Parte 65: Ken

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Me informan que no les está avisando wattputo cuando subo capitulo, así que deberé pedirles que chequen uno por uno, perdonen, las amo
Cap 3 de hoy❤

Namjoon rió quedito unos segundos, suspirando dentro de su cabello, y le dio repetidos besos en la cabeza, derritiéndose en medio de la sensación cálida de su cuerpo.- Entonces seamos uno siempre

-Si...-sonrió.- Así que no hagas enojar al destino y quedate así... hasta que amanezca

-La enfermera va a regañarnos...

-Ella no vendrá en un buen rato.- Aseguró, sonriendo.- Además, necesito que estés cerca para que puedas escuchar

-¿Que debo escuchar?

-La razón por la que he podido llegar de nuevo a ti...-sonrió

---------inicio de flashback-------------

Sus pasos lentos retumbaban en la tierra, casi partiéndola, eran pesados, tortuosos, pero no se detenía, lo hizo, a contra de su voluntad, cuando de repente sintió la espina dorsal quebrándose dentro de su cuerpo, y suspiró, sintiendo como se desplomaba en el suelo, viendo como el cuerpo de Jin caía a su lado, y comenzó a llorar.

-Jin...-Lo llamó con impotencia, con angustia.- Jin...-El castaño entre abrió los ojos, semi-inconciente, mirándolo.-resiste... resiste.- Suplicó

-Hermano... déjame ir...

-No... no puedo.- Dijo llorando, viéndolo con dolor.- No quiero que mueras...

-Voy a estar con nuestro padre...-Musitó, cerrando los ojos poco a poco, y Ken, con el cuerpo atrofiado, sangrando de forma interna se arrastró con sus últimas fuerzas, tocando uno de sus dedos, y sin darse cuenta, comenzó a hablar con aquel que era el único que podía concederle clemencia.

-Padre mío... escucha la petición de tu hijo... -Suplicó.- No te lo lleves... porque aún no es tiempo... porque él es precioso... porque él no tiene culpa...-Rogó quedito, temblando..- Padre mío... si haz de llevarte a alguien por la osadía que hemos cometido... he de pedirte que me lleves en su lugar... llévame en su lugar... ten misericordia...-Suplicó, perdiendo la conciencia acto seguido.

Después de eso Ken sintió un dolor punzante en todo el cuerpo, y tras ellos, con la mirada perdida, sólo ligeramente conciente vió un cuerpo infantil que trataba de levantarlo, mientras lloraba.

-¡Padre!, ¡Padre Ken!.- Gritaba otra figura infantil, con el rostro lleno de lágrimas, mientras unos más, sólo ligeramente más alto trataba de levantar el cuerpo de Jin sin mucho éxito

-¡Padre Jin!¡Padre Jin, despierte!.- Lloraba angustiado, al tiempo que otro niño más pequeño lloraba metido entre sus manitas

-¿Están muertos?.- Gimoteó el más pequeño, inconsolable

-No, no están!.- Lo consoló otro

-¡Vayan a traer adultos! .- Gritó el más grande, tratando de poner a Jin sobre su espalda.- ¡Vayan!

-¡Si!.- Gritaron lo más pequeños, corriendo hacia el pueblo con todas sus fuerzas

-¡Tu, Ve por el doctor Han!.- Ordenó a otro, y el nombrado asintió limpiándose las lágrimas, corriendo con todas sus fuerzas

-¡Padre!.- Gimoteó.- ¡Padre!.- Y en ese instante Ken pudo reconocer su rostro, y el de los demás niños, eran sus niños, los niños que llevaba años cuidando en el orfanato, y no deberían estar ahí, Ken les había dicho que no jugaran a la orillas del pueblo porque el barranco era peligroso –irónico- pero en ese momento de verdad agradecía que fueran tan traviesos, tan desobedientes, porque de no ser así, nadie los habría encontrado.

La casa del árbol - NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora