71.- Nuestra vida de casados

2.8K 199 38
                                    

Ya había pasado, sin que Harry lo notara, un año más ¡Bran había crecido tanto! ¡Y es que Severus era un padre demasiado consentidor! A veces Harry debía detenerlo y recordarle que no era bueno darle tantos dulces al bebé.

Ese día era una fecha especial. Su pequeño hijo no les había hecho fáciles las cosas, pero, al menos por esa noche, todo estaba resuelto. Un maravilloso arreglo forzado por la matriarca Weasley, alegando que ella solo pasaría una tranquila velada con Arthur, decidió sin dejar espacio a reclamos que ella se encargaría de cuidar de Bran, Harry no estaba muy de acuerdo al principio, pero considerando cuanto Molly disfrutaba de Bran decidió acceder al pedido de la pelirroja.

El de ojos verdes empezó a acomodarse en la cama. Estaba realmente emocionado, era el día de San Valentín y esperaba pasar una noche inolvidable.

Harry no había visto a su esposo en todo el día, ni siquiera había sentido cuando este se había levantado. El pocionista le había comentado que tenía cosas que hacer en Hogwarts. Harry no podía creer que su amado de ojos negros prefiriera estar atrapando colegiales hormonales a estar con su propio hormonal esposo.

El Gryffindor había colocado velas mágicas, las cuales flotaban alrededor de la habitación. Sólo las suficientes para tener una tenue luz. Una canasta con frutillas y un par de copas de vino eran los únicos accesorios. El decorado estaba terminado por los detalles de rojo pasión en cortinas y sabanas, y los pétalos de rosa desparramado bien, formando un camino de la entrada hasta la cama, donde Harry esperaría a su esposo vestido con un pantalón negro y camisa verde que sabía enloquecía a Severus. Hecho un último vistazo. Todo lucia ¡Perfecto!

Caminó con cuidado de no desordenar nada y se recostó de una manera que esperaba Severus considerara sexy. Desparramó unos pocos pétalos en sus piernas y torso y se quedó acostado, esperando. Snape no tardaría en llegar.

O-o

Harry abrió los ojos adormilado. Exaltado se levantó, ¡Se había quedado dormido! Miró el reloj a un lado de su cama. Eran las once de la noche. Buscó a tientas con sus manos y no encontró nada ¿Y Severus? En una hora más terminaría el día de San Valentín y el hombre no estaba en casa. Harry se entristeció, ¿Por qué había pensado por un momento que su esposo tendría algún detalle romántico con él?

Ese tipo de cosas no cuadraba con la manera de ser del pocionista. Y sin embargo la situación lo entristecía, por que se había esforzado por complacer a su esposo y le ilusionaba tanto ese día. Se limpió con la mano una lágrima que emergió de su ojo izquierdo. Escucho un ruido en la entrada, ¡Ese tenía que ser su Severus! Y quedaba una hora en el día de San Valentín, ¡Todavía era posible! Se levantó de inmediato y salió en busca de su amado.

Harry se quedó como de piedra. Severus estaba frente a él con las manos vacías, ¡Vacías! Ni siquiera una simple flor ¡Por Merlín! Ni una sola sonrisa en los labios, no era posible que hubiera olvidado la fecha, después de todo había estado en el colegio. Todos sus queridos estudiantes no habrían hecho más que recordarle qué día era hoy ¡Incluso habrían de haberle dado ideas!

Harry ya no lo pudo soportar más, rompió en llanto mientras se refugiaba en su habitación. Ese maldito Slytherin sabía muy bien como romperle el corazón en mil pedazos.

Severus se asomó, se cercioró de que la estatua de chocolate de si mismo "versión real", la que Draco le había recomendado le diera a Harry en San Valentín, estuviese de una sola pieza. Sabía que era tarde, sólo esperaba que Harry no estuviese molesto. No se había portado como el mejor esposo, pero le crispaba los nervios que cuando intentaba ponerse romántico con Harry, éste llorara, haciéndolo pensar que había hecho algo mal o simplemente sentirse como un idiota por hacerlo llora. Terminó de amarrar un moño rojo y hecho un vistazo a su figura desnuda adornada sólo por el lazo. Se tapó con su túnica negra y respiró profundo. Una vez listo, les rezo a todos los dioses que le vinieron a la mente para que su pequeño angelito no los interrumpiera una vez más.

Primero tendría que enfrentar a Harry. Después de la confrontación que seguro tendría con su esposo, y una vez que hubiera podido aplacarlo, le daría el chocolate. Con su varita elevó la escultura y la colocó frente al sillón. Unos toques más y la acomodó como para que optara por una posición de sentado con los ojos cerrados. Snape miró la figura una vez más. Realmente daba miedo ¡Se veía demasiado real!

Severus se dirigió a su habitación y abrió lentamente la puerta. No pudo dejar de notar el decorado. Su sentimental Gryffindor se había superado. Miró el camino de pétalos que lo llevaban justo a donde deseaba ir. A su amado, quien estaba sobre la cama, recostado boca abajo, con esos pantalones negros que le hacían resaltar su bien redondeado trasero. Severus también pudo distinguir el verde de la camisa, "Esa camisa" y se relamió los labios ¡Por Merlín! Harry se veía definitivamente follable. Snape se acercó sin hacer ruido, y fue entonces cuando escuchó unos sollozos. Tenía que hacer algo y rápido.

Saco una rosa blanca y la paso por las mojadas mejillas de Harry, recogiendo las lágrimas con ella. El de ojos verdes miró la flor. No podía rendirse con tan poco. Volteó la cara, dispuesto a demostrarle a Snape lo mucho que lo había lastimado.

Severus se desanimó por un momento, pero estaba seguro de poder convencerlo. Sólo debía insistir un poco más. Acariciar con su nariz el hombro de Harry, después le dio unos pequeños besos –Amor, lo siento, yo quería hacer algo romántico para ti y luego Draco dijo...

Harry se volteó asombrado a mirarlo –¿Pediste consejo a Draco? –Preguntó sin poder creerlo.

El pocionista se sonrojó levemente –Yo quería verte feliz, pero creo que estoy viejo para estas cosas –Severus se iba a poner de pie, pero el de ojos verde no se lo permitió.

–Creo que mereces una recompensa por el esfuerzo –Una enorme sonrisa se dibujó en el juvenil rostro de Potter y se acercó a su esposo para poder besarlo.

Severus no lo podía creer, al parecer las cosas no habían salido tan desastrosas como lo había pensado. Harry lo miró detenidamente después de romper el beso –¿Puedo abrir mi obsequio? –Dijo lujurioso mientras descubría la túnica mostrando la desnudez de su esposo.

–¿Cuál obsequio? –Pregunto sin entender, Harry tiro ligeramente de un listón que se asomaba, le dio un tironcillo, fue cuando Severus recordó, ese moño que estaba atado a su cuerpo, en un lugar sumamente placentero.

El pocionista quitó un mechón de cabello de los ojos verdes, aprovechando para rosar su mano con la suave piel de su esposo. Sonrió mientras asentía –Es tu obsequio, puedes hacer lo que quieras con el –Rio mientras pensaba en cosas pervertidas y repitió –Lo que quieras –Se acercó para besarlo de nuevo, pero el Gryffindor se separó jugueteando, empujó a Severus hasta dejarlo tendido en la cama –¿Qué debería hacer primero con mi obsequio? –Harry se sentó con una pose pensativa –¿Morderlo? mm... No –Negó con la cabeza, mientras se despojaba de su pantalón y ropa interior. Bostezó sin poder evitarlo. Estaba cansado, pero ¡Quería hacer el amor con Severus! ¡Era san Valentín, por Merlín! ¿Quizás algo rápido? Quitó de un jalón el listón. Severus ya estaba un poco excitado, el miembro estaba cobrando vida.

–Te esperé muchas horas. Ahora lo quiero todo –Harry había preparado todo en la habitación para una noche inolvidable. Tenía a un lado de la cama un lubricante especial que había adquirido en un sex shop. Este se ponía caliente al contacto. Harry puso una generosa cantidad en el miembro de Snape, escuchando como este gemía al contacto. Tomó un poco más del lubricante y se colocó un poco en su entrada, se aventuró y metió dos dedos tratando de dilatarse un poco. Severus le sujetó la mano –Ese es mi trabajo –Dijo sonriendo con malicia.

Harry entrecerró los ojos y lo empujó de nuevo –No será necesario, solo quiero usar mi obsequio antes de dormir.

El pocionista abrió los ojos enormes, vio como Harry tomaba su miembro y se enterraba de un solo movimiento, arqueando la espalda, mientras respiraba con un poco de dificultad.

–¡Si! –Dijo finalmente –¡Oh Severus estas tan caliente! –Harry volteó la verde mirada al rostro de su esposo, estiró los brazos para acercarlo, abrazándolo con fuerza –Esperé todo el día por este momento –Le susurró en el oído.

Severus sólo pudo cerrar los ojos. Sentía su miembro arder dentro de Harry y el aliento tibio en su oreja, su sensual esposo abrazándolo, aferrándose con fuerza, como si temiera que escapase, ¡Ja! ¡Como si eso fuera a suceder!

Acarició la suave espalda del Gryffindor. Su tonto esposo se había apresurado y no se había preparado lo suficiente. Sabía que aquella acción había dolido. Necesitaba tranquilizarlo y ayudarlo a relajarse con sus caricias. Disfrutó un poco más del abrazo, pero sabía que, aunque doliese, Potter estaba muy ansioso, así que deslizo sus manos suavemente de la espalda a las piernas. Adoraba juguetear con el cuerpo del menor, simplemente era un deleite. Rozó la punta del miembro de Harry muy ligeramente, provocándolo, el de ojos verdes jadeo ante la sorpresa –Sev... Por favor...

De un movimiento rápido Snape lo tumbó sobre su espalda. La vista era maravillosa, Harry Potter conectado a su cuerpo con esa linda cara sonrojada, ¡Eso era de lo mejor! Separó un poco mas las piernas del Gryffindor y dio la primera estocada –¿Dónde está Bran?

Severus sonrió al ver la agitación de Harry por el primer movimiento –C-con Molly, Sev –Potter trató de mover las caderas incitando a su hombre. Snape se acercó más al delicioso cuerpo, miró esos hermosos ojos verdes para después besar los labios de su esposo. Disfrutaba de juguetear con sus lenguas, rozando la tibia cavidad, probando la saliva de su amante, succionando con fuerza al final tornándose un tanto desesperado. Harry se aferró al cuerpo de su esposo como si no hubiese un mañana, aunque conociendo a su pequeño hijo Bran, quizás no habría un mañana para repetir esa placentera actividad. Se apretó con fuerza al otro cuerpo tratando de llevar el ritmo de los movimientos de cadera, sintiendo como ese erecto miembro lo penetraba haciéndole perder la razón, quería que durara más, pero no podría soportar por mucho tiempo y menos con las atenciones que Severus tenía en su cuello, chupando y lamiendo entre gemidos y jadeos –Ya no aguanto –Anunció el menor. Severus se separó un poco del cuerpo, solo para observar su obra. Harry sudoroso, completamente excitado, el sube y baja de su pecho con los pezones duros. Se le antojaba mordisquearlos, pero no había tiempo. Tomó con firmeza la cintura del Gryffindor y empujó con más fuerza, aumentando el movimiento, Harry se revolvía en las sabanas. Snape sabía que su pequeño Gryffindor estaba aguantando más de lo que podía.

Harry podía sentir como su cuerpo se estremecía en cada embestida, cada parte tocada por ese hombre ardía. No conforme con eso, las miradas lujuriosas que siempre le lanzaba su esposo le hacían sentir avergonzado, como si fuese su primera vez.

Severus se aferró fuertemente al cuerpo de su amante y embistió más rápido y profundo. Harry se mordía los labios para no gritar. Esto no pasó desapercibido por el pocionista –Bran no está, no quiero que te contengas, quiero escucharte gritar –Dijo entre jadeos el Slytherin. Eso era cierto, pensó Potter. La última vez que lo habían hecho había tenido que callar por miedo a despertar al pequeño querubín, aunque claro sin mucho éxito, Snape siempre lograba hacerlo gemir con fuerza. Pero ahora era diferente, ¡Podían hacer todo el ruido que quisieran! Harry no lo pensó dos veces. Dejó que los gemidos salieran fuertes y claros de su garganta. Severus sonrió. Eso era música para sus oídos, los gritos de Harry eran ¡Tan sensuales! Como si fuera posible se apretujó más a su esposo, mordiéndole el hombro para que gritara de nuevo, ese sonido fue suficiente para que la excitación le hiciera terminar dentro su esposo. Tomó el miembro de Harry entre sus manos para masajearle un poco y permitirle correrse. No le llevó mucho tiempo, el de ojos verde estaba en su límite. La mano del pocionista se llenó de semen. Esperó a que Harry lo viera a la cara para saborear el semen frente a él

–¡Oh Severus! ¡No hagas eso frente a mi! –El menor quiso alejarlo, pero el agarre de Severus no se lo permitió.

–Como no obtuve mi chocolate de san Valentín, creo que me conformare con esto, sin duda es más delicioso que cualquier otra cosa

El rostro de Harry se había puesto casi como el cabello de su mejor amigo Ron, lo que le encantaba a Severus. Harry se acurrucó en su pecho para ocultar su vergüenza –Pero si hay chocolate en la mesita de al lado –Murmuró, esperando no ser escuchado del todo.

–No deberíamos comer golosinas antes de dormir, no quiero que tengamos pesadillas –Dijo Severus en tono burlón.

Harry bostezó –Entonces los comeremos mañana, porque me trajiste chocolate, ¿Cierto?

Severus acarició el cabello de su esposo –Por supuesto, no puede haber San Valentín sin chocolates.

O-o

Harry somnoliento abrió los ojos con pereza, mientras tentaba la cama buscando a Severus quien al parecer se había levantado sin que él lo notara. ¡Gran novedad! Al menos ese día podría haberse quedado acostado llenándolo de mimos... Aunque, para ser sincero, eso era demasiado romántico para el gusto del Slytherin. Enfadado se levantó de la cama y fue en busca de su esposo.

Llegó a la sala y vio a Severus sentado en el sofá. Harry se acercó por la espalda del mayor tratando de no hacer ruido, se aproximó a su oído –Buenos días amor –Le susurró en la oreja tratando de provocarle cosquillas, pero no obtuvo respuesta. Molesto iba a dar media vuelta y marcharse, pero lo pensó mejor. Bran no estaba en la casa, no podían desaprovechar esos momentos. Excitaría a su esposo y lo obligaría a que le hiciera el amor nuevamente hasta que no aguantase más o llegara Bran, lo que fuera primero. Harry sonrió con malicia, deslizó sus manos por los hombros de su esposo, pero otra vez no obtuvo ninguna reacción. ¿Severus se quería hacer el difícil? ¡Correcto! Eso lo hacía más emocionante.

De un rápido movimiento se sentó sobre el hombre, se paseó muy cerca de su cara. Quería provocarlo, que deseara besarlo, pero aún nada, no obtenía nada de Severus, ni siquiera un brillo en sus ojos! Bajó lentamente, seguiría con el juego hasta el final. ¡Sabía exactamente qué hacer para obtener lo que quería! Le desabrochó el pantalón, nada aun. Bien, Severus no estaba cooperando, pero tampoco se negaba. Sacó el miembro de Severus, deslizó su dedo por el largo, acariciándolo, volteando de cuando en cuando para ver la expresión del de ojos negros, ¿pero que acaso era de piedra? Ni siquiera parecía respirar, ¡Decidido! De un solo movimiento metió todo el miembro en su boca, el sabor a chocolate lo inundó. No recordaba jamás que supiera de ese modo, tan delicioso, Severus seguramente se puso algo sabiendo lo mucho que le gustaba esa golosina, ¿Entonces si era una especie de juego sexual? ¿Iba a dejar que le hiciera lo que quisiera? Le dio una última lamida, aunque Severus no expresara nada en su rostro su miembro erecto decía lo contrario, Harry se quitó la poca ropa debajo de su cintura, de dilató un poco y se posicionó. El de ojos verdes conseguiría aunque fuera un gemido de Severus. Se enterró en el miembro de Severus, se sentía delicioso, como si se derritiera en su interior, comenzó a moverse –Oh Sev –Harry trataba de sonar lo más sensual posible –Sev Tócame... ¡Oh Merlin! –El menor continuaba moviéndose, lento sin obtener nada del Slytherin. Severus sí que sabía como contenerse. Se abrazó descansando su barbilla en el hombro, entonces sintió la presencia de alguien.

–¿Harry que haces? –Severus lo miró confundido.

Potter se detuvo, si Severus estaba allá, ¿Con quién estaba follando?

Continuara...

Nota:

Si no han leído mi fic ¨Regreso a ti en navidad¨ les recomiendo lo lean antes de continuar en este, ya que se acomoda a la línea de tiempo y explicare cosas y después no van a entender ˆˆU
Gracias a mi beta Claudia por revisar el capítulo!
Y a mis lectoras por seguir 71 capítulos no son nada fáciles!

Regreso a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora