Sex contract • Yoonmin

• 58 •

Yoongi quedó muy sorprendido, nunca había escuchado a su dulce novio decirle algo así. Le había demostrado millones de veces que no era inocente, pero nunca dejaba de sorprenderle.

-Lo haré... Me tiraré a mi precioso Mochi hasta que nos quedemos sin energías...

Ese susurro del mayor, hizo que una corriente eléctrica recorriese todo el cuerpo del rubio y su piel quedase completamente erizada. También, pudo notar como sus boxers empezaban a mojarse.
Al notar eso, Yoongi sonrió de lado y bajó la mirada hasta el notable bulto de Jimin.

-Vaya... Creo... Que necesitas ayuda con eso...

-S-Sí... -Respondió el rubio soltando un jadeo.

-Pues... Creo... Que pararé aquí...

Sin decir más, Yoongi se levantó y fue hacia el baño mientras Jimin le miraba incrédulo con la respiración agitada.

-¡Min Yoongi! ¡Vuelve aquí! -Dijo casi gritando para que le escuchase.

El peliblanco, se asomó un poco por la puerta del baño y se quedó apoyado en ella de lado cruzando los brazos.

-¿Acaso tú mandas ahora...? -Preguntó mirándole con expresión seria arqueando las cejas.

-No... Solo quiero que sigamos...

-¿Por qué...?

-Porque siempre hay que acabar lo que se empieza...

-Ajá... -Respondió el rapero separándose de la puerta para después acercarse lentamente al rubio.

-Vamos, cariño... Tírate a tu precioso Mochi...

Yoongi se quedó en silencio hasta que se acercó del todo sentándose en el borde de la cama mirando de reojo las manos esposadas de Jimin. Después, puso su mano en su muslo acariciándolo.

-Dios... Me pones tanto cuando dices esas cosas... ¿Acaso crees que perdería la oportunidad de follarte...?

Antes de que su novio pudiese decir nada, el rapero ya estaba de nuevo encima suya besándole apasionadamente metiéndole la lengua en la boca mientras sus erectos miembros rozaban provocando intensas oleadas de placer y fuertes jadeos. Yoongi adoraba ver al menor suplicando que le diese más placer y precisamente por eso, le dejaba a medias; para ver su reacción. Pero sabía perfectamente que no podría quedarse sin recibir todo lo que su dulce novio tenía que darle.