Capítulo 13

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Observe aquella puerta por unos instantes, toque tres veces seguidas y suspire.

-Adelante – Se escuchó como un murmullo, sonreí, podría saber con solo escucharlo lo que estaba haciendo, con sus ojos enfrascados en esa pantalla, entretenido como un niño pequeño. Entre lentamente intentando no hacer ruido, sus ojos se desviaron de la pantalla, aquella sonrisa coqueta se formó en sus dulces labios – Isabella – Menciono.

-Bella... Solo Bella – Utilice aquella misma frase, aquella cuando nos conocimos, él sonrió ampliamente.

-Bueno, Bella – Dijo apartando sus manos del teclado y el Mouse, entrelazo sus dedos y comenzó a girar en su silla - ¿Qué puedo hacer por ti? – Suspire.

-Por su hermana... - Dije acercándome a su escritorio – Se pregunta si puede utilizar de alguna manera estos colores y texturas en la publicidad – Extendí los retazos de las telas, el tomo el extremo de los trozos de las telas.

-¿Quiere algo realista? – Pregunto confundido, me encogí de hombros.

-Dijo que no era buena con la publicidad – El ascendió

-Lo dejo a mi criterio – Afirmo él tocando cada tela.

-Si – Me limite a responder, mire el frasco de pequeños brillos y lo levante, él lo miro y soltó a reír.

-¿Qué quiere?, ¿Un gran diamante? – Pregunto burlón, me encogí de hombros y me acerqué más para entregarlo.

-Lo deja a tu imaginación – El removió aquel vomito de brillo y volvió a su computadora, yo solo me limite por admirarlo por unos momentos en silencio, aquel perfil perfecto, su cabello broncíneo siempre brillante y fresco, solo me quedaba imaginar su aroma, aquel aroma varonil que lo caracterizaba, su olor corporal que me hacía temblar, que me volvía loca.

-¿Sucede algo? – Sacudí mi cabeza y lo miré, negué con la cabeza.

-No... Yo me retiro – Me di media vuelta y comencé a planear mi salida, mi salida silenciosa.

-No te vayas – Mi mano quedo suspendida entre el pomo de la puerta y yo.

-¿Necesita algo más? – Gire mi cabeza hacia atrás, el negó con la cabeza.

-Mira... - Camino hacia mí, quedamos frente a frente – Sé que no...- Lo interrumpí.

-Edward... - Murmure casi sin aliento, el me miro con atención, me acerque a él, mi cercanía pareció sorprenderle demasiado, de nuevo su olor me enloqueció, era tal y como lo recordaba, solo el llevaba consigo ese aroma tan esplendido y exquisito, recorrí con mis dedos su mandíbula, el cerro sus ojos e inclino su cabeza hacia mi mano, sonreí, termine por concluir mi distancia con él, recorrí con la punta de mi nariz su cuello, un suspiro se escapó de sus labios, plante un beso en su cuello, me aparte de él, sus ojos me miraron con pasión, esa misma mirada cargada de pasión – Eres persistente – Dije mientras me alejaba de el – Me gusta – Le guiñe un ojo y reí – Con su permiso – Salí de allí riéndome, estaba feliz, emocionada, no cabía en mi la felicidad, es allí cuando comprendí que su amor era algo inacabable, al igual que el mío. Sonreí.

"A pagar Cullen" – Me regocije no solo en mis pensamientos.

Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora