Capítulo 113

637 35 4
                                    


-Debes calmarte – Susurro Edward al otro lado de la línea, golpeteaba mi pie desesperada contra el piso.

-Lo se... Pero... Pero me pone nerviosa todo esto – Dije masticando mis uñas desesperadamente.

-Bella... Te recuerdo que llevas... - Solté un bufido.

-Lo se... - Dije colocando mi mano en mi vientre - ¿Tu como estas? – Susurre intentando concentrarme en cualquier cosa.

-Ansioso – Dijo en un tono divertido.

-¿Ansioso? – Lo escuche reír.

-Por supuestos, ansioso por que al fin no podrás escapar de mí, por que lleves mi apellido, porque ahora no te presentare como la futura señora Cullen si no como mi señora esposa, esa señora que me tiene loco... - Sonreí ampliamente – Ansioso por un millón de cosas más... - Ambos suspiramos al mismo tiempo, un suspiro que provenía del alma - ¿A caso tu no lo estás? – Pregunto, ascendí y volví a soltar un largo suspiro.

-Ansiosa... Feliz, emocionada... No se... - Escuche a Alice llamar – Nos veremos en una hora.

-No... En menos de hecho – Dijo con diversión – Por favor cuídate... Te estaré esperando – Aquello lo dijo como un susurro.

-¿Y si escapo? – Pregunte divertida.

-Por eso está mi hermana allí - Soltamos a reír.

-No huiría nunca, han pasado años antes de que te decidieras a pedirme matrimonio – Dije con enojo fingido, soltó a reír.

-¡Si no vienes iré por ti y te traeré a rastras! – Dijo Alice en tono furioso.

-Creo que a alguien se le subieron las hormonas – Dije en un susurro, Edward rio.

-Anda, termina de arreglarte, nos veremos pronto, te amo – Susurro con afecto.

-Te amo aún más – Dije en un susurro.

-Vamos hija que ya es muy tarde, tu padre y Carlisle están ya aquí – Dijo mi madre fijándose por la puerta.

-Me tengo que ir, si escapas, mi padre es policía – Dije intentando no reír, pero su risa me contagio de inmediato.

-Creo que ya me amenazo – Soltamos a reír – Anda ve – Antes de que pudiera decir algo más Rene retiro mi teléfono del oído, intente alcanzarlo, pero en lugar de eso, salió huyendo diciéndole cosas, al salir del lugar donde había estado charlando con Edward, las chicas se abalanzaron sobre mí, junto con Esme para ponerme el vestido de novia, la delicada tela se deslizo por mi cuerpo con tacto, con cuidado, me di cuenta que había aumentado un poco de peso por todo lados, aunque el vestido se ajustaba perfecto a mí, las mangas caían en mis hombros con delicadeza, tenía que admitirlo, me sentía extraña, obviamente los tacones estaban fuera de mi repertorio de atuendos, en cambio unos zapatos de piso color blancos con pequeñas pedrecillas incrustadas, de pronto sentí como colocaban algo en mi cabello, era un velo de novia blanco, con pequeños cristales y largo, este pesaba un poco, pero caía delicadamente hasta arrastrarse.

-Ya es un poco tarde – Escuche a Laurent decir, lo cual agrego tensión a la situación.

-Si obvio... Eso tenía que ser obvio – Dijo Alice quien estaba a mi lado, ya vestida, llevaba un tocado en su cabeza, intentaban mantenerla quieta para retocar su labial y arreglarle un poco el cabello.

-Listas... - Dijo Ignacio haciendo que todos se alejaran de nosotras – Bueno... Bueno... - Dijo admirándonos – Son hermosas – Precia conmocionado, todos lo parecían, mi madre y Esme parecían querer llorar.

-Prohibido llorar – Dijo Laurent entregándonos nuestros ramos respectivos, este parecía igual de conmocionado que todos, mire mi ramo atenta, era bellísimo, con diversas flores de color blanco y otras ligeramente pintadas de plata, cristales y listones.

-Se ven hermosas – Dijo Rene mirándome directamente a mí, apretó sus labios y extendió sus manos hacia mí, tome sus manos – Mi pequeña niña se casa hoy... - Dijo con un nudo enorme en su garganta – Mi bebe se casa... - Me abrazo fuertemente claro sin olvidar mi enorme embrazo – Te vez preciosa.

-Gracias mami – Dije intentando aguantar el llorar – Tu también te vez bellísima – Dije admirándola completa, su cabello recogido y aquel vestido color morado que sentaba muy bien a su delgado cuerpo.

-Es muy tarde... No quiero que llegues tarde a tu boda... - Dijo con nostalgia, solté a reír, me tomo del brazo y recargo su cabeza contra la mía.

Después de llorar por unos instantes más las cuatro salimos de la habitación, fuera estaban nuestros padres, parecían contrariados sentimentalmente, en cuanto nos vieron sus ojos se iluminaron, ambos nos miraron y hubo unos largos silencios.

-Se... Se ven hermosas – Dijo Carlisle, parecía lleno de nostalgia planto un beso en mi mejilla y abrazo fuertemente a Alice.

-Gracias – Dije sin despegar mis ojos de Charlie quien me miraba a mí, parecía estar alucinando – Hola... - Susurre formando una sonrisa con mis labios, este sacudió ligeramente la cabeza como si intentara reaccionar de una fuerte impresión.

-Se ven bellísimas... - Me sonrió y una lagrima se deslizo por su mejilla, la limpio de inmediato, se acercó a mí y de igual forma me abrazo, me atrajo a él con delicadeza y por un momento me imagine cuando era un simple niña, cada vez que llegaba del colegio, Charlie estaba en casa junto a mi madre y no importaba la situación él siempre me abrazaba de esa forma, cariñosamente, protector y consentidor – Mi pequeña Isabella, mi Bella – Susurro con nostalgia y allí estaba mi llanto, solté un sollozo y lágrimas comenzaron a rodar por mi mejilla – No, no... No llores no quiero arruinar tu día – Dijo buscando en su chaqueta algún pañuelo y cuando lo encontró consentidamente limpio mis lágrimas - ¿Sabes? – Dijo extendiéndome el pañuelo, lo tome y lo apreté fuertemente entre mis manos, él escondió sus manos en los bolsillos de su pantalón – Cuando eras pequeña decías que te quedarías con nosotros siempre – Rió – Ahora entiendo que eso no es posible... - Dijo tragando duramente saliva – Me di cuenta en este tiempo que... Edward es un gran hombre – Sonrió, era como si le costara trabajo decir aquello – Es un hombre hecho y derecho, me siento tranquilo que al menos estas con un hombre sincero, honesto, capaz... Pero... - Dije sonriendo ampliamente – Aun podemos escapar los 5 – Solté a reír a carcajadas.

-¡Papá! – Dije sin poder dejar de reír.

-Me quejaría... Pero acabo de proponer lo mismo – Dijo Carlisle haciendo que todos soltáramos a reír.

-Hombres... - DijoEsme, tomando de nuestras manos nuestros ramos, sin embargo podía notar esanostalgia combinada de emoción – Bien... - Dijo soltando un largo suspiro – Estarde, ya hemos hecho esperar demasiado – Asentimos, este era el comienzo dealgo increíble, algo sin fin, algo que nos cambiaría el mundo por completo,daríamos una vuelta de 359 grados y seria emocionante.    

Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora