Capítulo 96

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-Tienes que hablar con tus padres – Susurro Alice bebiendo del té – Tienes tres meses de embarazo – Ascendí, habían pasado 3 semanas desde que Edward estaba aquí, no reaccionaba a pesar que la inflamación de su cerebro ya había cedido, aún continuaban realizándole estudios y el doctor Carlisle no decía nada, no sabía cómo catalogar aquello.

-Si lo se... - No podría ocultar mucho más mi embarazo, ni tampoco todo lo que había pasado – Estoy cansada Alice – Dije recargándome en el respaldo de la silla – Otro día.

-Tienes días diciendo lo mismo – Dijo colocando sus manos a la defensiva.

-No quiero saber nada en este momento... No hasta que Edward este bien – Susurre cansada, prácticamente el hospital era mi hogar, no me movía de aquí a excepción para ducharme.

-Te ves enormemente cansada – Susurro, la mire y sonreí.

-Tu no luces mejor – Susurre colocando mis manos en mi vientre, aún era un vientre pequeño pero mis bebes estaban en perfectas condiciones, Carlisle aparte de todo lo que tenía que hacer, estaba encima de Alice y de mi recordándonos nuestro estado, en cambio Alice tenía una enorme barriga y pronto sabría que sexo era su bebe y en algunas ocasiones ha logrado sentir a su bebe.

-Lo se... Estoy agotada – Susurro colocando sus manos en la mesa y coloco su frente en ellas – No puedo con el trabajo y Jasper está igual... Y al menos todos los asuntos pendientes de Edward se han esfumado... Por el momento – Me sentí culpable, ellos habían estado trabajando duramente y yo solo había estado como sanguijuela.

-¿Qué puedo hacer para ayudarlos? – Pregunte, Alice se quedó pensativa por unos momentos.

-Al menos que sepas las claves de los servidores personales de Edward... No en realidad – Ascendí.

-Me los sé – Dije poniéndome de pie, por supuesto que me los sabía, Edward y yo trabajábamos juntos y en una infinidad de veces lo ayude con algunos pendientes – Pero son privados y solo se acceden desde... Desde nuestra casa – Dije susurrando con un nudo apretando mi garganta, Alice sonrió.

-Necesitamos entregar la beta de una aplicación solicitada por una compañía privada y sé que está en uno de los servidores... - Ascendí.

-Yo solo ingresare y te daré lo que quieras de allí – Alice, Jasper y yo nos dirigimos a casa, a la casa que comparto con Edward, me entro nostalgia en cuanto mire solo la fachada, me sentía aturdida, la casa estaba igual de como la deje, parecía que le habían dado el mantenimiento de siempre, pero algo era diferente, se sentía fría, faltaba él y faltaba yo – Solo... Síganme – Dije intentando centrarme en la petición de Alice, entre en su oficina y por un momento lo imagine allí sentado, levantando la vista y sonriéndome, me quede parada en el marco de la puerta, su oficina parecía abandonada, había una ligera capa de polvo en todo y es que Edward solo permitía que yo entrara a parte de él – Limpiare – Dije saliendo del lugar, no pude evitar sollozar mientras me dirigía a conseguir los utensilios de limpieza.

Me dedique a limpiar casa pequeño lugar de aquella oficina, a pesar del abandono, su olor estaba presente, su presencia, ¿Cuándo sería la última vez que estuvo aquí?

-Desde que te fuiste Edward no ha estado aquí – Mire a Alice confundida – Si eso te preguntabas – Dijo sentándose – No volvió aquí, no porque no quisiera, si no que Kate no lo dejaba en paz y no quería que ella entrara aquí – Me senté en su silla y encendí su computador, no podía decir nada, mire mi mano, extrañe mi anillo, extrañe sus brazos a mi alrededor, lo extrañe enteramente, mire la pantalla del computador, me perdí en el fondo de pantalla, él y yo en una de las tantas fotografías que Ángela nos tomó durante la sesión de fotos de la entrevistas – Ten – Dijo Alice con su puño extendido hacia mí, coloque mi mano debajo de su puño y ella deposito con suavidad algo, lo mire y mis ojos se inundaron de lágrimas inmediatamente, coloque el anillo contra mi pecho y no pude evitar soltar en llanto.

-¡Lo extraño tanto! – Grite con fuerza, Alice me miraba, sus ojos estaban húmedos, pero solo me miraba - ¡Quiero que este bien! – Golpee con mi puño el escritorio, Alice se puso de pie y me abrazo contra ella.

-Ya... - Susurro besando mi cabeza – Tranquila – Me aferre a ella fuertemente –Es un terco, cabeza hueca... Idiota y fuerte... Despertara pronto y estará entero –No podía más. 

Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora