Sex contract • Yoonmin

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Tras un largo e intenso beso, ambos chicos se separaron lentamente con sus respiraciones notablemente agitadas.
El peliblanco miró al rubio a los ojos, y este, no pudo evitar bajar la mirada avergonzado. Seguía sintiéndose muy culpable, demasiado, y el rapero podía notar que algo le pasaba, así que cogió la barbilla de su novio suavemente para levantarle la cara haciendo que los ojos de ambos se encontrasen.

-Jimin... ¿Te ocurre algo, cariño...?

Al escuchar esas palabras, el menor automáticamente negó con rapidez. No era buen momento para decirle que le había sido infiel.

-Estoy bien... Es solo que... No me creo que estés de vuelta... -Respondió forzando una leve sonrisa.

El mayor no quedó muy convencido, pero aún así, sonrió también puesto que no quería empeorar nada.
Entonces, puso sus manos en las caderas de su novio para pegarle a él de nuevo y comenzar a besarle otra vez. Jimin correspondió poniendo sus manos en la nuca del rapero tratando de no pensar en Jungkook.
Yoongi le amaba, se notaba, y Jimin lo sabía, en ese momento, fue cuando se dio cuenta. Todos los mensajes, llamadas, besos, abrazos, palabras bonitas y sobretodo, el hecho de que le había dado una vida, significaba mucho más para el rubio que hacer el amor un par de veces con su mejor amigo. Era cierto que también le quería, pero no llegaba a amarle, pues su corazón siempre estuvo con Yoongi. Ahora lo veía claro, cosa que le hizo sonreír y seguir el beso de forma más animada. El peliblanco pudo notar más entusiasmo lo cual le hizo sonreír también y cogerle en brazos enredando su cintura con las piernas de su novio. Había echado en falta todos esos momentos, realmente le había cogido mucho cariño y él era lo único que le importaba más que su fama, pues Jimin le hacía sentir la calidez que nunca tuvo, le enseñó a amar de verdad, a comprender que en el mundo no todo son engaños y malas personas tratando de hacerte daño. Ahora había abierto los ojos, podía ver el mundo como de verdad era; un lugar de altos y bajos, un sube y baja constante, pero con amor y personas buenas.

-Te amo, mi vida...

Ese susurro fue lo último que se escuchó por parte del mayor pues no dejó que su menor respondiera ya que siguió con los besos cada vez de forma más apasionada. Quería detener el tiempo, quería que solo Jimin y él fueran los únicos existiendo en ese momento. El rapero tenía claro que el mundo podía arder y destruirse mientras tuviese al rubio a su lado, era lo único que necesitaba.