Capítulo 37

770 38 0
                                    


Lancé los zapatos en el primer momento en que tuve oportunidad, Edward soltó a reír.

-¿Estas cansada? – Pregunto, dejándome entrar en el departamento, sonreí mientras pasaba a su lado.

-En lo absoluto, solo me duelen los pies – Dije pasándome por el respaldo del sofá, caí acostada, di un largo suspiro, se sentó a mi lado, mirándome atentamente - ¿Qué pasa? – Pregunte confundida, él se inclinó hacia mí.

-Solo te admiro – Confeso con dulzura, sonreí, soltó un suspiro.

-¿Qué pasa? – Preguntó levantándome y colocando mis manos en su hombro, el coloco su mano encima de la mía.

-Hay algo que me preocupa... - Sonrió – PERO no tiene importancia en este momento.

-¿Estas segu... - El sonido de mi móvil me interrumpió, este sonaba en la cocina – Oh vaya... - Dije levantándome.

-Espera – Dijo él, dirigiéndose en dirección de mi teléfono, volvió rápidamente y lo extendió sin decir más, lo mire atentamente "Mamá", mire la hora 2:40 de la mañana, respondí sin más.

-¡Bella! – Era mi padre, se escuchaba desesperado, me puse de pie de un salto.

-¿Qué pasa? – Pregunte, no sabía que más decir.

-Hija mantente calma – Esa era una mala señal, de inmediato un calosfrió recorrió mi columna vertebral, mire a Edward, este se puso de pie, el pánico se hizo presente en mi rostro, la reacción de Edward lo comprobaba.

-Papa, ¿Qué pasa? – Pregunte de nuevo, mi voz sonaba temblorosa.

-Hija, tu mamá tuvo un accidente.

*************************************************

Habíamos salido del departamento de una forma veloz, apenas había tomado un par de zapatos para no ir con mis pies desnudos, Edward intentaba mantenerme bajo control, pero le resultaba imposible.

Habían trasladado a mi madre de forma inmediata al hospital más cercano, el más lejano para nosotros, y no había nada más desesperante que ir en un auto sin saber el destino de mi madre. Edward había manejado con rapidez y con demasiados escrúpulos, llegamos al hospital y bajamos de inmediato, todo pasaba frente a mis ojos como una mala película de terror.

-Bella mi amor, tranquila – Sus brazos me mantenían parada y evitaba que saliera corriendo.

-Mi mamá... Mi mamá – Dije soltándome a llorar, el me estrujó contra él. Edward me arrastraba a su lado.

-Está en el segundo piso, ven – Mis pies apenas respondían y Edward cargaba conmigo, subimos al ascensor.

-Mantente tranquila, tu madre necesita verte bien – Limpio cariñosamente aquellas lagrimas que se habían escapado dolorosamente de mis ojos, me sonrió intentando consolarme. El ascensor paro en seco y abrió sus puertas, mi padre se encontraba al final del pasillo, dando vueltas como león enjaulado.

-Papá – El me miro, parecía a ver envejecido años enteros, el me abrazo fuertemente - ¿Qué paso? – Dije mirándolo, el limpio mis lágrimas con su dedo pulgar.

- Callo por las escaleras, creo que se... - Suspiro, su voz se quebraba – Se cortó con un jarrón y había mucha sangre – Dijo con dolor, soltó a llorar, lo abrace, un nudo en la garganta se formó, me era imposible no soltar a llorar.

-¿C-Como esta? – Dije con dificultad.

-Aun la están interviniendo – Su voz se apagaba en cada palabra que decía.

-Todo va a estar bien – Dije sonriéndole con lo mejor que tenía, mire a Edward, esté solo se limitaba a mirar sin decir más, me sonrió nostálgico, tomo su teléfono y me hizo entender que llamaría, me limite a ascender, él se alejó unos metros, dirigí mi atención aquel hombre que se lamentaba – Ven – Le dije comenzando a guiarle a los asientos - ¿Cómo estaba cuando... - Las palabras difícilmente salían de mi garganta.

-Estaba inconsciente, yo... - Soltó un largo suspiro – Bajo por una tontería y de pronto se escucharon los golpes y cuando vi... Ella ya estaba en el suelo y sangrando, no respondía – Coloco su cabeza entre sus manos, soltó un largo suspiro y restregó sus ojos, limpio sus lágrimas y me miro – Tu madre nos jalaría las orejas – Dijo tristemente, solté unas risillas poco confiables, el miro en dirección a Edward y luego hacia mí - ¿Y él es Edward? – Pregunto aun limpiando aquellas lagrimas que aún se escapaban de sus ojos, mire hacia Edward aún continuaba hablando, regrese a mi padre, él sonrió nostálgico, ascendí.

-Así es – Sonreí.

-El chico me debe una charla de hombre a niño – Solté una carcajada y negué con la cabeza.

-No cambies nunca Charlie... - Coloque mi cabeza contra su hombro, el inclino la suya hacia mí. Nos quedamos en silencio por unos momentos, ese era nuestra manera de sanar, Charlie y yo teníamos el gusto en particular de disfrutar del silencio.

-Bella... - Llamo Edward, Charlie y yo volteamos a verlo, sonreí – Señor Swan, me presento Edward Cullen, lamento conocernos en estas circunstancias – Charlie se puso de pie y tomo la mano que Edward le extendía.

-También lo lamento muchacho, gracias por traer a mi hija aquí – Edward sonrió ligeramente y luego poso su mirada en mí, algo deseaba decirme.

-¿Pasa algo? – Pregunte mirándolo, el ascendió.

-Necesito hablar con Bella – Charlie ascendió, yo me puse de pie, Edward me permitió adelantarme, nos detuvimos al estar alejados un par de metros.

-¿Qué sucede? – Pregunte con preocupación.

-Llame a mi padre – Dijo mirándome – Quiero que tu madre este atendida y bien – Sonreí y me abrace a él.

-Gracias – Me correspondió a mi apresurado abrazo y beso mi frente.

-No agradezcas todo por la familia – Sonreí.           

Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora