Sarah se giro y su corazón, su cuerpo todo su ser tembló de emoción de ver a su padre.
No había cambiado mucho, seguía siendo el hombre guapo, fuerte, de mirada dulce, ademanes gentiles, solo se había dejado crecer la barba y sus ojos ahora estaban llenos de lágrimas.
Andreas decidió salir para darles privacidad, pero antes deposito un beso en su frente para trasmitirle fortaleza y luego un apretón en el hombro de su suegro para brindarle también su apoyo.
Sarah conmovida hasta lo mas profundo de su ser acorto la distancia y se dieron ese abrazo que se debían, 6 años alejada de el, pero antes de eso, al descubrir la verdad, ella se alejo emocionalmente del el y de David por sentirse indigna y no merecedora de su amor.
Minutos después ninguno había querido romper el silencio, el estaba sentado frente a ella y tomaba sus manos, se deleitaba en verla, creyendo que era un sueño el tenerla de nuevo con el, su ojos no paraban de derramar lagrimas de emoción, de felicidad, porque su pequeña estaba allí, sin embargo un sentimiento agridulce lo embargaba porque sabia lo que había sufrido, pero esto la había convertido en esta mujer fuerte que estaba delante de el, que había vivido un horror sin embargo no había perdido su esencia.
— Te amo hija- le dijo acariciando su rostro, perdido en esos pozos azules que siempre fueron su debilidad.
De niña solo bastaba una mirada suplicante de esos ojos y el accedía a complacer el mínimo de sus caprichos.
— No te merezco como padre-exclamo ella atormentada- no después de lo que mama te hizo, te fue infiel, te engaño, llevo al fruto de su traición a vivir en tu casa y la hizo pasar por hija tuya, has vivido una mentira.
El ahueco su rostro y mirándole con infinito amor afirmo:
— Te tuve 17 años bajo mi techo, pero desde que estabas en el vientre de tu madre, te ame, te soñé, te anhele y me prometí que haría lo imposible para verte siempre sonreír, y cuando naciste, cuando te vi por primera vez me robaste el corazón Sarah, te he visto crecer, no falte a una sola presentación tuya en el colegio, hemos hecho viajes juntos que son inolvidables, en las noches te leía cuentos y cuando enfermabas dormía contigo porque me daba miedo que algo te pasara, y me dices que no soy tu padre-exclama con dolor y ella deja fluir las lagrimas, entendiendo esta gran verdad- no puedes quitarme eso, no pueden quitarnos estos años, ¿es la sangre mas importante que el amor que sentimos?, ¿lo que vivimos?, tenemos una historia Sarah. Recuerdas que yo soy Papa bueno, así te gustaba llamarme.
— Eres mi papa bueno-repitió feliz- eres mi papa y te amo tanto.
— Es lo único que quería oír-beso sus manos y añadió- supe que tengo una nieta ¿quiero conocerla?
Mas lagrimas pero esta vez de emoción, salieron por los ojos de Sarah y acordó:
— Si, porque mi hija necesita un abuelo bueno, el que también le leerá cuentos, el que estará allí en sus presentaciones, el que le hará entender que lo mas importante son los lazos del corazón.
— Al salir de aquí, quiero que me lleves a verla pero antes hija, debes hablar con tu madre-Sarah de inmediato se tenso y el le aconsejo- no te resistas, ella todos estos años ha sufrido lo mismo que yo al creerte muerta, hija debemos aprender a perdonar y dejar el pasado atrás porque es la única manera de seguir adelante y de agradecer a Dios que el también nos ha perdonado y amado sin medida., deja lo demás atrás, eso no te pertenece, solo se una hija.
— Esta bien-concedió ya sin dudas- quiero verla.
Deposita un beso en su mejilla y ella camina a la ventana donde puede observar el paisaje, intentando relajarse, limpia unas ultimas lagrimas cuando siempre a puerta abrir y se gira para mirar a aquella mujer con errores y desaciertos, pero que es y siempre será su madre, que sigue conservándose bella pero sus ojos están llenos de culpa y dolor.
ESTÁS LEYENDO
ANASTASIA II PELIGROSA OBSESION
RomanceAnastasia esta tranquila explorando el mundo, descubriéndose a ella misma como persona, volviéndose independiente, pero al final sabe que su camino y el de David volverá a cruzarse porque las almas que están destinada siempre encontraran el camino...