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Se acabó. Último concierto. Los tres chicos se inclinaban ante el público con sus manos agarradas, sus cuerpos sudados y respiraciones agitadas. Los gritos y aplausos no cesaban, el estadio era un mar de personas con pancartas, adornos y demás.

-Bien hecho... Hasta dentro de unas horas... -Susurró Jimin mirando el televisor y especialmente a su novio.

Las ganas de verle cada vez le carcomían más, no podía esperar, estaba ansioso. Y aunque el peliblanco se lo negase así mismo, sentía lo mismo. Pero él, ya estaba de vuelta en su camerino fuera de las cámaras, ya estaba a completamente a solas y deshaciéndose de su ropa para entrar a la ducha pues necesitaba eliminar todo el sudor y a ser posible, el lío de su cabeza.

Pasaron las horas, estaban ya los tres de vuelta en el avión y el mayor miraba su teléfono pensando en el rubio causante de cada emoción suya. A penas quedaba una hora y media para verle y sentía como si su corazón fuera a explotar por no hablar de las mariposas en su estómago.

La puerta se abrió, rápido como una gacela, Jimin se levantó del sofá y fue al recibidor.
Una vez allí, pudo ver al peliblanco dejando la maleta en el suelo y las llaves en un pequeño mueble. Era tarde, y al levantar la vista y ver a su novio, se quedó muy sorprendido.
Jimin se quedó en silencio y entonces, Yoongi se acercó serio, estaba a punto de coger la mano del rubio pero este la apartó y miró al rapero a los ojos.

-¿Por qué me haces sufrir tanto...?

-Jimin...

-Yoongi... No me des respuestas... Era una pregunta retórica... Solo deja que te demuestre de una maldita vez que soy tuyo... Deja de anteponer los estúpidos celos... Déjame amarte... Porque de verdad lo hago... 

Sex contract • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora