50.- La daga y el plan de Harry

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ADVERTENCIA: CAPITULO CON VIOLENCIA, FAVOR DE NO ODIAR A LA ESCRITORA 

¿Por qué Severus se empeñaba en ser infeliz? Dumbledore se sentía más viejo de lo que ya era, y el hecho de que el pocionista siguiera insistiendo en alejarse de Harry, no hacia más que acentuar el sentimiento. Ya estaba cansado de intentar unirlos, quizás ya era hora de que ellos arreglaran sus propios problemas.


No pudo evitar soltar un último comentario, el cual sabía estaba de más, mientras negaba con la cabeza –Créeme cuando te digo que estas cometiendo un grave error.

Severus bufo y no le dio importancia –Nada de lo que digas me hará cambiar de parecer.

Ninguno de los dos profesores notaron la presencia de alguien mas detrás de la puerta, escuchando todo lo dicho, esa persona era Harry Potter.

El ojiverde necesitaba hablar con el director de algo importante. No esperaba este que estuviese acompañado y menos aún de Severus. Por un momento no pudo resistir espiarlos.

Un tanto impresionado Harry se alejó de la puerta ¿Había escuchado bien? ¿Severus le iba a abandonar una vez nacido el bebe?

Estaba por entrar en una crisis de pánico. Se recargo en la pared, intento respirar profundo y relajarse. No era como si Severus lo estuviese dejando en ese momento ¿No? Aun le quedaba mes y medio, ese debía ser tiempo suficiente para hacer lo que fuera necesario para lograr que Snape no deseara separarse de él.

"Piensa Harry, piensa..."

Debía analizar la situación fríamente. Hasta ahora había perseguido al padre de su hijo como una novia celosa, prácticamente obligándolo a estar con él. Ese método no le estaba dando resultado al parecer ¿Entonces que se suponía debía hacer?

Respiro profundamente. Algo le venía a la mente, si no estaba logrando nada, entonces debía cambiar radicalmente su plan, lo primero sería consultar con Madame Pomfrey, tenía algunas dudas, no deseaba que su plan lastimara a su bebe, aunque si hacia lo que tenía en mente, sacrificaría mucho del tiempo que le quedaba con Severus, un precio pequeño si con eso podía lograr que este se quedara con el para siempre, estaba dispuesto a tomar ese riesgo.

El plan "Volver loco de amor a Snape" daría comienzo después de hablar con la sanadora.

Dejo que pasara un minuto esperando que los latidos de su corazón volvieran a un ritmo normal. Después se encamino a la puerta, tratando de verse seguro, como si no supiera nada de los planes del pocionista. Por ahora solo importaba resolver el problema que lo obligo a ir a la oficina del director.

Llamo a la puerta. Esta se abrió. Albus se puso de pie –Mi muchacho, pasa, pasa ¿Qué te ha traído por aquí?

El ojiverde bajo la mirada y camino lento. Por el momento no deseaba interactuar con Severus.

–Profesor Dumbledore... Necesito, bueno hay un problema –Dijo finalmente.

El pocionista se puso de pie –¿Qué ocurre? ¿Tienes alguna molestia? –Harry lo miro e intento verse sorprendido –No sabía que estuviera aquí profesor Snape. Severus frunció el ceño y se cruzo de brazos –¿Es algo que no puedes decir en mi presencia?

Harry negó con la cabeza –Iba a solicitar su presencia de todos modos, creo que lo mejor será explicar desde el principio.

Dumbledore le ofreció tomar asiento mientras los mayores también lo hacían. Harry aclaro su garganta.

–En aquella ocasión, cuando me entere de que mi bebe estaba en problemas, solo se me ocurrió una cosa por hacer y eso era borrar mi memoria, pero no deseaba olvidar por siempre. El bebe siempre habrá de necesitar del amor de ambos padres para seguir con vida –Sintió un nudo en la garganta al recordar la angustia que sintió en aquel momento–Entonces, convoque a un espíritu del lago. Este espíritu borraría mi memoria, pero no gratuitamente. Se me entrego una daga, en ella estaban las instrucciones a seguir, una vez cumplido el contrato, en esa misma daga aparecería el precio a pagar. Y como saben mi memoria regreso, por lo tanto...

Snape tapo su boca con las manos –Creí que intentabas apuñalarte con ella y fue por eso que saque la varita, para evitarlo –Miro muy serio a Harry.

Dumbledore interrumpió –Dime Harry ¿Qué pasa si no sabes cual es el pago? –Una simple pregunta que quitaría todas sus dudas.

Harry tomo aire –La daga me fue entregada, era mi responsabilidad conservarla para poder hacer el pago, recuerdo que estaba leyendo algo, pero entonces...

–¿Y si no paga, que pasara? –Se apresuró a hablar el pocionista.

Harry bajo la cabeza –Si no pago lo convenido, el espíritu puede cobrar el doble o el triple de lo acordado, por incumplimiento.

–Cual es el plazo para el "pago"? –interrumpió Dumbledore.

El ojiverde solo negó con la cabeza –Dependiendo de que se trate, el tiempo puede extenderse, sea lo que sea debo iniciar con lo convenido a mas tardar en dos días.

El anciano director miro a Harry por debajo de sus anteojos de media luna. La verdad, es que eran tres días pero Harry no iba a admitir que los habían engañado con lo de su memoria el día anterior. Su idea había sido volver a aquel lugar junto al lago y recuperar la daga, pero después de estar en aquel lugar buscar arduamente y no encontrarla, el muchacho lo supo, necesitaba ayuda.

El pocionista se puso de pie de inmediato –Entonces no tenemos tiempo que perder –Necesitaban encontrar la daga cuanto antes.

O-o

Los tres se encaminaron al lugar donde todo había ocurrido.

Ya llevaban mas de una hora buscando...–¿Dime Severus que tan lejos pudiste haberla arrojado?

El pocionista se quedo callado por unos instantes sopesando la respuesta –Ha decir verdad, solo tenia cabeza para Harry –Se volteo a su izquierda. El ojiverde estaba lo suficientemente lejos como para no escuchar sus palabras, se quedo observando al joven, en la cara de Potter se dibujaba asombro, extraño ya que no estaba mirando al suelo, su vista enfocaba hacia el frente. Severus siguió la mirada de Harry y una vez que supo lo que el ojiverde estaba observando, no pudo evitar sentir un miedo terrible. Corrió hacia el muchacho lo mas rápido que pudo mientras sacaba su varita.

Albus miraba tranquilo. Habían al menos cincuenta criaturas llamadas keppek. Ver una y sobrevivir no era algo muy común, estar frente a mas de cincuenta de ellos, podía calificarse como algo maravilloso. Aunque no podía dejar de inquietarse, el anciano sabia que lo mejor era esperar a saber la razón de semejante visita.

Todos los Keppeks detuvieron su marcha excepto uno que avanzo lo suficiente como para sacar algo de su espalda y ofrecérselo a Harry.

El joven observo lo ofrecido –¡La daga! –Exclamo, tomándola en sus manos. Agradeció inclinando la cabeza y de inmediato miro en que consistía el pago, para después mirar al keppek desconcertado.

–Estamos dispuestos a cooperar para que el pago se realice –Dijo simplemente la criatura.

Severus puso una mano en el hombro de Harry –¿De que se trata? –Temía un poco preguntar, pero era mejor saber a que se enfrentarían.

–El espíritu del lago demanda, como pago, un poco de mi sangre extraída con los azotes en mi espalda; por un látigo hecho con espinas de rosas rojas, y solicita que el ejecutor sea un keppek dispuesto a ayudar –El joven miro con preocupación al keppek.

–No debe preocuparse por el bebe Harry Potter. Yo seré el ejecutor. Es mi castigo por haber fallado en mi primera misión. Recuerde que entendimos que usted es demasiado valioso para este mundo como para asesinarle, es por eso que estamos complacidos de poder ayudarlo.

–¿No trataran de matar a mi bebe? –Necesitaba saber que aquello no era una trampa.

Dumbledore interrumpió –Los Keppek se caracterizan por ser criaturas honorables, Puedes estar tranquilo Harry, ellos no conciben la traición ¿No es así? –Pregunto a la criatura.

Esta hizo una reverencia –Eso es correcto.

Harry respiro profundo –Bien, entonces podemos iniciar cuanto antes –El keppek asintió, Potter estaba dispuesto a irse con ellos, pero Snape no había dicho su última palabra.

–No puedo permitirlo –Harry lo miro desafiante.

–Debes dejarme ir, piensa que puede ser aun peor si no lo hago –El ojiverde noto algo de indecisión en el Slytherin. Aprovechando la confusión se liberó y se alejó.

–No soportaría saber que estas sufriendo, por eso, no quiero... ¿Hay otra solución? –Pidió el ojinegro angustiado.

–No –Dijo determinantemente el niño que vivió.

–¡Pero es un pago ridículo! –Severus no podía creer lo que estaba pasando, el Gryffindor no podía ser tan ingenuo.

–¡No es ridículo! –Exclamo la criatura –Es un viejo ritual que nosotros realizamos cada cinco años para ayudar a la madre naturaleza: sangre obtenida por el sacrificio de dos seres, las espinas de las rosas provoca el suficiente dolor para poder ser llamado sacrificio; la persona que ha de provocar las heridas debe tener algún lazo afectivo. Ese será mi sacrificio, lastimar a tan maravilloso ser –Harry lo miro apesadumbrado –No deseo hacerlo, pero estoy dispuesto.

–Considero saber algo sobre rituales antiguos y no recuerdo ninguno que se le parezca –Severus aun no se rendía.

–Yo si –Contesto Harry.

Toda la atención se centro en muchacho –Voldemort... –Casi Todos sintieron estremecerse al escuchar ese nombre, incluso después de muerto ese hombre aun provocaba tal reacción –Cuando uso la copa en la competencia de los tres magos, realizo un ritual obteniendo mi sangre a la fuerza, con el fin de obtener un nuevo cuerpo.

Snape no sabía como debatir aquello, Dumbledore se acercó –Severus, piensa que si no lo hace, el precio puede ser el doble o el triple de esto.

–Si voy a ser yo quien te ayude en esto, es importante conozcas mi nombre, me llamo Aik –Se presento el keppek.

–Mucho gusto Aik –Dijo Harry sonriendo.

El pocionista no tuvo mas remedio que hacerse a la idea de que Harry sufriría heridas. Su sangre seria tomada, pero al final él estaría cerca para cuidarle.

O-o

El ritual se había preparado, alejado de las curiosas miradas de los estudiantes, en las cercanías de la aldea de las místicas criaturas.

Los keppek formaban un círculo. En el centro clavaron un enorme tronco, aseguraron sogas con grandes estacas en la cima.

Harry se encontraba vistiendo una manta con brillantes colores en verde, rojo y naranja. Se coloco frente al tronco y entonces dejo caer el manto, luciendo únicamente unos pantalones de cuero color café.

Dos de las criaturas llevaban un rollo parecido a la manta de Harry. La desenrollaron en el momento que Aik se acercó. Se arrodillo frente a ellos y tomo lo que estaba dentro de la manta: El látigo de espinas de rosas. Las mismas criaturas que habían cargado el látigo ahora anudaban las cuerdas en las muñecas de Harry.

Aik se acercó al joven mago –Harry no se te permitirá ayudarte con el dolor y no puedes desmayarte hasta después de que me des permiso de tomar tu sangre y yo lo haya hecho ¿Has entendido?

–¿Eso quiere decir que no puedo morder nada? –Bromeo –Entiendo, estoy listo.

Le dio la espalda al Keppek cerro los ojos y espero por el primer latigazo.

Aik tomo aire como si con eso agarrara valor, alzó el látigo para dar el primer azote.

Snape y Dumbledore estaban un poco alejados, aunque lo suficientemente cerca para ver lo que estaba pasando. El ex mortífago había presenciado muchos actos de tortura gracias al señor oscuro, pero en esa ocasión, al ver que las espinas rasgaban la piel del hombre que amaba al mismo tiempo que este intentaba ahogar un grito, no pudo seguir mirando.

Dumbledore apretó el hombro del pocionista en un gesto de apoyo –Esto no es nada comparado con lo que sufrirá cuando lo dejes. Lo sabes ¿Verdad?

Un gruñido por parte de Snape –Sobrevivirá, sabes que es por su bien.

–Al igual que esto ¿No es lo mismo? –El pocionista se quedo muy serio mientras se estremecía al escuchar un nuevo grito de Harry.

Aik trataba de acertar en el mismo lugar, así la sangre fluiría mas rápido, estaba contando cinco en total. El ojiverde se sujetaba al tronco mientras respiraba agitado, esperaba que con tres latigazos mas fuese suficiente.

Potter sentía que la espalda le ardía. El dolor era mas fuerte de lo que pensaba. Estaba tratando de permanecer despierto, pero sabia que no soportaría mucho tiempo. Aik iba a dar el octavo golpe –Uno mas, se dijo Harry a sí mismo, aguanta uno mas, se animaba para no desfallecer.

El Keppek se acercó –Harry Potter solicito permiso para tomar tu sangre.

Harry jadeo –D-doy permiso –Sintió dolor al moverse, respiro un poco agitado –Yo, Aik –Era lo último se decía –Aik toma mi sangre –Esperaba que con esas palabras fuese suficiente.

El Keppek saco un frasco pequeño y lo acerco a la piel cortada de Harry. Pego el frasco provocando que Potter de un brinquito y se alejara. Harry trato de no moverse para que Aik pudiera tomar la sangre necesaria. No soportaría mucho mas.

–La sangre a sido tomada, debemos hacer la ofrenda al espíritu del lago –Aik inicio la marcha y las criaturas que habían estado rodeando el ritual lo siguieron.

Severus no pudo esperar más. Corrió a auxiliar a Harry, pero fue detenido por varios keppek que le apuntaban con flechas.

¿Qué estaba pasando? Ya habían tomado la sangre ¿Que más deseaban?

Continuara...

Nota:

Un cap algo violento, pero necesitaba la reflexión para Sev, lo adverti al inicio no me odien por maltratar a Harry T-T
También, en el próximo capítulo Harry iniciara con el plan "Volver loco de amor a Snape" juar, juar... Capítulo 51.- Una incómoda conversación.

Gracias por leer!

Regreso a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora