Parte 33: pastelitos

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-Te dije dos tazas, no tres Nam...-Dijo el malhumorado castaño, mientras veía a su lindo novio con la cara manchada de harina, al igual que su delantal y la graciosa cofia que se había puesto en el cabello.

-¡Me dijiste tres!-Dijo fingiendo un berrinche

-Mentiroso...

-No miento, primero dijiste que tres y luego que dos

-Te dije eso sobre los huevos...

-Ah... -Dijo haciendo una mirada de arrepentimiento

-¿Cuantos huevos le pusiste a la última tanda?

-Dos...

-¡Nam!

-Oye es tu culpa, si ya sabes como soy ¿porqué me dejas solo?

-Fui por azúcar a la alacena... Tardé dos minutos!

-Dos minutos cruciales para el procedimiento...-Argumentó

-Nam...

-Buenos días mis niños, ¿cómo van?.- Dijo una anciana de apacible voz, que venía entrando con un par bolsas

-Buenos días Madre Lee.- Dijo Jin con respeto, bajando la cabeza y Nam lo imitó, sonriendo un poco, acababa de ser salvado, o al menos eso pensó.- Iríamos mejor si el joven Namjoon siguiera mis instrucciones

-Madre Lee, él miente.- Se defendió el de tez morena.- Sigo las instrucciones pero él las cambia cada cinco minutos, soy humano, cometo errores y más sin instrucciones claras

-Tienes razón Hijo.- Dijo riéndose un poco y Jin se puso rojo como un jitomate enfadado

-Nam...

-Bueno, esta vez lo haré bien, ya no te enojes, hermano...-Dijo sonriendo burlón

-Aquí está la levadura y el azúcar que me pediste mi niño.- Musitó la madre lee poniendo las bolsas sobre la mesa

-Gracias Madre...

-Trabajen duro, si necesitan ayuda estaré en la academia.

-Si madre.- Dijo Namjoon sonriendo y tras ello la vió salir, sobre pasos lentos pero seguros hasta que los dejó solos y en el instante unos ojos hostiles lo encontraron.

-Te has salvado esta vez...-Dijo Seokjin dándose media vuelta, tomando las bolsas con azúcar para añadirlas a la mezcla y comenzar a revolverla con un cucharón, cuando Namjoon se acercó sigiloso por detrás, aprisionándolo con los brazos.

-Con que... ¿me he salvado?.- Susurró en su oído perversamente, metiendo por debajo del delantal de Jin las manos.-¿Eso fue una amenaza?.- Dijo desabrochando el pantalón de Jin sin permiso alguno y este se estremeció un momento, suspirando hacia el cielo.

-N-nam... detente, alguien va a vernos...

-Nadie nos verá

-Vamos, pórtate bien, estamos cocinando... es sucio

-No me importa...

-Nam.- Sentenció volteándose y lo miró fijamente, alzando el cucharón lleno de mezcla de pastelitos.-No vamos a hacer esto aquí...

-Mmmmh... dame una buena razón para no hacerlo...-Dijo burlón el menor, dándole pequeños besos en el cuello

-Tu tio va a comer de estos pastelillos también...-Dijo sin más y en el instante el de tez morena abrió los ojos, y alejándose sobre pasos cómicos se dirigió al lavamanos en un segundo, acompañado de la pequeña risa de Jin, triunfante.

La casa del árbol - NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora