CAPITULO 9 AMORES QUE HIEREN, AMORES QUE SALVAN

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Hay amores que destruyen y hay amores que salvan

¿Por cual decidirse?

¿Seguir al príncipe o al Rey malvado con el que sabes sufrirás?.

Alethea regresaba al salón cuando fue interceptada por Bella

— Alethea que bueno encontrarte aquí, que te dije del destino- indico emocionada.

Sin duda esta chica era el entusiasmo personificado.

— Hola Bella- la saludo con una sonrisa y Bella le correspondió con un beso e la mejilla.

— Vamos a nuestra mesa para que saludes a mi hermano- no era una pregunta, al parecer Bella no era de ese tipo, simplemente la arrastro a un apartado donde volvió a ver a ese chico rubio, tan guapo y de sonrisa calida.

— Mira quien esta aquí hermanito- anuncio Bella de manera protocolar.

Gian de Luca se puso de pie y le saludo también con un beso en la mejilla.

— Alethea, hola, es un gusto volver a verte

— Hola- lo saludo con timidez Alethea.

— Y como al destino a veces hay que ayudarles les dejare solos- inquirió Bella quien se escabullo rápidamente.

Alethea miro divertida a Gian quien se limito a encogerse de hombros, después de todo era su hermano y la conocía mejor que nadie.

— Tu hermana...

— Esta loca, dilo no me pondré bravo- expreso divertido

— Si realmente si esta un poco loca- concedió - pero me agrada mucho, es una chica muy sincera, expresiva y espontanea.

— Esa es Bella De Luca- acordó tomando asiento ambos.

— ¿De Luca?- pregunto sorprendida relacionándolos con Andreas.

— Si y yo me llamo Gian Marco De Luca, te sorprendes porque tu no sabias que éramos hermanos de Andreas, pero yo si, te he visto en catálogos de fotos que mi hermano tiene en su casa, por eso no te pedí el numero sabia que tarde o temprano nos encontraríamos-acerca a su oído y tono cómplice le pide- pero no le digas nada a Bella que ella siga creyendo en el destino y que ella es Cupido.

— Okey ese secreto estará bien guardado conmigo- acordó con inusitada alegría.

Alethea se quedo conversando con Gian y se sintió muy bien, disipándose en parte toda su tristeza, olvidándose por un tiempo de su frustrado amor, y pensando que quizás era el momento de abrirse a nuevas posibilidades

"Hay amores que hieren y hay amores que salvan"

Era algo que su madre solía decirle cuando le leía las historias de príncipes y dragones.

El dragón era quien robaba la felicidad

El príncipe salvaba a la damisela.

En este caso Rubens era ese dragón que le había extinguido su alegría y Gian ¿podría ser un príncipe que la salvara del dolor?.

Y como si su pensamiento tuviera algún poder extraordinario Rubens hizo su aparición en el Olympia acompañado de una mujer de su misma edad, vestida muy elegante y sin duda era muy hermosa.

La mirada de el se encontró con la de ella y Alethea sintió que el corazón se le fragmentaba, porque sin duda Rubens haba decidido seguir con su vida y olvidarla definitivamente.

ANASTASIA II PELIGROSA OBSESIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora