Draco Malfoy, conocido entre sus amigos de colegio como el príncipe de Slytherin, se encontraba frente al espejo, con el ceño fruncido. No le gustaba para nada como se veía. Busco entre su guarda ropa algo mas "apropiado" para la ocasión, sabía los gustos de los Weasley por los muggles. Había escuchado de la propia boca de su adorada comadreja que su padre tenía cierta inclinación por los objetos muggles, aunque eso no tenía ni que mencionarlo, con el trabajo que tenía en el ministerio podía imaginar cuanto le gustaba.
Quería encontrar un conjunto al estilo muggle, pero nada le satisfacía. Se puso un pantalón de vestir negro y una camisa azul, que combinaría con los hermosos ojos de su pelirrojo, mientras buscaba entre sus corbatas para ver cual le combinaba mejor, se dio cuenta de que ¡No podía ir vestido tan elegante! ¡Eso podría ofender a sus futuros suegros! Después de todo, a pesar de ser sangre pura, ellos no eran muy adinerados, volvió a cambiarse de ropa y miro el reloj.¡Demonios! Ya se le estaba haciendo tarde! Tomo un pantalón tipo jeans y una camiseta roja. Se miro en el espejo... Demasiado sencillo. De nuevo, no le gustaba, pero supuso que no importaba lo que se pusiera, la opinión de los señores Weasley respecto a su familia no cambiaría solo por un cambio de imagen. Se dejó el cabello libre, quería parecerse lo menos posible a un Malfoy.
El rubio se apresuró a llegar, ya tenía cinco minutos de retraso ¡Por Merlín! Solo el tonto de Ron podía hacerle perder sus buenas costumbres, imagino que no sería tan grave, conocía lo impuntual que era su novio. Miro pasar a unos cuantos Slytherin corriendo, quienes al parecer iban muy divertidos. No le dio importancia y continúo su camino.
Llego a la puerta, tomo el pomo con su mano derecha y respiro profundo. No tenía por que ponerse tan nervioso. Lo peor ya había pasado, su padre sabía la verdad y había reaccionado demasiado bien, para su gusto. No es que se quejara, y la familia Weasley era mas cándida, eran Gryffindors ¿No? Eso los hacia capaces de olvidar años de terrible humillación y peleas sin sentido, iniciadas seguramente por su padre... ¿Y todavía se atrevía a decirse a si mismo que nada pasaba? Debía entrar, pero sentía que no podría con aquello. ¡Vamos! ¡Si solo iba a conocer a sus suegros! Eso era todo... ¡Maldición! ¡No era tan fácil!
–Lo siento se me hizo tarde y... –El rubio se quedo muy serio, no estaba preparado para el encuentro, Ron lo miraba con genuina preocupación en el rostro y los señores Weasleys... No estaba seguro que era lo que reflejaban, pero de algo si estaba seguro, no era ni asombro ni felicidad.
Supuso que no había sido una de sus mejores entradas.
–Debí suponerlo ¡Tenía que ser un Malfoy! –El padre de Ron lo apunto von su dedo índice –¿Cree que es divertido amarrar a indefensos menores y encerrarlos? –El hombre se veía muy molesto.
Molly alentó al pobre chico víctima de la broma a salir del lugar, sin siquiera darle oportunidad de decir que había pasado –¿No cree que ya esta bastante grandecito para bromas de primero Malfoy? –Regaño la mujer.
Ron sentía que no cabía en esa habitación ¿Cómo había pasado aquello? Draco no entendía nada de lo que estaba pasando, volteo a ver a su novio –¿Ron? –Le llamo el rubio confundido.
En toda su maldita vida, no había llegado tarde y ahora que lo hacia ¡Pasaba una catástrofe!
Ron trato de tranquilizarse y pensar un poco. Lo ocurrido no lo podía borrar, entonces ¿Qué debía hacer para mediar la situación? Lo único que se le ocurrió al joven Gryffindor fue abrazar al rubio –¡El es mi novio! – Grito desesperado.
Malfoy no pudo evitar notar la angustia de su amado. Se sintió como Ron se aferró a su cuerpo con fuerza después de gritarle a sus padres. Draco se sentía perdido y eso no era bueno. Necesitaba solo un pequeño resumen de los hechos rápido, para poder intentar defenderse. Miro a sus, ya no tan seguro futuros suegros, quienes estaban sumamente sorprendidos.
Draco tenía que decir algo inteligente, pero al parecer se le había pegado un poco la torpeza Gryffindor. Justo en el momento menos indicado.
La mujer se acercó y tomo la mano de su hijo, tratando de apartarlo del rubio –¿Qué te ha hecho ese Malfoy? ¡Tu! ¡Libera a mi hijo! –Exigía la mujer, aunque Draco tenía los brazos flojos a sus costados, Ron se aferraba como un gato al sofá.
–Él es a quien iba a presentarles ¿Recuerdas? ¿Mi persona especial? –La señora Weasley dejo de jalarlo y miro preocupada a su esposo –Creo que nuestro hijo está confundido –Dijo pensando en una buena explicación, quizas –Dime hijo ¿Esta es tu venganza por no comprarte aquella escoba de quidditch? –La mujer lo miro molesta. Iba a separar a su hijo de ese presumido, no iba a permitir que ese detestable Malfoy jugara con su adorado hijo.
Draco, quien no estaba seguro de nada, pensó que si iba a vivir entre Gryffindors entonces podía actuar como uno de ellos ¿Cierto? Abrió la boca para iniciar su argumento, pero su impulsiva pareja se le adelanto.
Ron se liberó del rubio y saco su varita –No me importa si no me apoyan, yo me quedare con Draco y si intentan lastimarlo, no dudare en defenderlo –La mano del joven pelirrojo temblaba notoriamente.
–¡Por Merlín! ¡Arthur nuestro hijo esta bajo un Imperius! –La regordeta mujer saco su varita al mismo tiempo que su esposo.
–Señor Malfoy ¿Entiende la severidad de sus acciones? Ni todo el dinero de sus padres le salvara de ser expulsado, o de ir a parar a Azkaban –Quiso amenazar el mayor.
A Ron se le descompuso la cara ¿De que estaban hablando?
Draco estaba perdiendo la paciencia ¿Por qué se había enamorado de alguien con semejante familia? Tomo todo el aire que pudo puso su mano sobre la de Ron y le hablo bajito al oído –No me estas ayudando, baja la varita –Ron, sin entender que queria decir Draco, obedeció, pero no la guardo, Sus padres aun seguían en guardia y quería estar preparado para ayudar a su amado. Si el rubio había sido capaz de atacar a su padre por él, entonces, no tenia problema de hacer lo mismo, aunque le doliera enormemente.
Draco abrazo con fuerzas a su novio –Amo a Ron Weasley y hare lo que sea para probarlo. Dejare de ser un Malfoy si ese es el problema, por favor... ¡Déjenme estar a su lado! –Prácticamente había gritado esas palabras para después cerrar sus ojos y aferrarse con mas fuerzas a su novio. Ron estaba en las nubes, la confesión de Malfoy había sido... ¡Maravillosa! Sus mejillas se sonrojaron, no sabía como actuar.
Molly abría y cerraba la boca, pero ninguna palabra salía de ella. Su esposo se acercó a ella y le indico con su mano que bajara la varita, sonrió sin saber por que –Esto es algo muy inesperado –Molly volteo a verlo, confusa –Nuestro hijo esta madurando, pudo haber seguido con esto a escondidas, pero tuvo la valentía de decirnos. No me agrada que este con un Malfoy, pero creo que es lo suficientemente grande como para aprender de sus errores –Los jóvenes miraron de inmediato a Arthur quien tenia una cara bonachona y después a la mujer.
Molly guardo su varita. Se quedo observando la reacción de esos dos jovencillos y no pudo evitar pensar que se veían como un par de lindos cachorritos ¿Ron tendría hijos rubios si se quedaba con Malfoy? Sacudió sus pensamientos, tenía que dejar las cosas muy en claro.
–Escúcheme bien señor Malfoy, no somos una familia con montones de dinero, pero somos muy unidos y si lastima a un miembro de la familia –La matriarca sintió que no se estaba explicando adecuadamente –¡Hágalo sufrir una sola vez y se la vera con cada uno de nosotros! –Amenazo con una tétrica mirada, Draco se puso pálido al verla.
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Regreso a ti
FanfictionUn extraño suceso lleva a Potter a una época que no es la suya, además debe aparentar ser alguien mas, quedando al cuidado de Severus Snape nace un sentimiento al que probablemente puede llamar amor, pero Harry debe regresar a su época. ¿Qué pasara...