CAPITULO 41 AMO TODO DE TI

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Después de haber pasado una mala noche dándole vueltas una y otra vez al asunto David decidió ceder un poco y tratar de arreglar las cosas sin tonos altos y en un lenguaje civilizado, así que lo segundo que hizo esa mañana después de darse una ducha con agua fría para terminar de despejar sus ideas, fue decidirse a llamar a Anastasia.

Se sentó en la cama con el paño ataviado en su cintura y el cabello escurriendo agua, porque no se vestiría e iría al trabajo hasta que no resolviera este asunto.

— Anastasia podemos hablar en buenos términos-le pregunto usando su tono de voz conciliador.

— Como tu quieras-fue su respuesta en ese tonito chocante que tanto lo molestaba y se obligo a contar hasta 10 para no explotar.

— Entiendes que no puedo dejar todo a la deriva-empezó aclarando siguiendo en esa tónica conciliadora- mi trabajo, mis compromisos, mas ahora que tengo un nuevo proyecto en vías, para irme a Milán, son solo unos meses más, en el que tu podrás poner todas tus cosas en ordenes, renunciar a Givenci y...

— Vaya que lo tienes todo bien decidido-lo corto rabiosa.

— No empecemos- advirtió respirando profundo para controlarse.

— Esta bien, te diré entonces mi posición, David he decidido tomarte aquella primera palabra cuando vine a Milán y estos meses que faltan para que nos reencontremos voy a explorar el mundo, eso implica salir con mis amigos, a fiestas, discotecas, bares, de paseo, a viajes, y también implica salir a citas

— Que dices Anastasia, no era en eso lo que quedamos la ultima vez cuando estuve en Milán- replico escandalizado, a punto de un colapso nervioso. Ciertamente esta mujer lo iba a llevar a perder la poca cordura que le quedaba.

— El asunto es que no quedamos-señalo en ese mismo tono determinado- tu decidiste, por los dos, tu regresarías a Boston y yo solo debía esperarte.

— Era un buen plan- bufo el

— Para ti, yo no soy la chica de antes, puedo tomar mis propias decisiones

— Que te hizo cambiar de opinión ¿conociste a alguien?-pregunto ahora llenándose de celos ante esta posibilidad que no era para nada descabellada porque Anastasia era muy hermosa, era una princesa, era un Ángel precioso y único- ¿te gusta alguien?- le increpo sintiendo una punzada de dolor en su corazón.

— Nadie por ahora-respondió ella en tono calmado- es solo salir David, así reafirmare mis sentimientos a ti o quizás tu tengas razón y era solo ilusión

Eso dolió mucho y como tal respondió

— Has lo que quieras, pero no esperes que yo no haga lo mismo.

— Salir a citas- pregunto ella experimentando dolor pero lo disimulo con una indiferencia digna de un Óscar

— Porque no- soltó el con la única intención de provocar sus celos y que ella declinara de su actitud inmadura.

— Bien, por mi no hay problema- riposto ella

— Okey, no se diga más-acordó el y ahora fue el quien corto la llamada, furioso, desesperado, impotente y muy dolido.


Tres dias despues...

Andreas despertó primero esa mañana y aprovecho para deleitarse observando a Emily dormir.

Su rostro mostraba serenidad y sus labios esbozaban una sonrisa feliz, por lo que debía tener un buen sueño.

Amaba mirarla, amaba cada gesto de ella, amaba su aroma, esa piel tan blanca como la nieve que respondía a su contacto de manera a inmediata, amaba su serenidad y sus arrebatos, amaba incluso sus misterios, todo en ella la hacían única, especial, sin punto de comparación o referencia.

ANASTASIA II PELIGROSA OBSESIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora