Parte 86: El almacén

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Parecían un gracioso espejo, porque ambos desviaron la mirada con los colores en el rostro, y aclararon la garganta, apenados.- Lamento la intromisión... -Dijo Ken, dejando la caja a un lado

-N-no importa... gracias por la ayuda...

-Ah... yo...-Titubeó.- Vine a buscar a SeokJin... ¿lo haz visto?

-Ah...-Tartamudeó, pudiendo levantar la mirada por fin.- Si... él y el jefe fueron a desayunar

-Ya veo...

-¿N-no te avisaron?

-No... supongo que lo olvidaron

-Si...-Dijo como punto final, haciendo un silencio incómodo entre ambos, dejando que la música casi muda que salía de los audífonos fuera lo único que se escuchara en la habitación

-Yo... bueno, lamento la intromisión, Leo shii...-Dijo haciendo una reverencia con la cabeza y tras ello se dispuso a dirigirse a la puerta, cuando la voz dulce de leo lo detuvo de repente

-Ah... JaeHwanshii...-Musitó nervioso.- N-no tienes que disculparte... yo... -Dijo llamando la atención de Ken.- Estoy feliz de verte... hace mucho que no te veía- Dijo finalmente haciendo que el corazón de Ken latiera con una fuerza increíble

-También... me da gusto verte...-Dijo sin más

-Yo... quería agradecerte por los postres... -Murmuró jugando nervioso con los dedos, alzando la mirada solo para sonreírle, sonrojando al mayor notablemente

-No hay de que... me alegra que te gusten...

-Si, me gustan mucho.- Aseguró en un burdo intento de no dejar que aquel hilo de conversación muriera, estaba desesperado por mantenerlo ahí, y Ken se sentía de la misma forma, patético, redundante, pero feliz

-Que bueno que te gustaron

-Si... estaban muy buenos, myas las galletas de las última vez

-Si, las galletas...-Sonrió.- La mermerlada la hice yo

-¿En serio?

-Si.- Dijo sintiéndose patético por su conversación burda pero necesaria

-Ya veo...-Masculló.- Eres de verdad muy talentoso...

-Te lo agradezco.- Balbuceo.- T-tu también lo eres... he visto algunos de tus dibujos

-¿ah si?

-Si... una vez Jin me mostró algunos

-Vaya... pues muchas gracias...

-Si, de nada...-Dijo tragando en seco.- A-ah... y también cantas hermoso.- Dijo sin más, avergonzándose segundos después, sintiéndose como un idiota mirón

-Ah... no es para tanto, eres muy amable

-Lo digo en serio! Tu voz es hermosa.- Dijo entusiasmado y aquella abrupta respuesta generó un largo silencio en donde deseó que se lo tragara la tierra y suspiró derrotado.- L-lo siento...

-No tienes porqué...

-Creo que... te dejaré trabajar.- Dijo tragando en seco, mirando hacia el suelo.

-L-le diré a SeokJinshii que viniste

-Si, gracias...-Dijo con intención de irse, pero Leo, impaciente, volteó a ver a cualquier lado buscando algo con que llamar su atención, y lo encontró, antes de que tocara la puerta

-Oye Jaehwanshi...

-¿Mmmh?

-¿Me ayudas a subir esa caja? Creo que me torcí un poco la mano

La casa del árbol - NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora