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Las semanas fueron pasando y Jimin ya era oficialmente camarero de esa cafetería. Yoongi por su parte, tenía varios conciertos planeados, a parte de ensayos y colaboraciones. Ambos chicos se veían poco pero aún así se mantenían en contacto.
Era la hora del descanso para el rubio así que decidió sentarse a tomar un poco de agua para recuperar fuerzas. Ser camarero era un completo trajín y estaba seguro de que muchas veces, los clientes le llamaban a la vez solo para ponerle en un aprieto y ver a quien atendía primero.

-Ey chico.

Al escuchar esa voz, Jimin levantó la mirada y sonrió.

-Hola Jin...

-¿Qué tal el turno...?

-Pfff... Agotador...

-Tienes que acostumbrarte al ritmo, así se te hará más llevadero. Pero mientras descansa y charlemos.

Jimin sonrió a Jin; otro camarero que llevaba ahí metido un montón de tiempo. A decir verdad, se hicieron buenos amigos desde que se conocieron.

-Oye Jimin, una pregunta, solo por curiosidad.

-¿Sí...?

-¿Por qué tu domicilio no aparece en tu ficha de empleado...?

El joven Jimin se quedó en silencio sin saber cómo responder, entonces, Jin sonrió y le dio una palmada amistosa en el hombro.

-Tranquilo, solo era curiosidad... Bueno... -Dijo levantándose del asiento para después estirarse. -Yo vuelvo al curro. Buen día.

Tras eso, Jin se fue de nuevo detrás de la barra preparado para atender a cualquier cliente mientras Jimin suspiraba aliviado. No podía decirle nada sobre el rapero por muy amigo que fuese... El único que podía saber de todo eso era Jungkook, al fin y al cabo, él le dio la idea del contrato...
Mientras tanto, el rapero seguía en la pequeña sala rapeando delante de aquel micrófono hasta que acabó y se quitó los auriculares. En ese momento, vio a alguien al otro lado del cristal y supo reconocer quién era al instante...

Sex contract • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora