Regreso a ti

63.- Una promesa inquebrantable

Albus caminada de un lado a otro, había estado dándole tantas vueltas al asunto en varias oportunidades, y ahora, sin siquiera haberlo sospechado, las respuestas habían aparecido solas. Severus estaba descansando en una camilla en la enfermería. Draco había sido enviado a sala común de Slytherin, aunque dudaba que el muchachito fuera a hacer lo que se le había pedido y Madame Pomfrey había dado su diagnóstico. Sonriendo ante el giro que habían tomado las cosas, miro a la sanadora.

–¿Puedes mantenerlo dormido hasta que regrese? –Le pregunto Albus a Poppy.

La mujer solo asintió –Dormirá hasta mañana.

–¡Excelente! –Exclamo el viejo director y se fue directo a la chimenea. –Tratare de regresar mucho antes de que se despierte–Dijo sonriendo y desapareció en la flama verde de la chimenea al mencionar su destino.

O-o

Igor Karkarov lo recibió con un abrazo –Igor, querido amigo ¿Intuyo sabrás el motivo de mi visita?

El búlgaro torció la sonrisa que había estado manteniendo por cortesía y asintió –Harry Potter ¿No es así? –Fue su sola respuesta –Supuse que ese sería el motivo así que lo hice llamar para que pudieras hablar con él ¿Te lo llevaras?

El director de Hogwarts asintió –Esa es mi intención ¿Puedo verlo ahora?

De mala gana Karkarov abrió una puerta –Te espera. Por favor recuerda despedirte de mi cuando te marches –Sonrió dándole paso a Dumbledore.

Albus entro sin pensarlo dos veces, era imperativo hablar con el ojiverde –Sabes que odio las despedidas –Fueron sus últimas palabras antes de adentrarse en la habitación, Igor bufo y cerró la puerta un tanto molesto.

Dumbledore se acercó al muchacho. La habitación era pequeña solo había una mesa pequeña, dos sillas y el servicio de té con galletas preparado.

El moreno estaba sentado, recargando su cabeza en su mano y el codo en la mesa. Parecía aburrido

–¡Harry! –Exclamo el mayor, esperando sacar al moreno de su estupor, pero no vio gran reacción.

–¿Qué lo ha traído aquí, profesor Dumbledore? –Pregunto sin muchos ánimos. Quería terminar con aquello para poder irse a dormir otro rato, no se sentía con ganas de nada.

Albus lo miro un momento, ponderando como iniciar la conversación –Sabes mi muchacho... Estuve pensando por mucho tiempo y por fin creo haber llegado a una resolución...

Harry lo interrumpió –Si es acerca de lo que paso con mi embarazo, corrijo, mi equivoco estado, es mejor que lo deje en paz. No lograra convencerme de nada. No lo hizo antes y no lograra hacerlo ahora.

–Pero Harry ya te explique, el embarazo si existió. El problema, esta en el cambio que sufrió la magia de Severus ¡Esta no podía permanecer igual después de tantos años! El embarazo lo reconocía como padre, pero no fue la misma que lo concibió, por ese motivo, desde un principio ese embarazo estaba destinado a fracasar y sin embargo duro, duro mucho mas de lo esperado solo por el amor que se tienen.

–¡Basta! –Harry se puso de pie –No venga a decirme que Severus en verdad me ama, por que esta claro que no lo hace... Y sin el juramento inquebrantable no queda un solo lazo que nos una al profesor Snape y a mi.

Albus sonrió divertido –Harry tu sabes lo que es una juramento inquebrantable ¿No? –Harry asintió, claro que lo sabía –Ahora ¿Sabes bajo que condiciones uno puede realizarlas? –La cara de confusión del ojiverde hizo saber al viejo director que debía ser mas especifico con su pregunta –A lo que me refiero es ¿Sabes cuál es la única forma en la cual no se puede hacer?

Harry miro a Dumbledore muy serio –No se puede prometer lo imposible –Fue lo único que se le ocurrió al joven Gryffindor.

–¡Exacto! –Dumbledore se sentó a un lado de Harry y le tomo de las manos –Si no hubiese habido un bebe ¡Severus jamás hubiese podido realizar el hechizo! Lo estuve pensando por mucho, mucho tiempo. En ese momento, tu embarazo ya era una falsedad, pero ¿Era tan perfectamente falso que incluso logro engañar a magia tan antigua? –Harry elevo una ceja ¿A dónde quería llegar el vejete?