Capítulo 114

617 33 3
                                    


Me quede un poco consternada al ver solo la entrada de aquel enorme salón que derrochaba elegancia por donde quiera que se mirara.

-Dios... - Susurre mirando más atentamente, no estábamos para nada solas, habían miles de personas con cámaras fotográficas esperando por una buena foto de nosotros – Quiero vomitar – Dije colocando mi mano en mis labios evitando a toda costa aquel acto tan aberrante.

-No lo menciones – Dijo Alice tapando sus oídos.

-Tranquilas – Dijo Charlie mirando a Carlisle muy poco convencido de sus palabras, nuestras madres estaban con los chicos, solo me preguntaba si ellos pasaron por esto.

-Por aquí será imposible entrar de incógnita – Dijo Carlisle sonriendo, ascendí – Bien – Dijo inclinándose hacia el conductor, al cual le susurro indicaciones – Bien, ustedes tranquilas, nosotros nerviosos – Ambos asintieron, quizá solo para confirmar que estaban de acuerdo en aquellas palabras mencionadas.

El conductor puso en marcha de nuevo, dio vueltas por un par de calles intentando despistar seguramente y de pronto entro en un gran estacionamiento, condujo por un par de minutos y aparco, apreté fuertemente mis manos en puños. Estaba nerviosa, sin embargo era un nerviosismo que podía disfrutar, era un maravilloso cambio, una vida diferente, una vida que prometía muchas más maravillas.

-Es hora Bella... - Mire a mi padre el cual me extendía su mano para bajar, sonreí y asentí, tome su mano y baje, Alice ya estaba abajo charlando animada con su padre, podría decir que Carlisle no tenía para nada un buen gesto, parecía querer escapar, tal cual como mi padre, que me miraba con sentimientos encontrados, parecían tener una lucha interna con la cual no podían - Te voy a extrañar – Reí.

-Solo me caso, no me mudo – Le recordé dándole un golpecito en su hombro, él asintió, después trago saliva y aflojo un poco el nudo de su corbata.

-Lo se... Pero ya no estarás en casa, me aburriré... ¿Quién me dirá nuevos métodos de tortura? – Soltamos a reír.

-Siempre estaremos para ti Charlie – Le recordé colocando mis manos en mi vientre, este sonrió y coloco una mano encima de las mías.

-Te vez hermosa – Dijo haciéndome que soltara un par de risas.

-Yo aún no puedo creer que tengas corbata – Dije burlándome.

-Ya está todo listo – Dijo Esme apareciendo de pronto y tras ella mi madre – Los dos están un poco desesperado... - Dijo haciendo con sus dedos un ademan poco creíble de la desesperación de nuestros chicos.

-Es hora – Anuncio Rene, pareció que aquellas palabras impactaron demasiado en nuestros padres, ya que estos soltaron suspiros largos y cansados.

-En marcha – Insistió Esme mirando a su hija y esposo con una sonrisa en sus labios, pero con sus ojos apunto de inundarse en lágrimas y mi madre... Que podía decir, ella estaba igual a diferencia que mordía sus labios para no llorar – Yo iré con Edward – Dijo caminando de espaldas.

-Yo...Yo estaré esperándolos – Dijo Rene dándose la vuelta, seguro ya estaba llorando, mire a Alice, esta me miraba y solo pudimos darnos un apretado, pero muy apretado abrazo.

Me tome del brazo de Charlie y comenzamos a caminar, Alice y Carlisle iban un poco más enfrente que nosotros.

-¿Estas feliz? – Pregunte a Charlie, ya que su gesto me parecía intranquilo.

-Claro que lo estoy mi cielo, tú lo eres y eso es más que suficiente – Me dedico una sonrisa amplia, una de esas difíciles de arrancar a Charlie, sin embargo, algo no estaba bien – Solo disfruta tu día – Dijo dando pequeños golpecitos a mi mano y antes de que pudiera preguntar algo más, me di cuenta que estábamos por entrar mi boda, donde estaría la familia de Jasper, de Alice y cientos de personas, unas chicas nos entregaron nuestros ramos correspondientes, apenas fui consciente de aquel acto, el miedo me había inundado.

Las puertas se abrieron ante nosotros, comenzamos a caminar lentamente, las cámaras comenzaron a disparar por la mejor fotografía, me centre en el frente, si miraba a alguien, seguro me desmallaría, una delicada melodía sonaba a nuestro caminar y entonces me encontré con él, que me miraba con una sonrisa plasmada en sus labios, con sus ojos húmedos, sonreí, sonreí enamorada, feliz, completa, ansiosa, sentía que todo mi pánico escénico se esfumaba y es que su mirada era atrapante, su presencia me bastaba para olvidarme del lugar, del tiempo.

Paramos al lado de Alice y Carlisle, al mismo tiempo, nuestras manos fueron extendidas a nuestros futuros maridos, su cálida mano tomo la mía.

-Gracias Charlie – Susurro Edward, Charlie sonrió.

-Recuerda lo que hablamos muchacho – Edwrd asintió y apretó sus labios para no reír, sin embargo yo no pude evitarlo, solté un par de risas.

-No lo olvidare sheriff – Dijo haciendo un saludo militar, el cual provocó risas en los presentes, Charlie ascendió, Edward me miro atento por unos momento – Te vez hermosa – Susurro solo para nosotros dos, sentí mis mejillas arder – Con todo y tus sonrojos – Negué con la cabeza, me ofreció su brazo, yo lo acepte, dimos un par de pasos hacia el frente, Alice y Jasper estaban a nuestro lado en nuestra misma posición, hubo un momento de silencio antes de que la ceremonia comenzara, el sacerdote estaba sonriente, nos miraba a ambas parejas con dulzura.

-Estamos aquí reunidos para unir a estas parejas en santo matrimonio... - La ceremonia transcurría lentamente y en pocas ocasiones podía decir que prestaba atención, mis pensamientos divagaban en muchas cosas, este era el momento preciso en que las cosas cambian y no pueden disolverse y mucho menos cuando estas enamorada, cuando lo ansias, cuando solo deseas que pase y que a partir de allí seas enteramente feliz y para siempre.

-¿En qué piensas? – Susurro Edward, voltee a verlo y sonreí.

-En que esto no se disuelve... - Dije en un susurro igual al de Edward.

-¿Te arrepientes? – Pregunto divertido, reí por lo más bajo y negué con la cabeza.

-No, al contrario ansió que esto termine – Dije mirándolo directo a los ojos.

-La vida de un matrimonio es muy complicada, pero no imposible, dios bendice el amor – Me aferre al brazo de Edward y solté un suspiro, estaba de acuerdo en aquellas palabras, se venía a mi mente cuando creí que Edward se había acostado con Kate, sin embargo todo había sido mentira, una cruel mentira – ¿Todos están aquí bajo su propia voluntad? – Edward rio.

-Sin olvidar que tu padre tiene un arma... - Susurro Edward haciendo que riera – Si, estoy bajo mi propia voluntad, asentí.

-También lo estoy – Dije segura de mi misma y de pronto un par de golpecitos proveniente de mi vientre me hicieron bajar mi mano – Estamos... - Corregí inconscientemente.

Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora