me puedes contar de... De Edward? – Dije en un susurro, ella me miro y mordió su labio inferior.

-Tiene problemas legales por incumplimiento de contratos, nada que no pueda resolver, por eso tiene un imperio – Dijo soltando un suspiro y recostándose en el respaldo del sofá – Ayer salió de viaje para solucionar una situación – Se encogió de hombros, aquello me hizo sentir culpable – Descuida – Dijo en un susurro pensativa – Todo está bien – Me sonrió, miro el reloj de su muñeca y soltó un suspiro, tengo que irme – Dijo poniéndose de pie con dificultad, se acercó y beso mi mejilla – Cuídate, si necesitas algo no dudes en llamarme, te quiero – Sonreí, ella salió, cuando la puerta se cerró, por toda la habitación sonó un eco profundo, un escalofrío me recorrió entera, de nuevo estaba sola, pero me sentía extraña, tenía una sensación dolorosa en mi pecho, sacudí mi cabeza fuertemente, me puse de pie y me prepare para ir a dormir, pero algo era diferente, algo no estaba bien.

Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora