51.- Una incómoda conversación

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Después de tomar la sangre, los keppek se encaminaron para hacer la ofrenda al espíritu del lago.

El pocionista observaba detenidamente lo que estaba ocurriendo, cuando creyó que todo había terminado miro donde estaba Potter, quien aún colgaba de las sogas, al parecer había perdido el conocimiento.

¡No esperaría más!

Dumbledore apenas si se percató de que Severus ya le llevaba bastante ventaja. Snape apunto con su varita al ver a una de esas criaturas mezcla entre águila y humano, ponerse en guardia, seguida de otras más colocándose de tal manera que formaban una barrera entre el oji verde y el pocionista.

¿Qué estaba pasando? Snape no entendía, ya habían tomado la sangre de Harry ¿Qué mas deseaban? Las flechas de esas criaturas le apuntaban ¿Acaso creían que iban a intimidar a un ex mortífago? Ni el mismo señor oscuro le haría desistir, no cuando de su muchacho lo necesitaba.

–Necesito ayudar a Harry ¡Apártense! –Demando es oscuro profesor.

No había reacción, las flechas seguían apuntándole ¿Pero qué les pasaba? ¿Acaso no se daban cuenta del estado del joven?

Quiso dar un paso al frente, mas criaturas se acercaron. Debía pensar estratégicamente, eran demasiados contra él solo. Por un instante se había olvidado de Albus. Snape apretó la varita en su mano. Por lo que sabía de los keppek, su puntería era exacta. Iba a usar eso en su contra.

–¡Lumus máxima! –Exclamo. Con eso bastaría para distraerlos por unos segundos. Corrió en dirección a Harry, pero se topo con uno de ellos y descubrió algo nuevo, esos malditos tenían mucha fuerza física. Sin darse cuenta estaba siendo estampado contra uno de los árboles. Sacudió su cabeza, eso no lo iba a detener.

Intento ponerse de pie, pero fue inútil. Algo pegado a su ropa no le permitía moverse, una flecha en su hombro izquierdo. No había logrado clavarse en su carne, pero si en su ropa. La tomo con sus manos. Sabia que solo debía quitarla para liberarse. Jalo de ella desprendiéndola. No podía quedarse allí derrotado, Harry lo necesitaba.

Al fin consiguió ponerse de pie. Tres flechas mas se clavaron en su túnica, una en cada brazo y otra en su pierna. El pocionista parecía no querer darse por vencido, intentaba liberarse, el ruido de la ropa desgarrándose y sus violentos movimientos eran prueba de ello.

Albus se interpuso entre los keppek y Severus –Mi querido amigo, debes calmarte –Extendió su mano pidiendo a las criaturas un respiro.

–¿Cómo quieres que me calme? –Dijo muy furioso el pocionista. La manga de su brazo derecho se rompió, iba tras la flecha en su otro brazo, pero la mano de Dumbledore le detuvo.

–Escucha Severus, debe haber una razón por la cual no nos permiten acercarnos, la prueba de ello es que sigues con vida ¿No es así? –Se dirigió a las criaturas al hacer la pregunta, tratando de usar el tono mas amable posible.

–Si el espíritu del lago considera que no es suficiente, Aik deberá tomar mas sangre, si contaminamos el ritual o movemos al señor Potter, todo deberá iniciar de nuevo, una vez curadas las heridas del joven y fabricado un nuevo látigo de espinas de rosas –Hablo un keppek al mismo tiempo que bajaba el arco y la flecha.

Severus bufo ¿Cuánto más debía esperar?

Un silbido se escuchó, todos voltearon al lugar donde provenía el sonido. Era la comitiva ya estaba regresando, Aik todavía guiándolos. Se detuvo frente al cuerpo inmóvil del joven, mientras el resto regresaba a formar el circulo, los dos keppek del inicio del ritual se acercaron con una manta diferente, la extendieron y Aik coloco el látigo manchado de sangre, la envolvieron y la dejaron en el suelo, se apartaron y se colocaron junto a Harry.

–La ofrenda ha sido aceptada, el espíritu del lago esta complacido, liberen al señor Potter –Ordeno mientras prendía fuego a la manta que contenía el látigo ceremonial.

Con mucho cuidado Harry fue liberado, Aik se acercó para cargarlo en sus brazos, tratando de no lastimar las heridas en su espalda, el círculo se disolvió permitiendo el paso al keppek. Severus se había liberado de las flechas he ignorado a Dumbledore, corrió para encontrarse con Aik. Se detuvo frente a la criatura, tenía un nudo en la garganta, pero no se podía permitir ser débil en ese momento. Extendió sus brazos para que le entregaran el cuerpo de Potter, este emitió un pequeño quejido –Tranquilo... –Susurro Snape en el oído del chico –Todo va a estar bien.

O-o

Por supuesto que la sanadora estaba mas que molesta... Los tres sabían que el embarazo del señor Potter era de alto riesgo ¿Cómo se atrevían a ponerlo en tal peligro?

Dumbledore intento explicarle a la mujer, pero esta simplemente lo ignoraba –Albus si vas a estar en la enfermería al menos has algo útil –Dijo casi histérica.

Coloco una bandeja con agua limpia a un lado de la cama de Harry, comenzó a limpiarle las heridas.

–Era algo necesario Poppy –Dijo el director con pesar.

La sanadora suspiro resignada –Lo hecho, hecho esta, pero debieron consultarme primero. De haberlo hecho, habrían sabido que la poción para el dolor y el ungüento para heridas lo agote en un estudiante de Revenclaw esta mañana.

Quizás si había sido todo un poco apresurado, Madame Pomfrey tenía toda la razón. Snape llego apresurado, le dio a la sanadora un frasco mientras él elevaba la cabeza de Harry para poder hacerle beber una poción.

–Eso fue rápido ¿Están bien preparadas? –Pregunto la mujer.

Snape gruño –Recordé que tenia un poco guardado, envié a unos estudiantes a recolectar los ingredientes que me hacen falta.

Dumbledore se quedo observando a Severus fijamente –Por lo que se, siempre recolectas tus propios ingredientes, debes estar desesperado para confiar en tus estudiantes –Sonrió Albus al ver la mueca en el rostro del pocionista –Draco y la señorita Granger se están ocupando de ello, creo que los dos son lo suficientemente confiables ¿No le parece? –Albus asintió y se puso de pie.

–Creo que me les uniré, ya que aquí no hay mucho que pueda hacer, cuiden bien de mi muchacho –Un bufido por parte de Severus y otro por la sanadora fue lo que obtuvo como respuesta. Ni siquiera tenía que decirlo.

Harry se había quedado dormido boca abajo, sus heridas estaban mejor después de tratarlas, Severus estaba sentado a su lado, acariciaba la mano del oji verde y de cuando en cuando miraba ese tranquilo rostro, aparto unos mechones de su rostro, Madam Pomfrey se acerco para verificar que todo seguía bien.

–¿Los dos están bien? –Pregunto preocupado el pocionista, la cara de la mujer no le transmitía mucha confianza.

–No estoy segura –Fue la respuesta, Severus se puso de pie muy molesto, eso no era algo que esperara –¿Cómo que no estas segura? ¡Estas hablando de mi hijo y el hombre que amo!

La sanadora se quedo boquiabierta, si alguien le hubiera dicho que Snape algún día diría esas palabras frente a ella, se hubiese reído en su cara. Severus pareció darse cuenta de lo que había dicho –Discúlpame, estoy un poco nervioso, este fin de semana parece que será interminable.

–No te preocupes –Hablo comprensiva –Ellos parecen estar bien, aun así necesito que te quedes con él, hare mas grande la cama para que puedas recostarte.

–¿No sería mejor llevarlo a mi habitación? Si algún estudiante nos ve...

La sanadora saco su varita, agrando la cama –¡Recuéstate y no discutas conmigo! –Severus se quedo atónito por un segundo, pero después de ver la seriedad del asunto se apresuró a recostarse junto a Harry.

–Abrázalo con cuidado –Sonrió la mujer, mientras el pocionista rodeaba con su brazo la cintura del oji verde, espero a que cerrara las cortinas para depositar un tierno beso en la frente del joven.

O-o

Harry despertó, aun se sentía dolorido en la espalda. No deseaba moverse, la cama estaba calentita y mullida. Enterró un poco mas su cabeza en la almohada, aunque se sentía un poco rara, lentamente abrió los ojos. "Mas motivos para no despertar" pensó al saber que era Snape quien estaba a su lado, pero claro, por supuesto que su suerte no iba a durar, no ¿La razón? Muy simple, si permanecía acostado con Severus él sería muy feliz, pero la vida le había demostrado que no quería que Harry fuese feliz y por eso ahora le mandaba a alguien para que interrumpiera su maravilloso momento.

Madame Pomfrey despertó al pocionista –Severus debes salir de la enfermería, llame a un médico especialista para que revise a Harry.

El ex mortífago se levantó un poco asustado –¿Especialista? –Iba a reclamar aquello, pero recordó inseguridad de Poppy –¿Confías en él? ¿No ira a contar nuestro pequeño secreto?

–No te preocupes usare un hechizo de glamour para evitarlo ¡Ahora necesito que salgas! –Básicamente, Snape fue obligado a salir de la enfermería. Ya que no podía estar junto a Harry, aprovecharía para preparar las pociones, en caso de necesitarlas de nuevo.

El profesor se había ido justo a tiempo, el especialista apareció en la enfermería, Madame Pomfrey apresuro a lanzar el hechizo de glamour sobre Potter.

–¡Poppy! Cuando me llamaste, simplemente no lo podía creer –Hablo con entusiasmo el medimago.

–Doctor Sheltherdy ¿Podría revisarlo ahora? –El medimago quito la feliz expresión de su rostro, se acerco al joven mientras hacia preguntas a la sanadora.

Madame Pomfrey intento explicar lo mejor posible, claro cambiando algunos hechos de la historia o mejor dicho no diciéndola toda, omitió lo del ritual y en su lugar menciono un tonto accidente en el aula de herbologia. También le explico que el paciente había estado en varias ocasiones con amenazas de aborto, así como el difícil acceso al otro padre al principio.

El Doctor sonrió –Después de todo lo que me has dicho Poppy a mi también me parecería extraño que todo fuera tan perfecto, pero lo he revisado en dos ocasiones y no hay error.

La mujer no sabia si estar perturbada por lo inexplicable del asunto o aliviada por saber que todo iba sobre ruedas –Hay una explicación racional para ello –Interrumpió los pensamientos de la sanadora –Significa que el amor y la magia de los padres es muy poderosa –Sheltherdy miro a un joven que bien podía parecer hermano de Draco, solo que con los ojos verdes. Madame Pomfrey, a pesar de apresurarse con el hechizo, lo había hecho muy bien y nadie sospecharía de que se trataba de Harry Potter.

–Tienes suerte de tener a un poderoso mago arrastrándose a tus pies –El medimago sonrió al ver el desconcierto del chico – El viejo sanador suspiro cansinamente–Esa es una ventaja envidiable... ¿Por qué no ocurre con los embarazos normales? Me hubiese ayudado mucho ¿Sabes? En mi vida me enamore en dos ocasiones y es horrible cuando dudas del amor de una persona tan especial como lo es tu pareja –Sheltherdy se puso de pie –Pero que puedo decirle jovencito, usted nunca sabrá que es eso –Dijo ampliando su sonrisa, Harry lo miro pensando "No tiene ni idea".

O-o

Harry estaba un poco impaciente, necesitaba hablar con Madame Pomfrey, pero ese doctor parecía no querer retirarse ¿Es que acaso no tenía algún paciente que requiriera de su atención? Si no se retiraba intuía que Snape no vendría. Detuvo su pensamiento, debía comenzar a controlarse si quería llevar a cabo su plan.

Por fin escucho un gracias por parte de la mujer. Harry no perdería el tiempo, de inmediato llamo la atención de Madame Pomfrey.

–¿Pasa algo señor Potter? –Pregunto presurosa.

El Gryffindor sintio que se le fueron las palabras de la mente por unos segundos –Bueno... me preguntaba... yo... este...

–Si, en un momento mas le daré de alta –Dijo comprensiva.

El moreno se alarmo –¡No es eso! –El chico bajo la mirada –Es sobre mi bebe.

–¿Por qué no le preguntaste al Doctor Sheltherdy? –Pregunto contrariada.

–Es algo, bueno no tuve el valor de preguntarle –Vacilo el menor.

–Entiendo ¿De qué se trata entonces? –Pregunto Poppy mientras se acercaba.

–El doctor dijo que no había ningún problema con el embarazo ¿Cierto? –Un asentimiento fue lo que obtuvo como respuesta –Es necesario, ya sabe... Creo que es incómodo para el profesor Snape, siendo yo su alumno...

–Señor Potter creo que no lo estoy entendiendo, hable mas claro –Harry fue interrumpido por la sanadora.

Harry suspiro, estaba nervioso e incómodo con la conversación –¿Qué tan seguido necesitare "mas" acercamiento con el otro padre? –Las mejillas del moreno se encendieron, fue cuando un "Oh" se le escapo a la sanadora entendiendo la situación. Recordando un poco las palabras de Severus, sobre que Harry era el hombre que amaba contesto.

–No creo que sea incómodo para Severus, pero ya que es tu profesor, supongo que tiene razón señor Potter. Creo que con un poco de contacto al día debería ser suficiente, pero no queremos correr riesgos a estas alturas, cada dos semanas aconsejaría que intimaran mas, aunque la verdad no creo que lo soporte.

–¿Soportarlo? –Pregunto confuso el menor.

–Conforme el embarazo aumenta, tus deseos de "intimar" aumentaran, ya vera. Pero bueno, ese tipo de decisiones solo les concierne a ustedes. Le aconsejo hable con Severus al respecto –De su bolsillo saco una moneda de plata y se la extendió a Harry –Si sientes algún malestar, por menor que este pareciera, presiona esta moneda ¿De acuerdo?

Harry la tomo –Gracias Madame Pomfrey –Dijo sinceramente el oji verde.

–Ahora que estamos con preguntas déjeme hacerle una –Harry se quedo inmóvil ¿Qué querría saber?

–¿Sabe usted por que se desmayó en aquella ocasión? –El moreno parecía no comprender –Recuerde, cuando el señor Malfoy se entero de su estado –El Gryffindor evito la mirada de la mujer –Bueno Snape no me decía nada sobre lo que hacíamos en nuestras reuniones, yo simplemente dormía, así que use un simple encantamiento llamado...

–Arrotego –interrumpió, Harry volteo a verla, para después asentir –No quiero que vuelva a hacerlo, si bien no dañara su embarazo directamente, entienda que interrumpe un hechizo, ese tiempo se acumula y es cobrado en un momento de debilidad o estrés, como en su caso, imagino, al verse descubierto por el señor Malfoy. En esa ocasión Severus estaba para auxiliarle, si eso le pasara en otra situación...

Harry iba a decir algo –No tiene que explicar –Volvió a interrumpir la sanadora –Solo prometa que no hará mas tonterías.

–Lo prometo –Dijo sinceramente el joven.

La mujer se retiró, dejando a Harry solo con sus pensamientos.

Ahora, dos semanas era mas tiempo del que pensó, eso era excelente para sus planes. Iba a mostrarle Snape un pedacito de como sería su vida alejado de Harry Potter, lo golpearía con la dura indiferencia.

Por fin le habían permitido salir de la enfermería, antes de retirarse se dirigió a la sanadora.

–Madame Pomfrey, estoy un poco atrasado con mis deberes ¿Aun tengo que cubrir mi cuota con el profesor Snape el día de hoy?

–Debería tomarlo con calma. Si, debe verlo hoy... ¿Por qué no le pide ayuda a Severus señor Potter?

Harry sonrió, esa era una muy buena idea. Sería una excelente escusa para ser indiferente con Snape, su plan parecía tener mas sentido ahora.

Preparado o no, Severus ¡El plan iniciaría esa misma tarde!

A unos pasos fuera de la enfermería una lechuza revoloteo encima de su cabeza y se paro en una de las estatuas del pasillo. Harry se acerco para tomar la nota que traía, extendió el papel.

No podía estar mas complacido: Otro jugador entraba a la cancha, metió el papel en su bolsillo mientras una sonrisa maliciosa se formaba en sus labios...

Continuara...

Nota:

Si les gusta ver a Severus muriendo de celos no pueden perderse el siguiente capítulo! 52.- Las reflexiones de Snape

Gracias Claudia por ser mi beta! Y a ustedes lectores por leer mi fic! 

Regreso a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora