Parte 84: Recuerdos pt.2

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Jimin hizo una pausa, sacando el pene de Namjoon de su boca, dejando que escurriera un hilo de saliva que iba desde la punta hasta sus labios, y comenzó a masturbarlo firmemente, de forma lenta.- No soy una chica...-Dijo sonriendo, sacando la lengua para recorrer perversamente el pene de Namjoon desde el fondo hasta la punta, y acto seguido sonrió, devolviéndolo a su boca.

-Ahhhg...~ .- Jadeó el moreno, presionando su cabeza con fuerza y tras ello comenzó a mover su pelvis con fuerza, suspirando hacia el cielo.- fuck...-Se quejó.- Espera...voy a terminar...

-Correte...~-Gimió Jimin, masturbándose con fuerza, masturbándolo del mismo modo

-Estás...tocándote... maldito...-Jadeó Namjoon

-También... voy a correrme...-Dijo Jimin relamiéndose los labios, dejándole ver a Nam esa expresión sumamente hermosa

-Déjame ver...

-¿Que...?

-Levántate.- Dijo jalándolo y lo observó un momento, definitivamente tenía un cuerpo precioso

-Sigue...

-Pero... ibas a...

-Haz lo que te dije.- Jadeó, bajándole los pantalones, dejando al descubierto tus contorneadas piernas, haciendo que se los quitara, y Jimin, si bien unos momentos atrás hacia sido completamente seguro de repente se intimidó, pero no le importaba, Namjoon había llevado la mano a su pene y se masturbaba, mirándolo lascivamente.-Nunca había visto... un hombre así...-Dijo pasando su enorme mano por las caderas de Jimin, mientras este masturbándose gemía quedito, en voz baja.

-Ven aquí...-Ordenó, jalándolo del brazo, montándolo sobre sus piernas de forma abrupta, y Jimin no pudo decir absolutamente nada, estaba por quejarse, cuando Namjoon presionandole la nuca lo llevó a su boca, metiendo la lengua de lleno entre sus labios rosas, haciendo que la cabeza de Jimin ardiera, porque aseguraba que nunca en su vida había estado tan exitado como en ese momento, y rodeó el cuello del moreno con los brazos, profundizando el beso, sintiendo su erección húmeda debajo de sus nalgas y comenzó a frotarse con fuerza, resintiendo las mordidas que Namjoon comenzó a darle en los labios, por sentirlo, y esa mordidas fueron bajando, por su cuello, y después por sus clavículas hasta tocar su pecho

-Mmmh...~-Gimió Jimin, moviendo sus caderas con impaciencia sobre él, cuando el moreno lo tomó de la cintura, y después de las piernas, levantándose del sillón de forma abrupta, y el sorprendido pelinegro se aferró a su cuello con fuerza, viendo como lo llevaba cargando hacia una habitación cuya puerta fue pateada violentamente y tras ello lo arrojó a la cama, abriéndose camino entre sus piernas, llegando hasta su boca para poder seguir besándolo, sintiendo su lengua pelear con él y sin embargo hizo una pausa, cuando sintió el miembro de Namjoon empujando a discresión en su entrada.

-¿Quieres...?~-gimió sobre sus labios, mirándolo mientras se mordía los labios y Namjoon jadeando de forma impaciente lo miró, viendolo meter sus dedos a su boca, y los empapó completamente, bajándolos a la erección de Namjoon para humedecerla.-Estas...listo~

No se molestó en responder, lo acalló con un beso morboso mientras empujaba lentamente, sintiendo el calor de su cuerpo abrazarlo, y los gritos que Jimin depositaba en su boca.

-Lento...~-Suplicó el pelinegro, haciendo una mueca de dolor, tratando de interponer sus manos, pero Namjoon las sujetó con fuerza, poniéndolas a su lados, y siguió entrando, haciéndolo gritar.- Lento, maldito...~-Gemía, hasta que el miembro de Nam tocó el límite, en medio de un espasmo delicioso que le arrancó el aliento, y el gruñido de Namjoon que llegó hasta sus oídos lo extasio por completo

-Está...muy... apretado...-Gimió el moreno, quedándose dentro unos momentos, escuchando la respiración y los pequeños sollozos de Jimin que a pesar de su sufrimiento arremolino las piernas en su espalda y tras apretar sus piernas con fuerza salió con cuidado de su cuerpo, sólo para volver a entrar a mitad del camino, haciendo a Jimin gritar hacia el cielo y tras ello aumento el ritmo de los movimientos, mordiéndose los labios, moviendo su pelvis entre cada estocada de placer a ese cuerpo de piel blanca que sin verlo gemia deliciosamente, embriagándolo. Namjoon se incorporó, sujetándolo de las piernas, abriéndolas debidamente para él, y desde ariba lo observó, su cara de sufrimiento y placer, la forma en que se mordía los labios, la forma en que se masturbaba sintiéndolo dentro y sobre todo el modo en que su carne temblaba por los crudos impactos.

La casa del árbol - NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora