Sex contract • Yoonmin

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Era de noche, las temperaturas habían bajado bastante y todo el mundo iba encogido en sus ropas de abrigo. Entre la multitud, se encontraban Jimin y Jin volviendo a casa después de un largo día de trabajo.

-En serio Jimin, desde que has llegado, el trabajo se ha vuelto más interesante. ¡Incluso nos ha visitado Eunwoo!

-Bueno... Yo... Sigo sin saber... Por qué me aceptaron tan deprisa sin casi decir nada...

-¿No te lo han explicado todavía...?

-No...

-Pues... La razón es muy sencilla... Es porque eres una cara bonita...

-¿Cómo...? -Preguntó el rubio muy confundido.

-En esa cafetería, el jefe busca a los chicos y chicas con caras bonitas porque así, atrae más clientela.

-¿Pero... Eso funciona...?

-Te aseguro que sí. ¿No has notado que siempre estamos hasta arriba...?

-Pues ahora que lo dices... Sí...

-No es precisamente porque sirvamos el mejor café o comida del mundo, es porque somos caras bonitas.

-¿Y si un camarero lo hace mal...?

-Despedido y a buscar a alguien que también esté de buen ver.

-Qué... Método tan curioso...

-Lo sé. Bueno, yo me quedo aquí esperando al tren. Nos vemos mañana.

-Buenas noches, Jin.

Ambos chicos se despidieron y Jimin continuó su camino alejándose de la estación de tren para ir hacia su casa. Bueno, la de Yoongi y él. Era tarde y probablemente ya habría vuelto a casa. Se moría de ganas por verle...

Tras unos minutos, llegó y sacó la llave asegurándose de que no hubiese nadie alrededor para después abrir y entrar. Estaban las luces apagadas, entonces, pudo escuchar un sonido algo lejano de un piano, supuso que era él desde su estudio así que cerró la puerta, se quitó el abrigo junto a los zapatos dejando las llaves en una mesita del recibidor y caminó hacia la escalera notando como la melodía se iba haciendo más clara y una leve sonrisa salía de sus labios.
Al llegar al piso de arriba, comprobó que, efectivamente, el sonido provenía del estudio del peliblanco así que se acercó sin hacer ruido y puesto que la puerta estaba entreabrierta, pudo observarle tocar bastante concentrado y con una tenue luz de una pequeña lámpara.