Parte 27: Un lugar maldito

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El menor no dijo nada, se sujetó de las cuerdas en silencio, viendo como la luna se hacia grande y pequeña frente a sus ojos al ritmo de las mecidas, y como sus pies dejaban el suelo una vez tras otra, dejando que el sonido del viento le llenara los oídos mientras se llevaba los segundos entre los va y vienes.

-"Debido a ti no puedo dejar el miedo... pero gracias a ti no es el mismo tipo de miedo... este miedo me acoje, este miedo es precioso y me hace vivir... este miedo no me deja flotar... pero me deja emprender el vuelo, mi angel..."-Sonrió

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Esa noche Namjoon lo llevó a su habitación como siempre, y se adentraron en el pequeño cuarto en silencio, cerrando la puerta con seguro, abriendo la ventana para que el viento apacible pudiera entrar, y se subieron a la cama, en silencio.

Los minutos taciturnos pasaron mientras Nam revolvía su cabello con los dedos, sembrando en sus labios rosas un pequeño beso y después otro, y tras ello hicieron el amor... con calma, con demasiado cuidado.

Dentro de Nam en ese momento no cabía el morbo ni la perversión, no quería sentir que profanaba a una criatura inocente, tampoco hacerlo gritar o que se retorciera de forma degenerada entre sus brazos, no...

Namjoon besó cada centímetro de su piel con cuidado, rodeando la herida dolorosa de su pecho, bajando hasta su entre pierna con cuidado, y se perdió robandoze la calidez de aquellos poros, que lo recibían en medio de suspiros hermosos, Lamió su pene firmemente, empapándolo por completo, metiéndoselo a la boca con suma lentitud, deseando que pudiese tocar el cielo cada vez que su lengua lo rozó de forma continua, profunda, y tras ello aquella humedad fue bajando con cuidado hasta sus testículos, que acarició con las manos y la lengua al mismo tiempo, dejando que su saliva caliente se escurriera hacia abajo, brindándole lo que necesitaba para comenzar a invadir su cuerpo.

-Eres hermoso...- Susurró apaciblemente y tras ello se pocisionó entre sus piernas, tomándolo de los tobillos para ponerlas sobre sus hombros, de forma cómoda y comenzó a frotar su pene sobre el de Jin, extasiándolo, haciendo que suspirar de forma preciosa, sintiendo las palpitaciones de ambos que Lucian impacientes y al mismo tiempo deliciosas, y despues, relamiéndose los labios sin decir palabra alguna comenzó a empujar su pene en la entrada de Jin, forzándola un poco, pero dejando que se acostumbraba al grosor de la invasión milimetro a milimetro, y Jin con las palmas tapando su boca sintió aquella invasión con detalle, arqueando la espalda cuando Namjoon tocó el fondo. El menor no continuó más alla, hubiese querido entrar por completo pero no lo haría, esa vez no... porque quería concentrarse únicamente en que Jin estuviese disfrutándolo, y tras haberse asegurado de que ya no le resultaba doloroso comenzó a moverse, jadeando, disfrutando de los discretos movimientos de cadera de Jin, que se mordía los labios, disfrutando de la penetración tranquila y firme, suspirando hacia el techo, con los ojos cerrados, mientras Nam perdido en sus preciosas expresiones tomó su pene húmedo en su mano y comenzó a haciarlo al mismo ritmo, subiendo y bajando con suma firmeza, siempre asegurándose de ir desde el inicio a la punta, y esa punta, perfectamente lubricada podía verse brillar un poco por la luz que entraba por la ventana.

-¿Te gusta... mi amor?.- Preguntó jadeando, con el corazón vuelto loco, y el mayor asintió con la cabeza, tapándose la boca a discreción para no inundar la habitación con su voz extasiada, respirando profundamente para resistirse a terminar.

-Nam...~-Jadeó preciosamente, luciendo sumamente hermoso, con las sombras que la tenue luz le dibujaban en el cuerpo, y pasó su mano por el vientre cuadrado del menor, disfrutando de ver aquel terreno firme chocar contra su cuerpo de forma amable, una vez tras otra.- Te amo...~ te amo...- Musitó extasiándolo y Nam como una señal se permitió profundizar las embestidas, gozando del sonido delicioso que hacía su miembro cada vez que entraba y salía del cuerpo de Jin.

La casa del árbol - NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora