Parte 47: Morir

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-Si, sum daemonem fornicationis, ego ostendam tibi, filius Dei...(Si, yo soy el demonio de la fornicación, y te lo voy a demostrar, hijo de Dios...)-Musitó y tras ello se dirigió a su boca, mordiéndole los labios con fuerza, haciendo que el sabor del hierro les inundara levemente las papilas, al tiempo que le abría las piernas con fuerza, metiéndose entre el espacio que le daba el amarre de las cuerdas, y estando ahí comenzó a frotarse con fuerza, suspirando pesadamente sobre su rostro.- Pertinent es ad me, bitch...(Me perteneces, perra...).- Susurró, dándole un beso violento acto seguido.

-No...-Dijo Jin sintiendo como la erección de Namjoon, aprisionada dentro de sus pantalones , se frotaba contra sus múslos con fuerza, y este, ignorándolo, acallaba sus palabras con besos desesperados y profundos, que comenzaban a estremecerlo, Namjoon metió su lengua lentamente a su boca, acariciando su lengua de forma sumamente morbosa, separándose de vez en vez solo para dejar un hilo de saliva que los unía por segundos y después volvía a juntarlos cálidamente, Jin sintió su cuerpo despertar, y frunció el ceño con angustia, aun luchando, forcejeando porque nada de aquello continuara, pero Nam era muy fuerte, mucho más fuerte que él, y el peso de su cuerpo sobre el suyo lo presionaba contra los cojines, imposibilitándolo para intentar algo más efectivo si quiera, Namjoon suspiraba, besándolo, bajando a veces a su cuello aunque el collar de cuero le fuera un obstáculo, y volvía a subir a sus labios, jadeando, sintiendo que la falsa felicidad le subía por la cabeza, y eso lo hacía aún más miserable, pero no podía parar, no podía.

-Basta!.- Gritó Jin, provocando que Namjoon le tapase la boca con fuerza y gruñó, incorporándose.

- Cállate!.- Le gritó, tomando el miembro de Jin en su mano, y comenzó a masturbarlo con fuerza, disfrutando de las expresiones del castaño, que parecían ser de angustia, de un placer contenido que no quería mostrar a nadie. El menor llevó su dedo índice a los labios rosas del castaño, metiéndolo y sacándolo a placer sin dejar de masturbarlo, y Jin con la cabeza hirviendo sentía el tacto de la piel de Nam sobre su lengua, cálido, completamente húmedo, hasta que sintió que lo sacaba, observándolo brillar por la saliva abundante que lo cubría.

-M-maldito...-Gruñó entre dientes, forcejeando con el amarre de sus muñecas que siquiera lograban alcanzar el cuerpo de Namjoon para empujarlo, y por ello se quedó indefenso, viéndolo como de la punta de su erección esa gota transparente comenzaba a salir en abundancia, y el menor lo tomó sin prisa, distribuyéndola por toda su extención, sin decir palabra, sólo hipnotizado, casi hambriento.

-Shhh...-Musitó el menor, llevando su dedo empapado a la entrada de Jin y tras ello comenzó a acariciarlo, haciendo círculos en su entrada, estremeciéndolo, estimulándolo con prisa mientras su dedo impaciente se metía en su cavidad, dilatándola con fuerza. El castaño arqueó la espalda, soltando un quejido hacia el cielo, tratando de cerrar las piernas que el de tez morena abrió cada vez a la fuerza, al menos hasta que su cuerpo se interpuso como obstáculo, y Jin al darse cuenta abrió los ojos, mirándolo, observando como Namjoon desabotonaba sus pantalones, liberando la erección punzante que escondía, y que estaba anciosa por recibir la atención debida.

-No...-Dijo tratando de retroceder pero Namjoon lo jaló de las piernas cada vez que lo hizo.- No... no por favor.- Suplicó

-Cállate...-Gruñó sin mirarlo

-Ya basta...-Volvió a suplicar angustiado, pero Namjoon no lo escuchaba, estaba inmerso, completamente desesperado.-Nam...-"detente mi amor... Detente o no podré seguir con esto"-Pensó suplicando.

-Te dije que te calles!.- Gritó, viéndolo a los ojos por fin, y lo encontró llorando como un niño, sufriendo, deseando que por favor se detuviera.

La casa del árbol - NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora