Parte 31: Un balcón

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-No! ¡Basta por favor!.- Suplicaba, con lágrimas en los ojos.- Vas matarlos, detente!, detente, te lo ruego!, tengo miedo...- Namjoon se detuvo, jadeando como un animal agresivo, y llevó su mano a la de Jin, que trataba de detenerlo.- Por favor... basta... estoy asustado...-Continuó en voz pequeña, rota.

Nam se mordió los labios, aun sin poder tranquilizar su corazón, y se obligó a si mismo a voltear hacia Jin, no le dijo nada, solo lo tomó entre sus brazos con fuerza, estrechándolo.- Lo siento mi amor... lo siento...-Musitó con culpa.

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Jin estaba terminando de vestirse, en silencio, a la sombra del árbol que escondía la motocicleta, mientras Nam, sentado sobre un tronco caído miraba los dos cuerpos inconscientes, de forma pensativa, aparentemente apacible.

-Estoy listo...-Musitó Jin con voz débil, y Nam se levantó observándolo, parecía acongojado, sumamente angustiado, por ello se mordió los labios con culpa, arrepintiéndose de haberse excedido con los golpes. Hubiese bastado con desmayarlos, pero en ese momento, no pudo con el hecho de que aquellos infelices estuviesen insultándolos de esa forma, no podía siquiera con la posibilidad de que alguno de ellos le hubiese puesto la mano encima a su amor, por eso no pudo controlarse y ahora tenían a dos inconscientes en el suelo, que respiraban con dificultad.

-¿Los reconoces...?- Dijo Nam en voz baja y Jin se acercó lentamente, observándolos con detenimiento, uno a uno.

-No...-Susurró .- No son del pueblo...

-¿Estás seguro?...

-Si, conozco a todos desde que soy un niño... probablemente son del siguiente pueblo, está a 30 minutos de aquí, es raro que lleguen tan lejos, si lo que querían era madera no había necesidad de internarse tanto en el bosque...

-Mmmmh...-Masculló Nam pensativo, y sin embargo no hubo tiempo de sacar conclusiones, la mano fría de Jin tocó la suya con impaciencia y la apretó, en silencio.- Tranquilo mi amor...

-Ellos... están sangrando...

-Son heridas superficiales... no te preocupes

-Debemos llevarlos a un hospital

-No hace falta, despertarán en un rato.- insistió

-Pero...

-Vámonos.- Sentenció dándole la espalda y caminó hacia su motocicleta, tomándola para moverla lentamente.

-Nam, no pod...

-Dije que nos vamos ya.- Interrumpió con hastío de nuevo, casi gruñendo, y Jin sintió un nudo crecerle en la garganta, Nam se dio cuenta, por eso bufó hacia el cielo, sintiendose un completo cretino, no le gustaba hacerlo sentir de esa forma, a veces olvidaba que Jin era demasiado amable, demasiado inocente.-Ven...-Dijo autoritario, extendiéndole la mano y Jin la tomó, siendo atraído hacia su cuerpo, y en un pecho se hundió unos momentos, suspirando.-Perdóname... no debi hablarte así...

-Siento ser una carga Nam...-Musitó

-No lo eres, jamás lo has sido, deja de decirlo.- Dijo hundiendo la nariz en su cabello castaño, y suspiró enmudecido unos segundos, meciendolo un poco entre sus brazos, con cariño.- Jamás hubiese querido que vieras esta parte del mundo, pero es inútil... y vano... después de todo tu sufriste la mierda de este mundo desde que eras un niño, igual que yo... por eso no eres una carga, jamás lo serías, al contrario, eres un alivio, una prueba viviente de que no necesitas convertirte en lo que yo me convertí sólo para resistir los golpes que los demás deciden darte...

-Nam...

-Tu naciste bueno... y naciste amable, y no dejaste que los demás perturbaran eso, por eso eres valiente, más que yo... pero... ese don que se te dio es un arma de doble filo y debes saberlo de una vez... pones delante de ti a los demás, no importa que tan malos puedan ser contigo lo sigues haciendo y eso está mal... estos dos pretendían hacernos daño Jin... no se detendrían solo porque rogáramos piedad, porque corriéramos y gritaramos, mi angel... ellos no iban a detenerse y es algo que debes tener en cuenta...

La casa del árbol - NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora