62.- La decisión de Harry Potter

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Severus caminaba de un lado a otro, recordando lo que había pasado tan solo unos minutos atrás. Había llevado a Harry a la enfermería. Después de las palabras de la sanadora lo hicieron experimentar un terror que ni el mismo Voldemort, en sus buenos tiempos, le había logrado inspirar en el pocionista, su Henry estaba destinado a nacer prematuro...
Se apresuró y se arrodillo a un lado del ojiverde, en ese momento no podía dejarse dominar por el miedo. Necesitaba apoyar a Harry, asi que lo tomo de la mano

–Todo estará bien. Nuestro hijo... Es igual de impulsivo que tu y ya quiere nacer, eso es todo –El pocionista esperaba que fuera suficiente para de darle ánimos a su pareja.

Harry sonrió tratando de tranquilizar a su pareja. Sabía que Severus estaba igual o más preocupado que él ¿Cómo no estarlo? Aún faltaban semanas para que ese pequeñito estuviese listo para nacer. No quería pensar en lo peor, sin embargo esas ideas no se alejaban de su mete. Apretó fuerte la mano de su amante, quizás para darse más ánimos a si mismo que a Severus.

Madame Pomfrey fue directo a la chimenea. En menos tiempo de lo que ella supuso posible, aun con la ayuda de magia, Sheltherdy estaba a un lado de Harry con su varita en mano.
Severus sintió como Madame Pomfrey lo alejaba del lugar, Harry le dio una última mirada sonriéndole dulcemente, como para darle ánimo.

–Severus lo mejor es que salgas, me temo que solo estorbarías –El pocionista apenas pudo registrar las palabras de la sanadora cuando ya estaba del otro lado de la puerta. El golpe de esta al cerrarse con fuerza, lo saco de su pequeño trance. Alzo el puño para golpear con desesperación y pedir que lo dejaran entrar, pero se detuvo a pocos centímetros de la fría madera y suspiro resignado. Sabia que no importaba si rompía a pedazos esa puerta. Si la sanadora lo había sacado no había poder sobre ese mundo que fuera a dejarlo entrar. Comenzó a caminar como león enjaulado, tratando de hacer que el tiempo pasara.

O-o

Dentro de la enfermería, Pomfrey no pudo dejar de ver la preocupación reflejada en el especialista.

–Algo no me gusta Poppy –Dijo para hacer reaccionar a la mujer –Necesitare de tu ayuda. La sanadora saco su varita y apunto a Harry –Debemos esperar, iniciaremos al mismo tiempo al momento que venga una contracción ¿De acuerdo? –Pomfrey asintió un tanto nerviosa, pero preparada para hacer su trabajo lo mejor posible.

El grito del ojiverde los alerto y sin titubear comenzaron con la labor.

Harry sintió el dolor mas fuerte y duradero. Sentía que algo era succionado desde su abdomen y abrió ligeramente los ojos. Alcanzando a ver una esfera luminosa arriba de el, alimentada de magia proveniente de su abdomen. Era hermosa ¿Era allí donde se encontraba su pequeño Henry?

El dolor se intensifico, y si bien sentía sus fuerzas desvanecerse sentía la necesidad de resistir. No quería desmayarse. Necesitaba ver cuando naciera su pequeño, ver que estaba bien, escuchar su llanto... Apretó los ojos con fuerza, "Un poco mas" Se repetía a si mismo como un mantra. Inhalo, tomando la mayor cantidad de aire posible, aguantando para después liberarlo jadeante. En uno de los pocos momentos que tuvo para pensar en otra cosa que no sea el dolor y sus miedos, resolvió que si Severus quería otro hijo, el gestante iba a ser el Slytherin. Armándose del famoso valor de los Gryffindor tomo de nuevo todo el aire que pudo aguantándolo hasta que lo libero de nuevo. Arqueo la espalda, retorciéndose del dolor, hasta que de pronto se detuvo y se relajo en la cama, tratando de tranquilizar su respiración. Abrió los ojos y vio que la esfera luminosa ya no estaba. Todo estaba en silencio y eso no le gusto para nada. No escuchaba el llanto de Henry... Miro a un lado, solo para ver al sanador, quien tenia una expresión de verdadera confusión. Volteo al otro lado y vio que Madame Pomfrey se veía igual de perpleja. Harry quería hablar, pero se sentía agotado. Respiro un poco mas tratando de recuperar algo de sus fuerzas ¿Dónde estaba su hijo?

–¿Qué ocurrió? –Pregunto de pronto la mujer.

El especialista negó con la cabeza aun con confusión en el rostro.

–¿Mi bebe...?

Ambos sanadores voltearon a ver al ojiverde. Saliendo de sus pensamientos, el sanador Sheltherdy apunto con su varita hacia el vientre de Harry, en busca de respuestas. Madame Pomfrey se acercó al muchacho para tomarlo de la mano –Espera un poco, deja que te revisen –Harry asintió débilmente.

–No hay embarazo –Susurro el especialista –Tampoco hay bebe –Dijo, después de una pausa, y miro a la mujer confundido.

La expresión de Harry al escuchar esas palabras fue de terror y angustia, después las lágrimas comenzaron a brotar –¡Quiero mi bebe! –Grito tratando de ponerse en pie, fallando de manera catastrófica.

–Lo mejor será que lo traslademos a San Mungo, entrara en crisis y lo mejor será sedarlo.

Madame Pomfrey se puso de pie. Albus ya había sido alertado ¿Qué lo estaba demorando? La sanadora fue a la salida y abrió la puerta. Solo esperaba que Severus no intentara derribarla. Con una plegaria agradeció que el director ya estuviese en la habitación adyacente. Lo dejo entrar sin darle tiempo al pocionista a que reaccionara.

Albus entro y miro a la sanadora con preocupación –¿Cómo esta mi muchacho?

La mujer solo negó con la cabeza –Debemos llevarlo a San Mungo.

Dumbledore se encamino para ver a Harry. Este se revolvía en la cama llorando, luego miro al sanador, buscando una explicación –Al parecer fue un falso embarazo, algo poco común, por no decir que casi imposible. Solo se han reportado tres casos en todo el mundo –Trato de explicar el especialista –Nunca creí presenciar uno. Por lo general cuando hay un cambio en la magia de uno de los padres o alguno deja de sentir afecto por el otro, el embarazo decae, pero la ultima vez que revise a Harry, todo estaba perfecto. No entiendo, supongo que el señor Potter se aferro con fuerzas a su ilusión de ser padre –Termino de explicar cansinamente mientras bajaba la cabeza.

El director se enfocó en el ojiverde, se acercó a el –Mi muchacho, tranquilo –Acaricio la revuelta cabellera tratando de tranquilizar al joven Gryffindor.

Harry se aferró al anciano –No puedo verlo profesor, por favor no permita que me vea.

Dumbledore lo agarro de la mano –Pero el esta esperando afuera, necesitas de su apoyo en este momento –Su voz se escuchó conciliadora.

–¡No! –Grito el ojiverde –Usted lo dijo, el ya no tiene ninguna obligación conmigo, no hay bebe por que simplemente no me ama, no quiero su lastima ¡No quiero verlo!

El anciano quiso interrumpir, pero Harry no se lo permitió –Usted puede mandarme a otro colegio ¿Cierto? Por favor no podría verlo a la cara, no quiero verlo –Harry saco el anillo de su dedo y se lo entrego a Albus –Dígale que es libre y que no me busque, ya no hay nada que nos una, nunca lo habrá... –El joven le dio la espalda haciéndose un ovillo. Un terrible dolor le vino de pronto en el estómago. Albus se quedó perplejo mirando el anillo y después a Harry.

Sheltherdy saco su varita y evaluó de nuevo al joven –¡Demonios! –Exclamo –Al parecer hay una fuga de magia. ¡Debemos realizar una cirugía mágica de inmediato para cerrar la fuga! –El viejo director se alarmo, de inmediato saco la varita para ayudar con el traslado de Harry a San Mungo.

O-o

Sheltherdy y Madame Pomfrey corrieron con Harry una vez llegado, el especialista gritando por ayuda a las sanadoras del lugar, Albus sabía que poco podía hacer por su muchacho en ese momento. Miro de nuevo el anillo que le había entregado Harry, Albus sabía que debía regresar aunque no le gustase lo que iba a suceder.

Ahora el anciano director se encontraba en aprietos, no quería salir de la enfermería, no deseaba dar la terrible noticia. Suspiro con resignación ¿Acaso no era un valeroso Gryffindor? ¿De qué le valían todos sus títulos si no podía lidiar con esta situación? Dio otro suspiro y por fin abrió la puerta, lentamente...

El semblante de Dumbledore no parecía traer buenos augurios. Severus supo de inmediato que las cosas no podían estar bien. El anciano director tomo la mano del pocionista, mientras negaba con la cabeza –Trasladaron a Harry a San Mungo, él... No quiere verte.

¿De qué demonios estaba hablando? Su mente no quería procesar la última frase de su amigo. Miro lo que tenía en las manos. Sin duda sabía que era, pero no podía ser posible. No podía abandonar a su Harry ¡No podía perderlo! Después de todo lo que habían tenido que enfrentar para poder estar juntos, pero esa era su suerte. Esta realidad era demasiado buena para ser verdad ¿Cierto? Casarse con el ojiverde, tener a Henry y ser felices por siempre... Por supuesto ¡Había sido un idiota! Los cuentos de hadas no se hacen realidad y menos para alguien con tantos pecados. No. Negó. La mayor parte de su cerebro estaba tratando de entender... El día de ayer todo estaba bien ¿Qué pudo haber pasado? ¿Era esto una pesadilla? Si, eso debía ser... Nada de lo que estaba pasando tenia sentido... Estaba soñando y en cualquier momento Harry entraría a hurtadillas a su habitación y lo despertaría, se acurrucaría a su lado y después de quedarse dormido por un breve instante se levantaría alarmado por lo tarde que era.

Dumbledore lo abrazo con fuerza y en ese momento supo que nada de esto era un sueño, que no era una mentira, y que el viejo director estaba tratando de reconfortarlo al ver que su rostro se llenaba de lágrimas...

O-o

El mes de marzo había llegado y pronto la primavera se asomaría dejando un aire de romanticismo en el colegio, ya había pasado un mes desde que Harry...

El jefe de la casa de Slytherin dejo escapar un bufido... Esas tonterías nunca mas habrían de tener sentido para él. Sería mejor regresar a su antigua rutina y olvidar lo que pudo ser. Con esta nueva determinación miro la puerta de su despacho, detrás de la cual sabia se encontraba su ahijado. Solo estaba esperando ver en que momento tomaría el valor de llamar...

Draco Malfoy se encontraba de pie frente a la fría y vieja madera de la entrada del despacho de Severus. Había intentado en varias ocasiones hacer razonar al cabezota Slytherin que si en verdad amaba a Harry debía ir por él, traerlo de ese colegiucho que era Durmstrang y ser feliz ¿A quién le importaba eso de que si no hay amor no hay bebe? ¿Podían ser realmente tan obtusos como para no darse cuenta de las circunstancias tan especiales que los rodeaba? Estaba cansado del mismo argumento por parte de los dos. "No querían obligar al otro si en verdad no había amor"... ¿Realmente necesitaban de un embarazo para saber lo mucho que se amaban?

La puerta se abrió –Si no vienes por asuntos meramente escolares te sugiero que mejor emplees tu tiempo en hacer tus deberes –Severus Snape cada día se veía peor, las ojeras enmarcando sus oscuros ojos sin vida eran mas pronunciadas cada día , sin duda falta de sueño provocada por la ausencia del Gryffindor. Por un segundo dejo su mente divagar en el pensamiento de que era extraño que el hecho de que no durmiera mientras Harry había estado con el no le había producido semejante deterioro... Tuvo la decencia de por lo menos sonrojarse y aclaro su garganta...

–Aunque no lo creas, el asunto que vengo a discutir también es de relevancia escolar –Entro a la habitación sin siquiera ser invitado.

Snape elevo una ceja, por la insistencia de Draco. Desde aquel día Severus había tratado de evitar contacto con todos, inclusive Draco, pero se trataba de su ahijado y no podía perderlo a él también. Así que respiro resignado y bufo, cerrando la puerta –Bien, te ofrecería té y galletas, pero se que tu visita será breve ¿No es así? –Se cruzó de brazos esperando los argumentos del rubio.

Draco entrecerró los ojos –¡Estas imposible Severus! Antes solo los Gryffindors te temían ¡Ahora todo el bendito colegio te teme! Tu humor esta de los mil demonios. Si no quieres regresar con Harry esta bien, ya me canse de tratar de convencerte, pero al menos podrías hacernos un favor ¡Ve a Durmstrang cógetelo y regresa aunque sea un poco mas contento! –Se notaba la molestia en el caprichoso rubio.

Snape elevo una ceja ¿Draco creía que aquello no había pasado por su mente? Sin duda eso era mas fácil decirlo que hacerlo ¿A qué creía que se debían sus noches sin dormir? Las palabras del rubio lo estaban haciendo enfadar de sobremanera –¡Largo! –Dijo simplemente con la voz mas glaciar que Draco jamás le hubiese escuchado.

Quizás se había pasado un poco en esta ocasión, pero no lo admitiría. Malfoy se quedó estático. Tenía como ventaja que no podía ser dañado por Snape, después de todo seguían siendo alumno y profesor. Esto le dio un poco de valor al rubio, quien se cruzó de brazos y le miro retador, si bien dio un paso para atrás al ver la furia encendida en esos oscuros ojos... Pero al menos eso demostraba que aún tenía sentimientos.

–¡Ningún mocoso como tu va a decirme lo que tengo que hacer! –Snape apenas dio un paso y todo se tornó oscuro. Draco se apresuró a sostenerlo, pero el peso era demasiado para él –Te dije que necesitabas dormir –Bufo molesto. Quizás si lo llevaba con Madame Pomfrey la mujer le habría de dar alguna pócima para hacerlo dormir.

O-o

Severus lentamente abrió los ojos y recordó de golpe lo que había pasado en su oficina. Había perdido el conocimiento frente a Draco. Enfoco sus ojos y frente a si apareció, Albus quien le sonreía alegremente, con ese brillo que hacia mucho no veía en sus ojos.

–Severus mi muchacho que bueno que has despertado –Dijo Albus.

El pocionista miro a la sanadora quien sonreía de manera cómplice ¿Qué estaban tramando esos dos? El Slytherin se sentó en la cama –¿Qué ocurre Albus? –Dijo con voz seria.

El vejete ensancho la sonrisa –No mucho... ¡Oh! Debo apresurarme o perderé mi cita con Igor Karkarov. Poppy, Severus necesita descansar ¿Me harías el favor de dormirlo hasta que todo este listo?

La sanadora asintió, y Severus no tuvo oportunidad de reclamar. Albus sonrió –Es hora de juntar a estos dos papanatas de una vez y para siempre...

Continuara...

Nota:

Ese embarazo estaba destinado a fracasar por el cambio de magia de un Severus joven a un Severus adulto, es decir por el cambio en el tiempo. Imagino que ya tienen sus teorías con respecto a la declaración de Albus al final del capítulo ¿No?

Siguiente capítulo: 63.- Una promesa inquebrantable. No se lo pierdan!!

Gracias por detener esos crucios y por leer!!

Regreso a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora