Capítulo 4: Impuro

98.9K 11.1K 27.9K
                                    

-Cállate... y abre la boca...

-------------------

Miraba por la ventana al sol que caía por encima de las paredes del orfanato, con un lápiz del número dos en la mano, con el que llevaba un rato jugando. Debía estudiar arduamente, pues su presentación de votos estaba cada vez más cerca, pero sencillamente no podía dejar de pensar en las palabras de Kim Namjoon, en que su actitud era completamente culpa suya desde el inicio.

Si es que pretendía deshacer la atmósfera de tensión y hostilidad entre ellos definitivamente no había ido por un buen camino, y lo peor era que estaba haciendo lo que las personas habían hecho con él desde muy pequeño: Juzgarlo

Adicional a ello se sentía intranquilo, por la última frase que el de tez morena le había mencionado, y se convencía a si mismo de no era posible de que el supiera lo que había pasado cuando era solo un niño, después de todo Namjoon era un extranjero ajeno al pueblo, pero la duda le corrompía las entrañas.

Cansado de la situación, y de los pensamientos de culpa dentro de su cabeza tomó su saco, que colgaba del respaldo de la silla y salió de la habitación de forma rápida, encontrándose con Ken en el camino

-Jin!.- Dijo viéndolo correr por los pasillos.- ¿A dónde vas?

-Debo arreglar un asunto en el pueblo, no tardaré.- Dijo sin más, y salió corriendo por el enorme portón del orfanato.

Caminó tal vez unos veinte minutos, primero por el sendero solitario que separaba a la iglesia del pueblo y después, a través de las pequeñas callecitas tranquilas, en donde una que otra personas se veía a lo lejos.

Cuando llegó a la sastrería se acomodó el traje frente a la puerta de madera, y la observó un momento, la construcción era en verdad pequeña, de apenas una planta y toco algunas veces con calma, tragando en seco, pues aun después de todo el camino no sabía que es lo que le diría exactamente a Kim Namjoon, y no tubo demasiado tiempo de pensar en ello, porque la puerta se abrió frente a su rostro, poniéndolo nervioso.

-Hermano SeokJin.- Dijo el señor Min Joon.- que agradable sorpresa, ¿que lo trae por aquí?

-Buenas noches señor Min Joo, he venido a buscar a el señor Kim Namjoon, ¿se encuentra en casa?

-Oh... me temo que no... él... no llega hasta tarde

-Ya veo...-Dijo extrañado por la contestación, pues Namjoon solía irse de la parroquia a las 5 pm.

-¿ha hecho algo malo?, por favor no dude en decirme.- Dijo el anciano angustiado, desconcertándolo.

-No no señor Min Joo, no se trata de eso.

-Si quiere que le diga algo puede decírmelo con confianza

El joven se avergonzó de si mismo unos momentos.- No señor Min Joo, en realidad es algo de lo que me gustaría hablar con el directamente, ¿sabe en donde podría estar?

-Lamento decir que no, hermano, no suele contarme mucho sobre sus asuntos, si es de mucha urgencia puedo salir a buscarlo

-No, por favor no se moleste, puede esperar a mañana

-¿Esta seguro?

-Absolutamente, vaya a descansar por favor.- Aseguró, invitándolo a regresar al interior de su casa.- Lamento la molestia

-No es ninguna molestia, hermano.- Sonrió.- Buenas noches

-Buenas noches, señor Min Joo.- Dijo haciendo una reverencia

La casa del árbol - NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora