CAPITULO 46 MI HOGAR Y PELIGRO

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Emily regreso al interior de la casa y empezó a hiperventilar, demasiados encuentros y emociones para una sola noche, estaba al borde de un colapso nervioso.

Liam Rochester entro y ella se quedo petrifica viéndolo.

— ¿Emily? Cierto-pregunto en un tono de voz peligroso, porque su mirada sus palabras dejaban entrever que la había descubierto.

Camino unos pasos hacia ella y aprovechando que ella estaba en shock tomo su rostro entre sus manos escudriñándola con la mirada.

Era obvio que el estaba sumamente conmocionado y conmovido por ese encuentro y aunque venían a su cabeza miles de conjeturas y preguntas, ahora solo importaba en que ella estaba delante de el, la persona a quien amaba con todo su corazón.

Acaricio su mejilla cuando lagrimas empezaron a correr por las mejillas de ella

— ¿Porque huyes de mi?-pregunto en un susurro emotivo- nadie te conoce mejor que yo, creíste podrías engañarme, pero aunque te cambies el color del cabello, te pongas una mascara que cubra por completo tu rostro, son tus  ojos que son capaces de robarte el alma los que hará que siempre te reconozca, jamás te he olvidado y jamás lo hare.

Emily ya no pudo contener todo ese cumulo de emociones que la embargaban, el la envolvió en brazos y ahora ella dejo que las lagrimas fluyeran pero esta vez no eran de dolor, eran de felicidad porque llevaba mucho tiempo huyendo y finalmente había vuelto a casa, su hogar representado por Liam Rochester.

Cuando se hubo calmado un poco, Liam acuno su rostro y señalo:

— Necesitamos hablar, vámonos de aquí, ven conmigo.

— ¿Que el diré a Andreas?

— Busca una excusa creíble- se conecto a sus pozos azules que tanto extrañaba y puntualizo- porque esta noche seremos solo tu y yo, como en el pasado, como siempre.

A los pocos minutos Emily se encuentra con Andreas y el dice que se siente mal y prefiere irse, a lo que Andreas se ofrece a llevarla pero ella niega aduciendo que no puede dejar solo a sus invitados, y entonces accede enviándola con el chofer.

Deseando despejar su mente del bullicio, buscando un poco de paz y silencio decidió alejarse yendo al lateral de la casa donde estaba el jardín y la fuente y hasta allí se encamino.

— Penas de amor- pregunto un hombre que salió de entre los rosales. Era Cristian Moyers

— Como sabes-pregunto tranquila, no sabia si era por los tragos o porque ya no notaba en el esa mirada lujuriosa que le producía desconfianza, todo lo contrario, su rostros mostraba serenidad y tenia una sonrisa encantadora, ahora se percataba que el hombre rubio, ojos color miel era muy guapo, claro no tanto como David.

— Basta ver tu mirada, puedes hablar conmigo y desahogarte si quieres. Se que no te llevaste al principio una buena impresión de mi, no pienses que soy un hombre que solo quiere ligar a una chica bonita, es obvio que me gustaste desde el principio, pero eso debes ser reciproco, si solo me quieres como amigo así lo aceptare.

— Creo que te juzgue mal, perdóname- indico respirando tranquila y aceptando ese gesto de ofrecer su amistad.

— Empecemos de nuevo –sugirió el y extendió su mano para presentarse - Cristian Moyers.

— Anastasia Conti- respondió ella con una sonrisa tomando su mano.

— Te saque una sonrisa-señalo el con una gran sonrisa- bien, vamos por buen camino.

— Me la he pasado bien contigo pero debo volver

— Te acompaño.

Anastasia regresaba con Cristian por el camino cuando diviso a lo lejos, a otro extremo que guiaba a la salida a Emily y acompañada de Liam y se sorprendió y no entendió que sucedía, ¿Que hacia Liam yéndose con Emily y tomándola del brazo de manera posesiva? ¿De donde se conocían?. Antes que pudiera reaccionar e ir tras ellos, ya se habían perdido de su campo de visión así que mañana la interrogaría al respecto. Por ahora seria prudente y no le contaría nada a nadie y menos a Andreas.

ANASTASIA II PELIGROSA OBSESIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora