ANASTASIA II PELIGROSA OBSESION

CAPITULO 38 CORAZONES ROTOS

Como se puede pretender seguir la vida de manera normal cuando se tiene el corazón roto.

Anastasia había querido envolverse en la rutina del trabajo pretendiendo que todo estaba bien, pero eso no era posible, mientras que de día se sumergía en el trabajo, en la noche lloraba.

Pero una noche aparecieron en su puerta Bella De Luca, acompañada de Alethea con una pizza y coca cola, la excusa, para estar con ella y apoyarla.

Anastasia agradecía a su prima quien a pesar de tener el corazón roto como ella la estaba apoyando incondicionalmente.

Alethea era una chica fuerte y lo estaba demostrando dejando atrás lo que lastimaba, lo que dañaba y dándose una oportunidad en el amor con Gian de Luca.

Aun no eran novios, pero salían, y ella sabia que esa relación le hacia mucho bien a Alethea.

Por su parte Bella, su "cuñada" estaba mas que feliz, y ella también estaba tratando de dejar atrás un amor no correspondido. No salía con nadie pero estaba enfocada en la carrera que había elegido Diseño de modas y en unos meses viajaría a Nueva York para estudiar allí.

Tomaron asiento en el sofá

— ¿Qué quieres hacer?-pregunto Bella a Anastasia.

— Beber licor- solto por aquello de que las penas con alcohol son mas llevaderas.

— Okey- acepto Bella.

— No es enserio- denegó de inmediato Alethea.

— Vino, podemos beber, ¿tienes?

— Si en la cocina – indico Anastasia y Bella salió disparada, regresando al cabo de unos minutos con una botella de vino y tres vasos, sirviendo una para cada una.

— Que les parece si brindamos por los hombres desnaturalizados que se perdieron estar con las mejores mujeres- bromeo sacando una sonrisa tanto en Alethea como Anastasia.

Alethea le siguió el juego y levanto su copa para chocarla con la de de las otras chicas.

— Brindemos.

Algunas bebidas después y todas estaban más alegres y desinhibidas

— Sabes que deberías hacer Alethea, olvidarte del idiota de mi primo y hacerle caso a Gian, el es lindo y te adora, así que no lo pienses mas-aconsejo Anastasia.

— Secundo la moción- concordó Bella

— Todos los hombres son iguales, te prometen amor y luego van y vuelven con su ex novia- resoplo Alethea haciendo referencia a Rubens.

— O se acuestan con otras, el sexo entre compañeros de trabajo debería estar prohibido- señalo Anastasia obviamente refiriéndose al susodicho infiel de David.

— Debería haber una prohibición de enamorarse de hombre guapos que te envuelven con una fingida dulzura y con síndrome de superhéroe siempre dispuesto a protegerte, como si fuésemos incapaz de defendernos por nosotras mismas-aporto Bella

— Debemos ser autosuficientes e independientes, ningún hombre debe darnos valía, eso es tener una autoestima baja, y no seré mas así-puntualizo Anastasia.

— Debería aceptar la propuesta de noviazgo de Gian-decidió Alethea

— Y yo salir con otros chicos- expuso ahora Anastasia-,¿Por qué no?, no es lo que Míster Rochester quería que conociera el mundo, que explorara otras opciones, y quizás mis sentimientos cambien, termine dándome cuenta que por David solo ha había un apego emocional.