73.- La vida es bella

3K 231 24
                                    

Harry y Severus hablaron con el medimago, explicando su extraña situación con el embarazo de Henry y por supuesto con un hechizo de confidencialidad, el especialista no pudo darles el motivo del por que Harry había logrado embarazarse por segunda vez, solo pudo suponer, por lo que menciono su otro hijo, que el bebe se escondió en algún lugar del cuerpo de Harry, hibernando, esperando el momento de poder desarrollarse, con la ayuda de magia poderosa y un ferviente deseo de tenerlo.

Realmente no importaba como había sucedido, lo importante era que Henry nacería.

Severus prácticamente corría de un lado a otro. Su hijo Bran lo miraba sin entender por qué su padre volvía a buscar las cosas en lugares donde ya había revisado –Papi Sev por que no usas la varita para encontrar lo que necesitas y nos vamos. Creo que papi Harry necesita ayuda pronto.

¡Bran tenía razón, por Merlín! El pocionista no tardó en seguir el consejo de su adorado retoño de tan solo 6 años. Sacó su varita e invocó todo lo necesario. Una vez en San Mungo, no tardó mucho en obligar a un sanador a que atendiera a Harry. Henry nacería en cualquier momento.

Harry fue llevado a una habitación con tres sanadores especialistas en embarazos masculinos. No estaba de más decir que el hecho de que un hombre concibiera por segunda vez con el mismo padre, era un acontecimiento jamás visto y los sanadores no sabían a qué atenerse. El equipo le sugirió al pocionista esperar afuera. Snape, fuera de sí con preocupación, caminaba de un lado a otro mientras su mente se llenaba con los peores escenarios posibles, todos con el mismo final, el único que conocía, un parto fallido. Se detuvo por un momento y respiró profundo, ¿¡A quién había que rezarle para evitar una catástrofe!? Miró a Bran, quien estaba demasiado callado. Severus se sentía afortunado de tener un hijo tan sensato a tan corta edad o quizás era la misma juventud la que no lo dejaba comprender la inmensidad del asunto. Harry estaba por dar a luz y su Bran estaba tan tranquilo.

–Papá...

Severus desechó sus pensamientos y enfocó su atención en Bran. Podía notar un poco de duda en la infantil mirada –¿Pasa algo? –Preguntó Severus.

El pequeño negó con la cabeza –Solo me preguntaba, ¿cuándo yo nací estabas tan asustado? –Snape se descolocó con la pregunta.

El pocionista terminó por sentarse a un lado de su hijo y suspiró –Si, estaba muy asustado, pero a la vez deseoso por tenerte entre mis brazos –El niño parecía pensativo.

–¿Y papi Harry? –Preguntó.

Severus sonrió –Supongo que también moría de los nervios, además...

–¿Cuando nazca Henry lo van a querer más que a mi? –Bran interrumpió la explicación de su padre.

Snape imaginó que el tema de los celos de hermano habrían de manifestarse muy pronto, solo que... Siempre imaginó que cuando eso sucediera, Harry iba a estar presente. El no era muy bueno en esas cosas –Bran, pase lo que pase no vamos a dejar de amarte, obviamente ya no vas a tener nuestra completa atención. Tu hermanito es pequeño e indefenso y necesitará de muchos cuidados, ¿Lo entiendes? –Snape esperó por una respuesta.

–Entonces... ¿No van a dejar de quererme?

Severus abrazó a su hijo –¿Quién te metió esa absurda idea en la cabeza? Si mal no recuerdo fuiste tu quien pidió un hermanito ¿Acaso no estamos cumpliendo tu deseo? –Bran se acurrucó más a su padre –Si, pero se ve muy diferente con Scorpius y Lynx –refunfuñó el niño. Severus acarició la espalda de Bran –Quizás sea la diferencia de edad –El pocionista tomó de los hombros al pequeñín e hizo que lo mirara a los ojos –Bran no estás solo, nunca lo estarás. No has perdido el amor de tus padres, has ganado una gran familia con la que siempre podrás contar.

Bran sonrió radiante. Su padre tenía razón, un nuevo miembro estaba por llegar.

Draco Malfoy apareció en ese momento –¿Cómo está Harry?

Severus volteó –¿No podrías haber llegado unos minutos antes Draco? –Gruño el moreno. Su ahijado bien podría haberle ayudado con su estresante charla de hace unos segundos –Harry esta con los sanadores –Draco volteó al escuchar que la puerta más cercana se abría. Un sanador feliz se asomó –Ha nacido, fuerte y sano –Snape emocionado iba a entrar, pero algo lo empujó quitándolo del camino. Una pequeña rata rubia se le había adelantado ¡Scorpius!

El pequeño rubio entró corriendo –¡Padrino! ¡Estaba muy preocupado! Y mi padre dijo que estabas aquí y yo me asusté y luego...

La voz del pequeño se apagó, se quedó mirando el bulto entre los brazos de Harry –¿Ese es Henry? –Potter asintió feliz.

Un bufido anunció que Severus había entrado a la habitación –¡Draco controla a tu hijo! –Dijo molesto.

–¡Sev lo logramos! – Gritó Harry radiante.

Todo el enojo del pocionista desapareció en el momento que Harry llamó su atención. Nada podía opacar la felicidad que sentía al ver vivo a su adorado Henry.

O-o

Snape estaba de muy mal humor. Era ya periodo vacacional, lo que por supuesto era bueno, ya que no tenía que soportar a tontos estudiantes en el colegio explotando calderos. Seguro era una buena razón para estar feliz. Además eso le permitía pasar más tiempo con sus hijos y su pareja, en vez de solo esperar las visitas nocturnas con su Gryffindor de ojos verdes. Lo que en verdad molestaba al pocionista era el tener que ver a Scorpius ¡Ese maldito niñato usaba cualquier excusa para acercarse a su Harry! Ese rapaz no entendía razones, sin duda era un futuro Slytherin.

Ese año Bran entraría al colegio Hogwarts. Harry se quedaría solo en casa, con Henry. El de ojos verdes había decidido que nadie más que el cuidaría de sus hijos y así habría de ser.
Severus había ido al callejón Dyagon a comprar un poco de helado para el postre, al llegar a su hogar, escuchó a los niños jugando en el patio. Se asomó a la cocina y no vio a nadie. Eso significaba que su amado estaba en su alcoba. Se apresuró a guardar las compras en el congelador, deseoso de ver a su esposo fue en su búsqueda y sin mayores ceremonias entró en la habitación, sin siquiera sospechar que habría de encontrarse con una escena tan desagradable. Harry. ¡Su Harry! Abrazando a un precoz Scorpius de once años!

–Harry –Llamó el pocionista rechinando los dientes.

El Gryffindor se separó de su ahijado –Vamos Scorpius, ve a lavarte las manos y avisa a todos que comeremos en un momento.

El rubio sonrió como niño bueno, mientras le arrojaba una mirada de desagrado al pocionista –Si padrino –Dijo el muchachito para salir a cumplir el pedido de Potter

Severus frunció el ceño –¿Que crees que hacías abrazando a ese niño? ¡Y en nuestra cama! –Harry elevó una ceja, ¡No podía ser posible que Severus estuviese celoso de un niño!

–Severus, Scorpius podría ser mi hijo, no...

–¡Y tú el mío! –Reclamó Snape. Respiró profundamente y trató de calmarse –Se que Scorpius es un niño y que tu no serías capaz de algo así, pero estoy envejeciendo y sé un día serás acosado por un hermoso joven rubio que no dudará en intentar enamorarte –Severus se veía derrotado.

Harry lo abrazó –Me temo que Scorpius va a tener que esforzarse mucho si quiere ganar mi atención, por que me encanta que me acaricien unas manos expertas en pociones, y los hombres me gustan de personalidad madura – Harry usando los dedos de su mano, simulando dos pies caminando por el pecho de Severus hasta llegar al cuello y acercando su cara a la de su esposo continuó, hablando con voz melosas –Y debe besar...

Severus no esperó a escuchar el resto. Unió sus labios con los de su esposo. Era absurdo ponerse celoso de un chiquillo. Si Harry hubiese sentido interés en alguien con las características de Scorpius, entonces estaría con Draco ahora mismo.

El pequeño rubio miraba fuera de la habitación. Ver a Severus besando a su padrino no le gustaba en lo más mínimo, dio unos pasos hacia atrás y corrió tratando de hacer todo el escándalo posible –¡Padrino! Ya avisé a todos, tengo mucha hambre – y chocó contra el cuerpo de Harry aferrándose a él.

Snape gruñó al sentir como el rubio mocoso se abrazaba a su Harry. Un día de estos iba a cobrarle a Draco los gastos de guardería.
Harry decía que todo estaba bien, que pronto Scorpius iría al colegio y no podría verlo tan seguido, pero Snape no tenía tanta suerte.

O-o

Ya solo faltaba una semana para que Bran entrara a Hogwarts. Severus se encontraba en una junta con Dumbledore. "Cosa de profesores" había dicho el pocionista. Harry estaba haciendo la comida mientras pensaba si no había olvidado comprar algo de la lista que venía adjunta a la carta de aceptación al colegio. Suspiró agotado, se sabía la maldita lista de memoria, estaba seguro que no había olvidado nada. Se asomó a la sala, solo para ver que sus dos hijos estuviesen entretenidos con el televisor. El de ojos verdes apagó la estufa. La comida estaba lista. Sólo faltaba que Severus regresara para poder comer en familia.

Potter fue con sus hijos a esperar el retorno de su esposo. No había alcanzado a sentarse junto a los niños cuando la puerta se abrió de par en par y Severus entro sonriendo, un acontecimiento que sucedía muy rara vez, Harry ladeó la cabeza y elevó una ceja, ¿Acaso Dumbledore le había puesto alguna droga en su té?

Severus lo agarró de la cintura y lo giró simulando bailar un vals. Aunque extraña, la actitud de su esposo lo divirtió. Los niños se levantaron y comenzaron a danzar y gritar a su lado –¿Algo bueno pasó en la junta? –No pudo evitar preguntar el Gryffindor

Snape le besó en la frete –¿Cuánto más piensas ocultarme la noticia? ¿Estas preparando alguna clase de sorpresa?

El de ojos verdes no entendía nada de lo que sucedía ¿de qué noticia estaba hablando Severus? Harry detuvo el alboroto –Niños vayan a lavarse las manos, serviré la cena.

Los pequeños pusieron cara de puchero –Tenemos las manos limpias –Dijo Bran, mientras Henry asentía en señal de apoyo –Si no se las lavan, y bien, no habrá cena, ¿Queda claro? –A veces Harry podía ser mas terrible que Severus. Los niños asintieron y se fueron directo al baño. Harry esperó hasta perderlos de vista –Severus ¿De qué me estás hablando? –Potter sabía que todo era un simple malentendido.

–Vamos no es necesario seguir fingiendo, lo se todo –Dijo el pocionista.

Harry se cruzó de brazos -¿Qué es todo? –Harry entrecerró los ojos.

Snape rodó los ojos –Vas a trabajar como mi ayudante en el colegio. Dime ¿Dumbledore cambiará mis habitaciones o las ampliará? ¡Por que no permitiré que duermas en otra cama sin mí! –Harry estaba serio. Algo no estaba bien ¿Había arruinado la sorpresa? ¿Acaso su esposo había preparado alguna ñoñería Gryffindor?

–Sev, rechacé ese trabajo –El de ojos verdes, esperó a ver la reacción del pocionista.

Snape frunció el ceño –¿Por qué habrías de rechazarlo? Bran entrara al colegio, podríamos estar todos juntos, ¡Todo el tiempo! Pero si quieres que haga como que no se nada, sabes que el fingir se me da muy bien –Parecía que Severus se negaba a aceptar la verdad.

–¿Te olvidas de Henry? Ya lo inscribí en el kínder, debo llevarlo y recogerlo todos los días, sabes que no puedo exponerme a usar magia frente a los muggles...

Snape interrumpió con un bufido –Como si no pudieras cancelar, además si tanto te preocupan los estudios muggles tu mismo puedes ser su profesor, tengo entendido que eres bueno en eso –Severus no quitaría el dedo del renglón, de eso estaba seguro el menor.

Bran y Henry aparecieron sonriendo –Listo, nos lavamos las manos, ¿Podemos comer? –El hijo mayor puso cara de cachorro triste, su hermanito Henry simplemente imitaba cada movimiento que hacia el mayor.

Harry tomó la muñeca de Snape –Niños esperen un poco más, necesito decirle algo a su padre –Sin esperar respuesta, arrastró a Severus a su habitación.

Bran se acercó al oído de Henry y comenzó a susurrar –Papi Harry va a regañar a papi Sev ¡De seguro no quería comer sus verduras! Así que Henry tendrás que comerlas por mí, si no quieres que papi Harry me castigue –El hijo menor negó con la cabeza –Si papi Haddy te catiga te lo medeses –Henry se dio media vuelta y se fue a sentarse a su silla en el comedor. Nadie podía culpar a Bran por al menos intentar la maniobra, últimamente su pequeño hermano ya no caía en sus manipulaciones tan fácilmente.

Harry cerró la puerta de su habitación y puso un hechizo silenciador. Si la discusión se salía de control, no quería que los niños se enteraran –Severus, no quiero hacer distinciones entre nuestros hijos, quiero que ambos tengan la misma educación, quiero que Henry interactúe con muggles, no que aprenda de ellos por los libros. Tú mejor que nadie sabe que estudios muggles no es una materia muy completa – Explico el Gryffindor.

Snape se cruzó de brazos y Harry sabía lo que eso significaba. El pocionista creía tener la razón y pelearía para probarlo –No son distinciones ¿No crees que Bran estará más feliz con su familia cerca? ¿Qué me dices de Henry? ¡Que hay de mí! –Reclamo el Slytherin.

–Hasta ahora no hemos tenido problemas con la vida que llevamos ¿Crees que es fácil para mi separarme de Bran? ¡Por supuesto que no! pero estoy tranquilo porque se que tu lo cuidarás –Harry miró la expresión en el rostro de su esposo. No había cambios. La discusión no estaba ni siquiera cerca del fin.

–¿Por qué estar separados cuando tenemos la oportunidad de estar juntos? –Severus simplemente no entendía esa actitud en Harry.

–Sev, amor, sabes lo mal que se me dan las pociones, no quiero que comencemos con absurdas peleas, solo por que arruino tu trabajo –El silencio tan solo duró unos segundos.

–Creo recordar que te graduaste, no creo que tengas ningún problema. Además, como mi ayudante, sólo me asistirías en la recolección de ingredientes y la supervisión de los estudiantes –Minimizo el pocionista.

Harry se cruzó de brazos molesto –¿Y crees que me quedaré tranquilo mientras castigas a esos pobres Gryffindors, sólo por que te parece divertido, mientras que le regalas puntos a esos revoltosos Slytherins tan solo por respirar? Yo creo que no.

Severus se masajeó el puente de la nariz –Dime la verdad ¿Por qué no quieres trabajar conmigo? –El pocionista sabía que debía cortar la discusión de raíz.

Harry no lo pensó dos veces –Ya te lo dije, quiero la misma educación para Henry, no veo por que cambiar las cosas. Además temo que si mezclamos nuestras vidas con el trabajo, nada bueno resultará.

Severus estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba –¿A quién quieres convencer con ese pobre argumento? – Pregunto el Slytherin.

Harry entrecerró los ojos –¿Qué diferencia hay entre el año pasado y ahora? Yo prefiero quedarme en casa con Henry –Declaró el menor.

–¡Mucha diferencia! –Elevó la voz el Slytherin –Te están ofreciendo vivir conmigo en el colegio ¿Te parece poco? –Harry miró a un lado, Snape no pudo dejar desapercibido esa reacción –¿Potter no me digas que el viejo chiflado te ha ofrecido esto antes? –Reclamo Snape.

Harry se encogió de hombros –No siempre –Contestó tratando de no dar mucha importancia al asunto.

–¿No siempre? ¿De 10 oportunidades, cuantas no?

Harry se abrazó a su esposo –Quiero permanecer aquí, en nuestra casa ¡Nuestra! No creo estar preparado para revivir los malos recuerdos y sentir todas esas miradas sobre mi. Además esta el asunto de Scorpius –Harry trató de decir lo último más bajo.

–¿Que tiene que ver ese mocoso? –Severus separó a su esposo para verlo a los ojos.

–Pienso que se está obsesionando conmigo ¡Eso no puede ser sano! Necesita convivir con chicos de su edad, y encontrar a su ser especial entre ellos, pero si estoy presente, no creo que lo pueda conseguir ¿Entiendes eso Sev? 

El pocionista se abrazó a su esposo –Lo entiendo, en esta ocasión, pero...¡El año pasado! Bien pudimos estar más tiempo junto.

Harry sonrió –Te lo dije, el colegio muggle...

Severus bufó –Ya no importa. ¿Ya podemos ir a comer? Muero por probar las delicias que preparaste.

–Puedes probarme a mi primero –Dijo meloso el menor.

Severus le tomó la barbilla y lo acercó uniendo sus labios en un tierno beso. Aunque no podía obtener todo lo que deseaba, tenía una hermosa familia y un maravilloso esposo. Sus vidas no habían sido para nada sencillas y ¿Cómo serlas? Si Harry era la persona más inusual de todas, esa misma característica era la que más amaba ya que por ella había logrado superar todos los obstáculos. La vida no siempre era un jardín de flores, pero con Potter hasta el calabozo más oscuro era acogedor. Sin duda junto a su familia la vida era más bella.

Fin

Nota:

Por fin!!! El Fin!!! Jo,jo,jo... Quiero agradecer a todos mis lectores por seguirme en este laaarrgooo camino 73 capitulos, los extras, algunos cuantos fan arts no son cualquier cosa jajaj XD!! Es triste despedirse pero algún día iba a pasar ¿No? y pensar que esto iba a ser un fic de ¿cuantos? 6 capítulos, ¡si claro!
También gracias a mi beta, Claudia por toda su paciencia y consejos, en verdad me ayudaste mas de lo que imaginas... y mejor ya no pongo mas por que me voy a poner a llorar.
Falta el epilogo.
GRACIAS POR LEER

Regreso a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora