-No pude pegar el ojo... - Susurre casi dormida – No han dejado de moverse – Dije palmeando mi vientre con dulzura.
-¿De verdad? – Dijo Rene colocando su mano en mi vientre, ascendí con mis ojos cerrados.
Mis bebes se habían comenzado a mover hacia una semana atrás y desde entonces era extraño sentirlos quietos y Edward tomaba cada oportunidad para sentirlos junto conmigo, desde aquel momento dormía muy pocas horas en la noche y en el día era imposible.
-Pero... Estoy bien – Dije sonriendo.
-Aja... - Dijo mi madre – Pues no lo creo – Susurro – Estas revolviendo tú té con el mango de la cuchara – Dijo mi madre haciendo que abriera los ojos y mirara a mí en la dirección de mi té, era verdad, solté un suspiro.
-Estoy cansada, pero muy feliz, mis bebes están creciendo sanos y enormes – Mi madre sonrió – Yo solo quiero que ustedes estén bien – Dije colocando mi mano en el lugar donde alguna partecita del cuerpo de uno de mis hijos se encajaba.
-Bueno yo venía por ti, la prueba de vestido es hoy, ¿Lo olvidaste? – Chasquee mis dedos y me puse de pie con mucha, pero mucha dificultad.
-Lo olvide – Dije caminando hacia las escaleras – Puedes llamar a Edward y decirle, rayos lo olvide completamente – Dije subiendo los escalones, uno a uno y lentamente, muy lentamente.
En cuento entre a la habitación me dispuse a cambiarme, en realidad no había mucho que pudiera hacer conmigo, nada me entraba y literalmente mi guardarropas había cambiado mucho, era todo cómodo y amplio, sin embargo jamás perdería la compostura, puesto que Leah y la misma Alice compraron todo esto y aun no me queda claro si algunas prendas las diseñaron, en fin, me mire en el espejo, cepille mi cabello y lo deje suelto, tome mi bolso y salí de la habitación, baje las escaleras, mi madre aun hablaba por teléfono, estaba riendo.
-Oh, espera... Ya ha bajado, nos vemos pronto Edward – Espero su respuesta y luego me extendió el teléfono, lo tome y lo coloque en mi oreja.
-Hola mi amor – Dije caminando a la cocina - ¿Cómo estás? – Pregunte dejando mi bolso en la encimera.
-Bien, pero estoy un poco preocupado, ¿En verdad quieres ir?, me refiero que apenas dormiste anoche, te puede sentir mal... - Ascendí y sonreí.
-No te preocupes, no estoy sola, además serán un par de minutos – Dije en tono tranquilo.
-Si... Pero... - Lo interrumpí cariñosamente.
-Edward Cullen, todo estará bien, volveré rápido – Lo escuche suspirar, un silencio recorrió la línea.
-Bella... Cualquier cosa, cualquier molestia – Reí.
-Claro que sí, yo diré cualquier cosa... Y te llamare por cualquier cosa, lo prometo – Creo haberme adelantado de todas sus peticiones, siempre me pedía lo mismo, siempre... No estaba tranquilo si no lo repetía 100 veces antes de irse y aquello me hacía sentirme bien, era tierno, me encantaba y cada vez que llegaba a casa, soltaba a preguntas, ¿Cómo estás?, ¿Te sentiste bien?, ¿Estuvieron inquietos?
Por supuesto, el deseaba quedarse, pero sencillamente yo no se lo permitía, tenía trabajo, trabajos muy importantes que realizar y aunque los hacia desde casa, no podía dejar una empresa en la nada.
-Ok... - Susurro poco convencido – Bella... Cuídate – Susurro, sonreí.
-También cuídate, te amo – Dije lanzándole un sonoro beso, él rió.
-Te amo mucho más – Sonreí, colgué sin más, sonreí y solté un largo suspiro.
-¡Bella cariño ya es muy tarde! – Ascendí, tome una botella con té helado junto a mi bolso y camine hacia el salón, algo no me sentaba bien.
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Mírame y dime que no
FanfictionPROLOGO ¿Como no enamorarme de sus ojos? ¿Como no sentirme prisionero de su cautivadora belleza? Solo quería poder enamorarla, quería mirar ese rostro el resto de mi vida, estaba claro que ella le tenía a la gran diferencia que ella hacia entre nos...