70.- Severus, Lucius y los bebes II

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–No puedo hacer esto, ¡me niego! Rotundamente! –Lucius Malfoy estaba absolutamente decidido. Sabía que había cosas difíciles que los elfos hacían de vez en cuando y él mismo estaba dispuesto a ayudar en alguna que otra tarea si era realmente necesario, pero esto definitivamente no estaba entre las desagradables cosas que un Malfoy podría realizar.

Snape elevó una ceja. Imaginó que el rubio estaba exagerando, como era su costumbre. Harry cambiaba a Bran todo el tiempo, no podía ser tan terrible o ¿Si?

Suspiro cansinamente, no lo sabría hasta intentarlo, así que abrió el pañal de su propio hijo pero tuvo que cubrirlo de nuevo lo mas rápido posible. Un vistazo había sido suficiente para apoyar las palabras de Malfoy –¡Imposible! –Nunca había estado más de acuerdo con el rubio en todo el día. Necesitaba a Harry y lo necesitaba ¡Ahora!

Iba a cerrar el pañal cuando a su mente vino la cara de Harry. La desesperación de separarse de su familia y el cansancio que cuidar de Bran todo el tiempo le ocasionaba. No podía arrebatarle a su esposo el tan merecido descanso. Gruñó molesto consigo mismo. Esto era lo mínimo que podía hacer por Harry en ese momento, cuidar a Bran por unas horas, cambiar un simple pañal... No debía de ser más difícil que preparar una asquerosa poción que requiriera gusarajos y babosas ¿Cierto?

Severus respiró para tranquilizarse ¡Claro que podía hacerlo! La voz de Malfoy lo sacó de sus pensamientos.

–¿No podríamos simplemente desaparecer "eso" con magia? –El rubio miró detenidamente la expresión sorprendida de Severus, ¡por Salazar! ¡Ellos eran magos!

–Un momento Lucius –A la mente de Snape le vinieron recuerdos de cuando Harry atendía a Bran. En ningún momento lo había visto usar la varita. Algo no cuadraba del todo –Escucha, nunca vi a Harry usar Magia cerca del bebé, ni siquiera para... Tu sabes. No creo que sea buena idea –El pocionista no estaba dispuesto a hacer algo que pudiese lastimar a su hijo.

Malfoy elevó una ceja –¿Cuán peligroso puede ser en un hechizo de limpieza?

Severus entrecerró los ojos –No lo se, dímelo tu –Lucius abrió la boca, pero no pudo debatir aquello, enfurruñado le dio la espalda a Severus.

–Pues yo creo que es una estupenda idea, somos magos poderosos y capaces –Lucius sacó su varita.

–Has lo que quieras, es tu nieto de cualquier manera –El rubio se detuvo ¿Y si algo le pasaba a su nieto? No creía que fuese algo peligroso, tan fácil como llevarlo corriendo a San Mungo y todo resuelto, pero sabía que su hijo no se lo perdonaría, le recriminaría en cada oportunidad y no le dejaría pasar tiempo con el pequeñito. No lo iba a admitir abiertamente, pero quería mucho al tierno chiquitín, aunque fuese hijo de ese Weasley también. Lo amaba aunque fuese una maquina de desechos humanos.

Bajó la varita vencido. No usaría magia para cambiar a Scorpius.

Snape sonrió triunfante.

O-o

Harry miraba el lugar sin realmente mirar. Estaba seguro que si su humor fuese otro estaría encantado, pero no era así, solo podía pensar en su esposo y su hijo –¿Draco cuánto tiempo ha pasado? –Preguntó sin detenerse a pensar que apenas se habían registrado.

El rubio bufó –Escúchame Potter, vas a entrar a este lugar y vas a dejar que unas maravillosas manos te den masaje. Te vas a relajar y no conforme con eso te darás un baño de barro ¿Entendido? –El de ojos gris ni siquiera parpadeó mientras esperaba por la reacción del moreno.

–Está bien lo del masaje y todo eso, pero ¿Para que necesito llenarme de barro? –Preguntó mientras sentía la mano de su amigo Ron en su hombro.

–Hermano –Comenzó el pelirrojo –Es mejor que no te resistas, yo se lo que te digo, cuando a Draco se le mete algo a la cabeza no hay quien lo detenga. Lo mejor es que te dejes llevar y lo disfrutes.

Harry se separó –Creo, mi querido Ron, que por más que Scorpius naciera de Draco, tu eres el sumiso en esta relación o ¿Me equivoco? –Weasley enrojeció mientras tartamudeaba sílabas –N- no soy sumiso, yo, este simplemente, pues ¡Soy acomedido! –Dijo orgulloso pensando en que había encontrado la palabra indicada para ello, Harry no supo si reír o simplemente ignorar la ocurrencia de su amigo.

Draco sonrió ante la actitud de su esposo. Ese lindo pecoso siempre sabía que hacer para hacerlo feliz, aunque Draco sabía que en la mayoría de las veces Ron no estaba consciente de ello –Harry con el barro tu piel será suave como pétalo de rosa, estoy seguro que esta noche, al demostrarle a mi padrino lo mucho que lo extrañaste, él lo notara –Ahora fue el de los ojos verdes el que enrojeció de sólo pensar en lo complacido que se vería Severus al sentir su piel más suave de lo normal. Simplemente quería volver loco a ese hombre en la cama, en la sala, en la cocina ¡Donde fuera!

Harry miró a Draco. Estaba decidido. Si debía complacer los caprichos del rubio, al menos tendría a un apasionado Severus aprisionado entre sus piernas al final del día, o mejor, a media tarde. El moreno sonrió malicioso –Bien, ¡Que empiece la contienda!

Draco no imaginó que sería tan sencillo ¡Tontos Gryffindors! ¡Eran tan deliciosamente manipulables! Y hablando de leoncitos... El tenía el suyo para abusar de él cuando quisiera. Se abrazó de su esposo y con cara de inocencia lo miró. Ron no estaba seguro de qué estaba por pedir el rubio, pero el estaría gustoso de dárselo. Draco se acerco al pelirrojo para darle un suave beso en los labios –Dejaras que Dan me de un masaje ¿Verdad? –Dijo en tono infantil.

Ron entrecerró los ojos –Sólo si yo puedo verlos, amor –Contesto con molestia en su voz.

–Por supuesto amor, lo que te pido es que no interrumpas cuando este trabajando –Ron frunció el ceño.

–¿Por qué tendría que interrumpir si solo te estará dando un masaje en la espalda? –Era el momento de la manipulación estilo Malfoy –Si claro, en la espalda, en los brazos, en las piernas y en mis glúteos...

La última palabra la dijo en un tono más bajo, pero el pelirrojo la escucho fuerte y claro –¡Ni hablar! Soy el único que puede poner sus manos en ese lugar –Dijo terminantemente.

–Pero Ron, solo es un masaje –Suplicó el rubio.

–Dije no, Draco Malfoy si ese te toca ¡Nos vamos! –Ron estaba rojo de celos.

El rubio no se iba a dar por vencido –¿No dijiste que me darías lo que fuera? –Ron abrió la boca pero no podía negarlo, se lo había dicho a Harry justo unos segundos atrás, un poco mas calmado y resignado decidió contestar, si sus palabras no lo convencían entonces el también entraría al juego de su amado –Pídeme lo que sea, pero no me pidas que me quede tranquilo mientras otro hombre toca a mi esposo.

Draco se enfurruñó al escucharlo –Pero es un profesional, no lo haría por otra razón –Quiso razonar.

–De acuerdo, si eso quieres, eso tendrás, pero entonces yo también quiero elegir quien me de mi masaje–Dijo entre molesto y divertido.

Draco elevó una ceja ¿Qué había sido todo aquello? ¿Por qué de alguna forma sentía que el manipulado había sido él y no su esposo?

O-o

Severus miró el pañal de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, lo levantó y lo regresó, ¿Por dónde comenzar? Decidido, lo sacó de un jalón, los piecitos de Bran bailaron en el aire embarrándose los calcetines al chocar contra su piel. –¡Maldición! –Se quejó, sabia que había escuchado una risita por parte de Lucius.

Tomo un par de toallitas húmedas y comenzó a limpiar, tratando de hacerlo lo más delicadamente posible, cuando casi había terminado, el pequeño pateo volviendo a embarrar donde ya había limpiado. Snape bufó, no sabía cuanto mas le duraría la paciencia. Molesto le quito los calcetines y limpió un poco mas enérgico y rápido.

Malfoy observaba detenidamente los errores del pocionista, estaba analizando detenidamente todo, sabía que podía hacer un mejor trabajo –Espera lo estas abrochando mal –Dijo el rubio.

Severus elevó una ceja –¿Ahora resulta que tú eres el experto?

Lucius puso su mejor cara de arrogancia y se dispuso a demostrar su destreza. Tomó el pañal enrollándolo, trayendo con el lo indeseable. Sonrió al ver que su idea funcionaba fenomenalmente. Tomó varias toallitas húmedas para terminar de limpiar los restos tratando de no ensuciarse. Colocó un nuevo pañal debajo de Scorpius y miró a Severus notando la molestia en el pocionista al ver su triunfal maniobra. Cuando regresó el rostro para terminar con el trabajo sintió que algo le mojaba la ropa. Se quedó estático por unos segundos. ¡Aquello no le estaba pasando! ¡Simplemente no le podía estar pasando!

Las carcajadas del moreno resonaron en su cabeza ¡Se estaba burlando de su infortunio! ¡Valiente amigo el que tenía! Se alejó dos pasos como tratando de no manchar más su túnica con el líquido que su adorado nieto le había lanzado como si de una fuente se tratara ¡Ese pequeño demonio!

Severus se apresuró a dejar a Bran en su cuna y terminó de abrochar el pañal de Scorpius –Déjalo Lucius, sólo es un bebe, piensa que es un "regalito" de tu nieto! –Malfoy lo miró con ira contenida –Lo importante es que dejaron de llorar –Declaro el pocionista.

El enojo del rubio pareció disminuir al notar el silencio en la habitación –Vuelvo en un segundo, sólo me cambiaré la túnica. –Malfoy salió de la habitación caminando como si trajese la peste en la túnica. Snape no pudo evitar reírse, había valido la pena ver al rubio tratando de hacer algo tan muggle.

O-o

Narcisa se había ido a una habitación con Harry para recibir el masaje, mientras que Ron y Draco a otra. El pelirrojo había elegido a un castaño buen mozo de buena musculatura. Si el rubio quería a Dan entonces le demostraría lo que se sentía al ver a su esposo ser tocado por otro, frente a su nariz.

Draco vestía sólo una diminuta toalla en la cintura. Sonrió al ver al avergonzado pelirrojo –¿Listo cariño? –Ron lo miró un tanto confundido. Observó como su esposo se acostaba boca abajo, dejando el pedazo de tela, por que eso es lo que es "un pedazo de tela" ¡Simulando ser una toalla cubriendo su trasero! y se movía en la camilla para ponerse más cómodo. El de ojos azules lo imitó, poniéndose lo más cómodo posible sin perder de vista a su rubio esposo. Fue en ese momento cuando un moreno bronceado y musculoso entró en la habitación –Dan, querido, has tu magia en mi por favor, necesito relajarme –dijo Draco.

Regreso a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora