Capítulo 62

585 35 0
                                    


Después de algunas risas la chica rubia soltó un par de preguntas más, me hizo mostrarle mi anillo, nos hizo contarle donde y como nos conocimos, era bastante carismática, nos dirigía una sonrisa amable, cálida y sobre todo hacia intentos infinitos por hacerme hablar.

-Por cierto, Bella... - Dijo dirigiendo su mirada hacia mí - Trabajas como asistente personal de tu suegra, ¿No es así?

-Sí, así era - Dije removiéndome incomoda y tomando fuertemente la mano de Edward.

-¿Era? - Pregunto mirándonos a los dos - ¿Ya no es así?, ¿Por qué? - Pregunto mirándonos muy interesada.

-Trabajo con Edward con la publicidad - Ella pareció entenderlo todo.

-Oh, que es verdad, si no te molesta permíteme confesarte que hicimos una breve investigación sobre ti - Edward rio.

-Por investigación quiere decir Alice - Dijo causando risas en todos.

- Bueno si, sé que te graduaste en la carrera de Mercadotecnia y como una de las mejores, así que trabajan juntos, porque la empresa de Edward se encarga de la App de la casa de modas y Bella de la publicidad - Una sonrisa apareció en sus labios - ¿Cómo es trabajar juntos? - Dijo dándome un ligero golpecito en la pierna, solté risas nerviosas y mire a Edward, ambos soltamos a reír - Eso me lo dice todo - Dijo golpeteando con sus pies el piso y aplaudiendo alocadamente - ¡Por favor alguien cuénteme! - Ambos reíamos, Edward me coloco el brazo sobre mis hombros.

-Bueno... Trabajar con este joven - Dije señalándolo, Edward hizo un gesto de ofendido que provoco estruendosas risas - Es complicado - Ana pareció sorprenderse, Edward rio y negó con la cabeza - No sabes lo complicado que es querer trabajar cuando alguien te besa continuamente el cuello - Ana soltó a reír y se puso extremadamente roja, Ángela estaba tirada riéndose en el piso, Edward me atrajo hacia él y yo me abrace a él.

-¡Oh por dios! - Dijo Ana aun riéndose - Eso no me lo esperaba - Pasaron un par de momentos antes de que Ana dejara de reír - Lo siento, es que... Wow - Dijo mirándonos pícaramente - Bueno ahora estoy sin palabras - Soltamos a reír de nuevo - Debemos continuar... Bueno... - Hizo algunos gestos con sus manos - ¿Qué dijeron tus padres cuando conocieron a Edward Cullen como tu novio? - Mordí mi labio inferior, mire a Edward, este solo me miro con una sonrisa, parecía curioso por mi respuesta.

-Bueno... - Suspire - Mis padres y Edward se conocieron en una situación muy complicada, mi madre acababa de tener un accidente - Ana ascendió.

-Es verdad que hay un artículo de ustedes dos en el hospital, fue cuando tu identidad ya se revelo - Ascendí.

-Bueno ese día Edward y mis padres se conocieron - Ella me miro confundida.

-Pero su relación es muy extensa... - Ascendí.

-Sí, sucede que pasaron un millón de cosas - Deje de sonreír - Por mi culpa... Impidieron que, más bien mis padres conocieran a Edward - Ana pareció comprender mis palabras y soltó un suspiro.

-¿Qué paso cuando lo conocieron? - Pregunto tímidamente, sonreí.

-Tiene un encanto personal el joven... - Solté a reír, ella me miraba con una sonrisa, eso confirmaba que lo que yo pensaba no era únicamente de mi cabeza - Sabe cómo meterse, cómo hacer que lo adores involuntariamente... Eso sucedió - Ana junto sus manos frente a ella.

-Eso es verdad, con todo respeto tiene un carisma único y se da a querer con una facilidad impresionante - Dijo ella mirándonos, pasaron un par de preguntas más, eran personales más que nada, Edward me sacaba de varios líos y complementaba mis frases y yo en ocasiones le devolvía el favor, creo que eso era, me estaba haciendo una tempestad de una pequeña llovizna - Una última pregunta - Dijo ella llamando nuestra atención - ¿Hijos? - Soltó ella, provocando un rubor fuerte en mis mejillas, Edward rio - ¿Qué piensan? - Pregunto mirándonos de nuevo con picardía, Edward me miro.

-Yo lo quiero todo con ella... Hijos, nietos, bisnietos, lo quiero todo... - Susurro, haciendo que todas suspiráramos, acaricio mi mejilla con dulzura - Te amo - Dijo mirándome a mí, solo a mí, beso mi frente.


Mírame y dime que noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora