Capítulo 31

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Me mire en aquel espejo por última vez, no reconocía aquel reflejo, parecía una muñeca reflejándose, labios rojos, cabello brillante y perfectamente arreglado en ondas que caían elegantemente por mis hombros y espalda. Alice me resultaba en ocasiones una compulsiva por la moda y por la perfección, ahora había sido yo su víctima de sus compulsiones.

-No... Nadie se acerca a mi colección sin mí, ¿Ok? – Mire a Alice por el reflejo, caminaba como una leona enjaulada, de lado a lado en la habitación, con el maquillaje a la mitad y aun en piyamas, me resultaba graciosa, todos los días con un estilo sin igual y ver su piyama de ositos era lo más gracioso que había visto en mi vida, tome un pequeño pañuelo para aligerar el labial rojo en mis labios y antes de que tocara mis labios Alice dijo – Haces eso y te corto un dedo – Su mirada me fulminaba con fuerza.

-O...K – Dijo en un pequeño murmullo y deje el pañuelo en el tocador, me puse de pie y comencé a divagar entre los vestidos que Alice había colocado en la cama, eran al menos unos diez vestidos, eran los únicos vestidos que Alice no mostraría en pasarelas por ser "Exclusivos de ella" y ahora míos también por ser familia y amiga, yo solamente no me podría imaginar dentro de uno de ellos. Mire a Alice aun hablando por teléfono parecía entrar en un ataque de nervios.

-Mira Jessica dile a la reverenda rubia oxigenada de Rosalie que NO QUIERO QUE SE ACERQUE ESE PELIRROJA A MI COLECCIÓN, ¿OK?... – Hizo una larga pausa, sonrió y suspiro aliviada – Ok – Sonrió – Te quedas a cargo – Colgó sin decir más. Me miro con una amplia sonrisa, en ocasiones los cambios de humor de Alice me dejaban en trance, no podía seguirla – Es tardísimo – Dijo caminando rápidamente hacia el tocador y prosiguiendo con su arreglo personal, la mire atentamente en silencio por un par de minutos, me miro - ¿Qué haces? Vístete Bella, llegaremos tarde – Se puso de pie como si fuese un resorte – Ya los viste, ¿No?, ¿Cuál te gusta? – Dijo extendiendo sus brazos – Sé que son hermosos todos – Dijo presumiendo, sonreí - Pero anda... - Prosiguió dando saltitos – Tenemos que apresurarnos – La mire confundida y mire la cama llena de vestidos.

-Alice esto... - Me apunto con su dedo índice y una mirada petrificante – En... - Insistió cambiando su mirada a una fulminante – Yo... - Rodo los ojos y se cruzó de brazos.

-Eres muy complicada – Dijo tomando un vestido en específico, era un vestido largo, ceñido al cuerpo y terminaba con una amplitud ligera, tenía un bonito escote en V – Este... Es perfecto para ti – Dijo alegre – Tienes un bonito cuerpo, tienes una piel muy bonita también, el azul resaltara ese atributo, además... - Dijo girando el vestido para que mirara la espalda, la espalda era descubierta, delgados tirantes de piedras brillantes se cruzaban en la espalda, me quede atónita por un momento, este diseño en particular no lo había visto jamás – Vamos – Dijo lanzándome el vestido – Vístete que tengo que terminar de arreglarme – Ella volvió a sentarse en el tocador, me quede parada allí, sintiendo lágrimas en los ojos.

-Alice – Dije intentando aflojar el nudo que se había formado en mi garganta.

-Mmm... - Dijo sin mirarme.

-Gracias... - Se escuchó como un murmullo, ella se giró para mirarme y frunció el ceño.

-¿Qué sucede? – Dijo caminando hacia mí, la abrace con fuerza, ella me correspondió – Tonta – Dijo abrazándome cariñosamente – Ahora tengo una hermana con la cual compartir absolutamente todo – Me miro – Y si lloras voy a meter tu cara a la ducha y te volveré a arreglar y... - Comenzó a llorar – Voy a golpearte después... - Me volvió a abrazar – Te quiero demasiado Bella.

-También te quiero, enana – Reímos.

-Vamos – Dijo limpiando un par de lágrimas que se habían escabullido de sus ojos – Mírate – Dijo tomando un pañuelo y extendiéndomelo – Estamos fatal – Comenzamos a reír – Vístete o te vestiré yo.

Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora