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Jimin había caído en los brazos de Morfeo, en cambio, Jungkook estaba despierto y le observaba como si fuera la obra de arte más hermosa del universo entero. No podía evitar acariciarle la mejilla con el dedo y recordar lo que había pasado hace penas media hora. No sabía que pasaría a la mañana siguiente, y tenía miedo de que el sol se alzase, pero no quería seguir pensando en eso, así que suavemente le quitó las gafas al rubio, las dejó en la mesilla, beso su frente y se abrazó a él con fuerza como si en cualquier momento se fuera a desvanecer.

-Jimin... Cuando éramos niños y vimos aquella lluvia de estrellas, fugaces, mi deseo fue que siempre fueras feliz, a mi lado o con otra persona... Así que gracias por esta noche... Te amo... Buenas noches...

Tras ese susurro, el castaño besó suavemente los labios de su amigo el cual, todavía dormido, se abrazó más fuerte a él haciéndole sonreír, y a penas unos minutos después, el sueño atrapó a Jungkook por completo.

Mientras tanto, el joven Yoongi se encontraba dando vueltas por la habitación. Había llamado a Jimin tres veces y a ninguna hacia contestado, era de madrugada y obviamente no iba a llamarle de nuevo. No quería emparanoyarse, quería pensar que se había quedado dormido un poco antes de la hora normal.
Entonces, soltando un suspiro ya rendido, dejó su móvil en una pequeña mesa y se tiró en la cama mirando al techo. Al día siguiente le esperaban un montón de fans en el fansign que haría junto a Suran. Pero tenía la sensación, de que algo pasaba, y esas ideas, no le dejarían dormir tan fácilmente.

-Jimin... ¿Qué me has hecho...? Antes de que llegases nadie me quitaba el sueño...

El peliblanco dejó un escapar un suspiro para después cerrar los ojos. Era verdad, nunca se preocupó por nadie tanto como para no poder dormir.

Sex contract • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora