-Quiero morderte...
-Por favor hazlo
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La mañana transcurrió como siempre, y la normalidad con la que todo pasaba sólo hacía que Jin pensara por segundos que todo lo ocurrido el dia anterior había sido un sueño, pero no lo era, estaba lejos de serlo.
Ken ordenó a los niños como siempre, tomaron la misa, despidieron a los feligreses y a diferencia de los últimos dias cada vez que Ken se encontró con la mirada de Jin le sonrió con cariño, que en otros tiempos hubiese cautivado a Jin, pero que ahora le causaba preocupación e incertidumbre.
Cuando terminó de ayudar en la cafetería como siempre se dirigió a la parroquia, llenando el cuenco con agua, lavando pinceles, colocando las lonas y una vez que terminó se sentó en una de las bancas de la iglesia a esperar, con los pensamientos perdidos en aquellos tatuajes que marcaban la piel de Kim Namjoon, en esa cruz... y hasta cierto punto en la figura de su cuerpo, que lucía como las imágenes de los ángeles desnudos, sólo que esa piel no era pura y blanca como siempre, estaba tostada, como la tierra fértil de los bosques.
Perdido en sus pensamientos no pudo darse cuenta de que ya eran las 4 de la tarde, se percató sólo por el hecho de que Ken llegó de pronto, sentándose junto a él, sonriéndole.
-Hermano, buenas tardes.- Dijo Ken, acomodándose el hábito con diligencia
-Buenas tardes... hermano.- Dijo tragando en seco
-¿Porque está aquí?
-Pues... Kim Namjoon no ha llegado aún...
-Ah... cierto, el padre Seejin recibió una llamada hace unos minutos, al parecer se reporta enfermo el dia de hoy, pensé que ya había venido a informarte pero veo que no se ha desocupado
-Enfermo dices?
-Así es, su tio llamó
-Vaya...-Dijo ligeramente decepcionado, no creía el cuento de la enfermedad y por un segundo sin saber porque su corazón se sintió desanimado, era su verdugo, era una mala persona, un pervertido y un impúdico pero... por alguna razón, después de todo lo que había pasado... tenía ganas de verlo y no sabía porque
-¿Tan triste estás de que tu amigo no vendrá hoy?
-N-no no es eso... está bien.- Dijo en automático.- D-después de todo no he tenido tiempo de estudiar, aprovecharé el dia de hoy para hacerlo
-Haces bien hermano, recuerda que nuestra toma de votos es en cuatro semanas...
-Si...
-Bueno, pues aprovecha bien entonces la ausencia de tu amigo.- Dijo palmeándole la mano con ternura
-Si, eso haré hermano
-Y a todo esto, ¿que se supone que hacen después de trabajar?, yo... tenía entendido que se quedaban conversando en algún lugar pero nunca logré verlos por aquí.- Dijo simpático, aunque Jin podía percibir algo extraño en la pregunta.
-Sólo caminamos... por aquí y por allá
-Ah... ¿en serio?.- Sonrió, incrédulo.- Bueno en dado caso no importa... me alegra que estimes a tu amigo, Jin
-Gracias hermano...
-Debo continuar con mis actividades, nos vemos mas tarde.
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Jin se quedó en su habitación el resto de la tarde, tratando de estudiar, aunque si podía ser sincero ni siquiera estaba poniendo atención a las palabras que leía, porque tenía las extrañas circunstancias de Kim Namjoon en la cabeza, y a raíz de eso llevaba leyendo el mismo párrafo una y otra vez, hasta que se dio por vencido, y se fue a acostar, no sin antes cerrar la puerta con seguro, Pues por nada del mundo se arriesgaría a que su hermano viniera de nuevo a su habitación para averiguar si "el miedo" ya se había disipado de su cuerpo. Y con eso en la cabeza se metió entre las sábanas, para después de todo ese largo día comenzar a llorar a sus anchas nuevamente, como lo había hecho la noche anterior.
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La casa del árbol - NamJin
Fanfiction(Ad+18)-Si fuera tu dejaría de rezar... no parece servir de mucho.- Dijo en un tono burlón su verdugo, mientras sus labios y su nariz repasaron la blanca piel de su cuello, absorbiendo de forma infame el aroma que su piel desprendia.-"Libranos de to...