Anastasia esta tranquila explorando el mundo, descubriéndose a ella misma como persona, volviéndose independiente, pero al final sabe que su camino y el de David volverá a cruzarse porque las almas que están destinada siempre encontraran el camino...
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Ese día Andreas de Lucas había llegado muy temprano como era su costumbre al imperio Givenci y coincidió con la llegada d e Emily quien quiso ignorarlo pero el la alcanzo justo cuando iba a entrar al elevador.
¿Era su imaginación o esta chica siempre andaba rehuyendo de el.?
En las contadas ocasiones que visitaba las sesiones fotográficas o entraba al camerino antes de un desfile ella se escabullía a algún lugar. Igualmente en la ultima reunión previa al desfile donde se reunió con todo el qeuipo lo que formarían parte del mismo incluido modelos, creativos, maquillistas, diseñadores, estilistas, ella no estuvo presente, lo cual lo molesto sobremanera pero esta vez no iba a huir.
Vio su cara evidente de disgusto cuando lo vio entrar
— Voy al piso 15 y tu al 12, ¿podemos compartir el ascensor- su tono de voz era aspero, evidenciando lo perturbado que lo tenia por sus constantes desaires.
Entraron al elevador en silencio, se podía palmar en el ambiente la tensión emocional, de atracción que había entre los dos.
Ella busco una distancia prudencial de el buscando el rincón del elevador y volteo la cara, lo que lo molesto aun mas y dejándolo aun mas intrigado por su continuo esquivo. Sin embargo la noto nerviosa, sus manos que permanecían juntas casi aseguraba lo hacia para ocultar el ligero temblor, se mordió el labio y ese era un gesto que el había logrado leer, lo hacia cuando estaba sumamente nerviosa, la había estudiando lo suficiente para saber que era algo particular en ella, y que se intensificaba cuando el estaba cerca y esta vez se hacia evidente en la estrechez y encierro del cubículo.
El ascensor se detuvo intempestivamente y ella lo miro irritada.
— Ha sido usted que lo ha detenido.-cuestiono en tono acusador.
Andreas ahora si perdió su paciencia
— ¿Me acusas de querer encerrarme aquí contigo?, no acostumbro usar esos métodos.
— Entonces llame para que alguien nos abra- exigió pero en tono mas sumiso.
— Tiene un sistema que activa una alarma, se abrirá en 15 minutos-respondió con despreocupación y que contrastaba con las sensaciones horribles que Emily empezaba a sentir en su estomago y su pecho, cuando la ansiedad y un ataque de pánico empezó a hacer mella es su estabilidad emocional.
Si algo la afectaba era el encierro, era un trauma del cual no había podido librarse, incluso en las noches sufría horrendas pesadillas y se veía encerrada en una jaula desnuda y toda la basura que volvía para llevarla entre el límite de la cordura y la razón.
Andreas De Luca empezó a notar que ella se había puesto muy pálida, y su respiración se hizo mas pesada y comprendió que estaba empezando a hiperventilar y pregunto.
