Capítulo 40

746 41 1
                                    


Convencerlo no fue complicado, en cuanto de mis labios salieron las palabras "Ella estará mejor" acepto de forma instantánea, Charlie y el padre de Edward habían funcionado como todo un equipo, podía verlo en mi padre, estaba tranquilo después de una charla con el Doctor Cullen. Yo me encontraba desesperada, no cabía en mi misma y Edward parecía hacer hasta lo imposible por contenerme.

-Alice se encuentra abajo con tu madre, le pedí que fuera al hospital para donar la sangre necesaria, pero tu madre se encuentra preocupada después de que le dije que ya habías donado, me dijo que te dijera que Alice esta allá abajo esperándolos – Edward solo asintió sin discutir.

-Doctor Cullen... - Me interrumpió.

-Carlisle – Sonrió, creo que para el ya no era un secreto mi relación con su hijo y seguramente para Esme tampoco ha este grado de la historia.

-Ok... Carlisle, mi madre... - El ascendió.

-Todo está listo, tu padre esta con ella y después comenzara el traslado, él ira con ella, quédate tranquila está en buenas manos – Sonrió dándome ánimos silenciosos – Nos vemos – Dijo mirándome a mí y dedicándole a Edward un asentimiento, este no respondió nada, desapareció por las puertas de emergencias.

-Bella – Llamo Edward, su voz se escuchaba como un murmullo – Vamos hay que... - Se puso de pie y soltó un gran suspiro – Irnos – Su semblante me preocupo, parecía inconsciente.

-Edward – No respondió – ¿Me estas escuchando? – Sonrió.

-Dame tiempo bonita – Su sonrisa parecía a la de un débil – Vamos – Caminamos al ascensor tranquilamente, Edward parecía fatigado y cansado.

-¿No desearías ir al departamento a dormir? – Pregunte preocupada, el negó.

-Estoy bien... - Entramos en el ascensor, él se recargo en la pared, yo me limite a mirarlo.

-No quiero que te pase nada a ti – Su mirada se posó en mí y se enterneció, paso su brazo por mi cuello y me atrajo a él.

-No te preocupes por mí, estoy bien – Beso mi frente – Te quiero – Murmuro – Ugh... - Se quejó él.

-¿Qué pasa? – Pregunte alarmada, tenía los ojos cerrados y una expresión indescifrable para mí.

-Tengo nauseas – Dijo forzosamente, suspiro y volvió a mirarme – De verdad todo está bien – Me sonrió intentando tranquilizarme, pero algo no encajaba en su rostro, sabía que se sentía mal.

-Apóyate en mi – Él me sonrió.

-Debería ser al revés, eres tú la que necesita mi apoyo – Me acomode a su lado.

-Y lo tengo, pero por el momento – Dije pasando su brazo por mi cuello – Así que... No discutamos más – Sonreí, el me correspondió, pegando su frente en mi cabeza. Las puertas del ascensor se abrieron, dejándonos a la vista – Acompáñame – Edward no se quejó, otro argumento que me decía que algo no estaba bien en él, Alice se encontraba hablando por teléfono, al mirarnos colgó después de un "Nos vemos" muy rápido, la envidiaba en este momento por su ropa cómoda.

-¿Cómo está Rene? – Pregunto apresurada y con mucha preocupación.

-Esta sedada... Necesita una... - De nuevo un nudo en mi garganta se había formado, Alice me atrajo a ella.

-Todo va a estar bien, ya veraz – Me sonrió de una forma tranquilizadora, ascendí, por el momento es lo único que podía hacer, tener pensamientos positivos y dejar que los demás me llenasen de positividad.

-Debemos irnos – Pedí – Quiero estar allí, ya – Me sentía con demasiada energía, quizá era la desesperación quien hablaba, pero no importaba solo deseaba estar a su lado en este momento.

-Vamos – Dijo Alice caminando a su auto, yo volví a lado de Edward y ambos subimos.

La travesía de un hospital a otro fue tiempo nulo y es que la conducción de Alice era más que veloz, podría decir que Alice era poseída por algún demonio o algo parecido.

-Ya entiendo por qué jamás subo con Alice a su auto – Dijo Edward bajando y apoyándose contra otro auto.

-Exageras – Dijo Alice dando un portazo a su automóvil.

-No peleen – Supliqué, Alice sonrió avergonzada – Vamos – Pedí, Edward tomo mi mano y caminamos unos segundos.

-Oh espera – Dijo Alice volviendo a su auto, tomo un bolso del asiento del copiloto y lo mostro, caminando hacia nosotros – Te traje ropa – Sonrió amablemente – Debes de... - La abrace y la mire.

-Eres mi hada madrina – Dije plantándole un beso en la mejilla, ella sonrió.

-Vamos – Me recordó, intenté tomar el bolso, pero ella negó, me insistió a que caminara, volví a tomar la mano de Edward y caminamos, entramos al hospital y de inmediato se sintió un cambio de ambiente, todos saludaban a los hermanos Cullen y por ende a mí. Alice se aproximó a recepción.

-¿No ha llegado una ambulancia con mi padre y su paciente? – La chica nos miró a todos.

-Llegan en un par de minutos, la paciente se encuentra estable... - Alice volteo a vernos y no pude evitar sonreír aliviada, Edward despeino mi cabello cariñosamente, me abrace a él.

-Gracias al cielo – Dije soltando toda la tensión que había acumulado toda esta larga noche.

-Gracias – La chica pelinegra ascendió sin despegar su mirada de Edward y de mí, después de esto, nuestra relación ya no sería un secreto, nos alejamos, Alice nos miró – Tu – Dijo pasándome el bolso – Tienes que cambiarte – Pidió, yo me limite a ascender – Y tu – Dijo acomodándose al lado de su hermano – Vamos tienes que sentarte – Edward ascendió sin discusiones – Los baños están por allí, a la derecha – Dijo apuntándome un pasillo, solo ascendí – Nosotros estaremos sentados allí – Miro hacia enfrente una pequeña sala de espera de sofás color crema, ascendí, mire a Edward, este me sonrió.

-No tardes – Sonreí tristemente.

-Nunca – Me dirigí a cambiarme rápidamente, solté mi cabello de aquel recogido que me reventaba la cabeza, este quedo enmarañado, me dedique a pasarle los dedos por el intentando acomodarlo, poco a poco fue tomando su curso. La ropa que Alice me había traído era mía, unos jeans de mezclilla y una blusa con mangas largas color azul. Suspire cansada y mire mi rostro, era un verdadero desastre, el maquillaje había hecho su estrago junto con mi llanto, era un verdadero desastre, lave mi rostro y comencé a limpiarlo con toallas de papel, poco a poco volví a ser yo, un desastre pero yo al final de cuentas, guarde el vestido en el bolso con el mayor del cuidado que mi cansancio me permitía, después salí, me encontré con los chicos sentados y Esme hablando con ellos, me acerque, Esme me sonrió, esta familia tenía algo que era similar entre los cuatro, esa sonrisa que era capaz de calmar al ser más asustado.

-¡Hola Bella! – Dijo abrazándome, correspondí a su abrazo sintiéndome mejor, pero con una mezcla de dolor que me hacía querer gritar – Tranquila, veraz que esto lo veraz como un mal sueño – Me acomodo un mechón de cabello detrás de mi oreja.

-Gracias – Sonreí amablemente, Edward se encontraba con los ojos cerrados y Alice con sus manos en los hombros de este, me miraba atentamente, quizá era mi reacción la que quería ver – Disculpen por tenerlos aquí – Alice sonrió y negó con la cabeza.

-No pasa nada – Dijo Esme con una sonrisa radiante.

-Para eso es la familia – Dijo Edward sonriéndome, correspondí su sonrisa mirándolo y devolviendo esa misma sonrisa.


Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora