ANASTASIA II PELIGROSA OBSESION

CAPITULO 99 UN SECUESTRO

Una semana después, la alta sociedad de Milán, el mundo de la moda y la prensa se reunían en el salón Real del hotel intercontinental de Milán para un evento sin igual, el lanzamiento de la nueva temporada de verano de Givenci titulada "Mascaras" y donde se aprovecharía esta oportunidad para poner en marcha el plan propuesto por Renzo Moretti con la participación de Sarah para atrapar a Cristian Moyers.

Para tal fin Sarah fue anunciada por la prensa como la modelo quien abriría el desfile manejándose como su regreso al mundo del modelaje de la mano del Emporio de la Moda Givenci.

La idea es que Cristian llevado por su obsesión por ella, no resistiera la tentación de ir a verla.

Mientras, habría agentes distribuidos entre la concurrencia monitoreando todo de cerca.

Al principio todos se negaron, desde Marcus, Liam, David y por supuesto Andreas.

Pero terminaron aceptado que no la harían cambia de opinión.

Finalmente este día había llegado, la publicidad había sido efectiva, pero las invitaciones aparte de la prensa que cubría el evento, no paso de los 100 invitados, de los cuales un 20% eran agentes policiales disfrazados de gente común, querían poder manipular bien la situación.

Sarah estaba en el vestuario preparándose y a medida que se acercaba el momento su nerviosismo crecía, pero no era por sentir temor, era sus ansias de atrapar al hombre que había dejado a su paso una estela de muerte, dolor y temor atroz.

Andreas entro al camerino y aun en medio de la tensión de la situación, se sintió complacido de ver aquella hermosa mujer que ahora era su esposa, vestida con un traje largo para desfilar.

Era para el, el ángel más precioso que Dios había permitido bajar a la tierra para hacerle conocer el amor más grande, profundo y verdadero.

Verla de nuevo así era también remontarse al pasado, a esos momento donde el solía escabullirse a uno que otro desfiles solo para admirarla de lejos, con la esperanza de un día conquistar su corazón.

— Te amo- ahueco su rostro y apoyo su frente en la de ella-te amo demasiado

— Te amo tanto Andreas-correspondió ella perdiéndose en mirada transparente, sincera, llena de amor.

Andreas beso sus labios con ternura, sosteniendo sus mejillas entre sus manos, intentando infundirle calma, una calma que el no sentía.

— Te estaré cuidando, nadie te hará daño.

Dicho esto la estrecho con fuerza contra su cuerpo y le reitero.

— Te amo- le susurro  contra su pelo- no permitiré que nada te pase, te defenderé aun con mi propia vida.

Esas palabras erizaron su piel y su corazón se lleno de un oscuro presentimiento.

— Nunca digas eso, nada malo va a pasar- le dice acariciando su rostro. Aun no entiende que hizo para merecer un hombre tan generoso, tan lleno de amor y tan hermoso en todos los sentidos.

Quiere pensar que es un regalo de Dios porque a pesar de lo que vivió se mantuvo fiel a su fe y convicciones.

El dolor a veces transforma para bien o para mal, pero algo es claro que cada uno debe tomar su propia decisión.

— Intervendré si se que hay un peligro inminente-apunta el bebiendo de su aliento, besa la punta de su nariz y esboza una sonrisa dulce que a ella la derrite literalmente.

— Nada va a pasar, todo va a salir bien- asegura, pero ya su corazón no esta tan confiado.

En el salón Renzo Moretti se acerco a Jianna y como infiltrada lucia muy hermosa en un vestido de noche color turquesa.